Cuando están felices, maldicen a los líderes y pueblos del Golfo. Cuando están enojados, usan todas las palabras difamatorias y abusivas de su diccionario contra nosotros.
Los ciudadanos del Golfo pasamos por alto todo eso y les enviamos ayuda. También participamos en todas las guerras árabes para defender el derecho de los palestinos a la autodeterminación y el establecimiento de un Estado independiente en las fronteras de 1967.
Somos los únicos que los rescatamos en el año 1970, cuando lanzaron su guerra contra Jordania. El difunto jeque Saad Al-Abdulá evacuó a su líder Yasser Arafat de Amman. Los Estados del Golfo, encabezados por el Reino de Arabia Saudita, boicotearon la exportación de petróleo a los países occidentales durante la guerra de 1973.
Además, Riad presentó dos iniciativas para resolver el conflicto. A pesar de su apoyo a la invasión de Kuwait por Saddam Hussein y su participación en actos de intimidación, abuso y matanzas contra ciudadanos kuwaitíes, los ciudadanos del Golfo, especialmente los kuwaitíes, continuaron apoyando a los palestinos y sus facciones de resistencia.
Los palestinos apoyaron al difunto Gamal Abdel Nasser contra nosotros. Estuvieron con Gadafi cuando arrojó todo lo que tenía sobre los líderes del Golfo. Su burla llegó incluso al punto de que escribieron los nombres de los reyes y príncipes de los países del Golfo sobre animales, y marcharon con ellos al frente de sus manifestaciones.
Todo esto es solo la punta del iceberg de lo que los Estados del Golfo y su gente ofrecieron a los palestinos, que fueron y siguen siendo desagradecidos.
Apoyan al agresor hutí-iraní contra Arabia Saudita y el Golfo. Calumnian y maldicen a los líderes y gobiernos de los países del Consejo de Cooperación del Golfo, porque no lloraron el asesinato de la cabeza de serpiente terrorista Qasem Soleimani. ¿No se refirió Mahmud al-Zahar a nuestra gente como “homosexuales” por esta razón, y no nos lanzó Ismail Haniye un ataque verbal durante el cual usó un lenguaje extremadamente vulgar?
Esto realmente hace que todos se pregunten: ¿unos pocos miles de dólares y un puñado de misiles iraníes encendieron tal rabia en ellos contra nosotros? ¿Tan baratos son?
Los israelíes, que son los ocupantes, no reciben los insultos y maldiciones que la gente del Golfo y sus Estados han recibido de parte de los palestinos. De hecho, los partidarios de los dos grupos, Hamás y al-Yihad, corearon “Muerte a los líderes de los Estados del Golfo y la Casa de Saud”, durante sus recientes manifestaciones con motivo del asesinato del criminal de guerra Qasem Soleimani.
Por eso nos preguntamos ¿Hasta cuándo nuestro pueblo y sus países seguirán siendo ultrajados por quienes se venden al mejor postor? ¿Sigue siendo Palestina nuestra causa, por la que soportamos toda esta agresión de los palestinos? ¿No se ha convertido este tema en un asunto interno entre dos partes, tras la declaración de la Autoridad Nacional Palestina, los interminables acuerdos entre Tel Aviv, Ramala y Gaza, y el activo intercambio comercial? Entonces, ¿qué beneficio obtienen los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo al participar en este conflicto bilateral?
Setenta años, y solo nosotros soportamos todo esto. Por lo tanto, es hora de poner fin a esta situación comenzando por cortarles el apoyo, y dejando de mediar cada vez que alguno de ellos lance un misil contra Israel. En este caso, que reconstruyan lo que destruyen por sus propios actos.
¡Suficiente es suficiente! El lomo del camello se ha roto por la carga de dolor que soportamos debido a la ingratitud de los palestinos. Han estado alentando el terrorismo contra nosotros, emitiendo llamados a asesinarnos y lanzando consignas como “El camino de la liberación pasa por Kuwait, Abu Dhabi, Manama, Riad y Doha”, mientras siguen perdiendo el rumbo.
Todos los Estados del Golfo deberían normalizar las relaciones con Israel, pues la paz con ese país tan avanzado es lo correcto. Que los tontos se las arreglen solos.
“Editor en jefe de The Arab Times, Kuwait.
Fuente: The Arab Times. Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.
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