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| lunes noviembre 25, 2024

Lapid, ¿Un rostro presentable para el mundo?


Herb Keinon

The Jerusalem Post

23.1.2013

Yair Lapid podría ser el próximo ministro de Exteriores

http://www.jpost.com/Features/InThespotlight/Article.aspx?id=300702

Lapid apoya a Ariel, apuntala la retención de Israel de los principales bloques de asentamiento, y se opone a la división de Jerusalén.

El martes por la noche, un par de horas después que, las primeras bocas de urna, indicaran una situación crítica para Likud Beitenu, el Canal 2, con no poco sarcasmo, preguntó al Ministro de Asuntos Estratégicos Moshe Ya´alon sobre el mensaje de campaña del partido central: Un voto para el partido. Envía un fuerte mensaje al Presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, a Hassan Nasrallah de Hezbollah y a Khaled Mashaal de Hamas.

“Qué es lo que esos tres líderes piensan ahora? Se le preguntó a Ya´alon. Sin perder el ritmo, Ya´alon replicó: “Se están preguntando, en verdad, a sí mismos, ´¿Quién es Yair Lapid´?

Y no son los únicos ¿Es una apuesta segura el nombre de “Yair Lapid”? fue, el miércoles, uno de las búsquedas más populares en Google en las capitales de todo el mundo, tal como los políticos en países amigos (y los hostiles) se ocuparon de aprender sobre ese nuevo “sabor del mes” israelí, convertido en hacedor de reyes.

Los países amigos, al menos, se tranquilizaron con aquello que su investigación –basada en su PC- arrojó: En temas diplomáticos/de seguridad, Lapid no es un halcón. Es un moderado pragmático, a la izquierda del Primer Ministro Netanyahu y, su partido, es mucho más representativo del israelí medio y sensible a la necesidad del apoyo internacional.

Muchas son las configuraciones de la coalición que, hoy, están rondando, y muchos son los nombres que se colocan en ministerios claves. En toda coalición, Lapid- como líder del segundo mayor partido de la Knesset- recibirá ofertas de uno de los principales ministerios: Exteriores, Finanzas o Educación.

Si toma el Ministerio de RREE, el mundo –que trató (o no) con Avigdor Lieberman durante los últimos cuatro años- tendrá, tal vez, el síndrome del latigazo leve: Lapid es el anti-Lieberman. A diferencia de Lieberman, no descuenta las conversaciones de paz con los palestinos como pérdida de tiempo diciendo, antes de las elecciones, que se uniría a un gobierno que las promueva. Segundo, su estilo es diferente; menos estridente, combativo y confrontativo. Difícil imaginar a Lapid castigando a los europeos de la misma manera en que Lieberman lo hizo en los últimos meses, diciendo,en diciembre, en una sala llena de diplomáticos por ejemplo, que muchos líderes mundiales estarían deseosos de “sacrificar, en un instante, a Israel”.

Como ministro de RREE, se supone que, Lapid, sería más diplomático. Israel siempre busca una cara agradable que pueda mostrar al mundo; una función ahora cumplida por el presidente Shimon Peres, y Lapid parece estar en buena forma para el rol: moderado, atractivo, fácil de entender en inglés, urbano, carismático; alguien que podría ser bienvenido en las capitales extranjeras.

Lapid puede jugar ambos roles- una cara presentable al mundo y una voz influenciable en política exterior y seguridad- aun si no fuera designado como ministro de RREE.

El Ministro de Defensa Ehud Barak, por ejemplo, prestó servicio a Netanyahu como enlace del Primer Ministro con Washington, porque era bien recibido y respetado en tanto Lieberman no lo era. Y, sin importar qué ministerio elija Lapid, seguramente será miembro del gabinete de seguridad, donde los principales temas diplomáticos y de seguridad son discutidos y decididos.

Quienes busquen en la web, no deberían dejarse engañar por la moderación de Lapid. No es un halcón ni tampoco es de Meretz. En octubre, dijo que Israel “debe deshacerse de los palestinos y colocar, entre nosotros, una cerca”, agregando que “no habrá ningún ´nuevo Medio Oriente´, pero, al menos, no habrá tres millones de palestinos en territorio israelí”.

Lapid eligió, en octubre, dar un discurso de política exterior en Ariel, para distanciarse de la Izquierda e ilustrar su apoyo a los bloques de asentamientos. “No hay ningún mapa en el que Ariel no sea parte del Estado de Israel”, dijo. “No se llega a las negociaciones solo con una rama de olivo, el modo en que lo hace la Izquierda, o solo con un revólver, el modo en que lo hace la derecha. Se intenta encontrar una solución. No estamos buscando un matrimonio feliz con los palestinos, sino un acuerdo de divorcio con el que podamos convivir”. Lapid apoya a Ariel; apoya la retención de los principales bloques de asentamientos por parte de Israel y se opone a la división de Jerusalem, diciendo que la capital representa el ethos del país, la razón del pueblo judío con posiciones que lo ubican de manera excelente en el corazón del consenso israelí.

El problema es que el mundo no apoya esas posiciones. El fragor, que el mundo dirigió hacia Israel durante los últimos meses, es sobre la construcción y los planes en los principales bloques de asentamientos y Jerusalén; posiciones que Lapid apoya. Aun si Lapid se convirtiera en la cara de esas posturas es improbable que el mundo las apoye. Sin embargo, podría ser capaz de hacer que ellas ( o las razones que subyacen) más comprensibles, más sabrosas y menos amenazantes para el mundo, que fue el caso durante los últimos cuatro años.

El martes, día de nuestras elecciones y el día después de la asunción del Presidente norteamericano, The Washington Post escribió una editorial llamando a un restablecimiento de los turbulentos lazos entre Obama y Netanyahu. Un gobierno, con Lapid en un rol central, tanto influenciando en la política como presentándola, hará esa posibilidad más probable. Y no solo en Washington

CIDIPAL

 
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