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| sábado noviembre 23, 2024

Diplomacia China del Golfo hasta el Mediterráneo

Presencia del gobierno de Beijing en Medio Oriente


El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman, da la bienvenida al presidente chino, Xi Jinping, en Riyadh, Arabia Saudí, el 8 de diciembre de 2022

Con los cambios políticos que se están dando nuevamente en el Medio Oriente es importante plantearse la posibilidad de que, en detrimento de la influencia estadounidense dentro de la región y fortalecida la presencia de China en la zona, puedan ser estos los gestores de una nueva dinámica en los territorios, por supuesto alejada de la diplomacia occidental y cercana a la funcionalidad de las relaciones entre países y a la agenda de Beijing, enfocada en transformarse en un poder fundamental por la promoción de la cooperación, el desarrollo y acuerdos que le generan dependencia a los diferentes actores.

El gobierno chino ya ha logrado impulsar un pacto de normalización entre Arabia Saudita y la República Islámica de Irán, donde el principal ganador es la propia China por los beneficios desde la perspectiva económica y comercial que la firma de este significa para ellos, dándole petróleo barato para su industria y transporte, así como brindando seguridad en las principales vías de transporte comerciales, fortalecidos por la estrategia china del «Collar de perlas» y del corredor económico chino-pakistaní que le ayuda a sortear cualquier posibilidad de bloqueo implementado por occidente y sus aliados.

 

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Fuente: CGTN

De acuerdo con lo anterior, el desarrollo de la política exterior china con Oriente Medio ha tenido un gran acierto en lograr un contacto entre dos grandes países que tienen la influencia ideológica, política y hasta económica fundamental para la zona. Los iraníes dominando la «media luna chiita» y los saudíes encabezando gran influencia en el mundo sunita. Sin embargo, hay un pendiente hacia el cual China posiblemente quiera tener más peso posiblemente por la complejidad que significa y la importancia que le puede generar como líder global, y esto es el conflicto entre israelíes y palestinos.

Es importante destacar que el momento para propiciar movidas importantes al respecto podría ser «oportuno». Hay un nuevo enfriamiento de las relaciones entre los gobiernos de Washington y los de la zona, incluyendo Jerusalén. El presidente Biden, que no anda muy fino en sus perspectivas con respecto a la región, está debiendo en cuanto a una política exterior integral con Medio Oriente y, al parecer, dentro de su equipo de trabajo no le hacen la tarea como corresponde y ha quedado un tanto estancado políticamente sin una posición clara o estratégica en el área, invirtiendo gran parte de sus esfuerzos en el tema ruso-ucraniano que sin duda los está desgastando desde diferentes vertientes, lo mismo que a los europeos.

Basado en lo anterior, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, planea realizar un viaje a China para lograr un acercamiento con este país, del mismo modo que en el momento más bajo de las relaciones entre Israel y Estados Unidos con Obama a la cabeza, el premier israelí conversaba con el Kremlin, no rompiendo relaciones con los estadounidenses, sino abriendo un canal alternativo para solución de conflictos y evitar que la influencia iraní traspasara líneas rojas por medio de Siria.

En estos momentos, al conversar con Beijing, el gobierno israelí pretende bajarles las tensiones a los vínculos entre Riad y Teherán, en un momento en el cual se pretende que los sauditas logren llegar a una normalización con el Estado hebreo, pero que en la dinámica actual podría retrasarse esa idea porque se perdería interés en lograrse en el corto plazo, aunque para los objetivos chinos con respecto al acercamiento regional dentro de sus planes territoriales podría ser un aliciente tomar un papel más protagónico al respecto.

Pero, quizás vaya a querer involucrarse primero de manera sistemática en la resolución del conflicto entre palestinos e israelíes antes de extender su proyecto entre Riad y Jerusalén que podría desarrollarse bajo otros parámetros con riesgos aún sin calcular, como la posibilidad que el gobierno saudita pueda desarrollar centrales nucleares para «uso civil», lo que posteriormente motivará a otros actores a meterse bajo la misma dinámica.

Regresando a la idea de que China se convierta en un actor en el conflicto entre israelíes y palestinos, la investigadora Yu Jie (2023) del think tank Chatham House menciona en un artículo para el medio VOA, titulado «China Faces Uphill Battle Brokering Peace Between Israel and Palestinians», que los chinos carecen aun de una estructura clara para poder involucrarse en el tema como actores neutrales por lo que deben en primer lugar aprender el fondo del asunto para luego proponerse como un vocero en las negociaciones y plantear la paz como corresponde (párr. 20).

Las autoridades chinas tienen buenas relaciones con la Autoridad Nacional Palestina, y mantienen relaciones diplomáticas e intercambios desde los años 70 por medio de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y fueron incluso de los primeros en reconocer a Palestina como un Estado en el año 2012. No obstante, también mantienen relaciones comerciales y políticas con Israel de manera importante, aunque limitadas debido a la política estadounidense con respecto a este tipo de vínculos, pero que, dadas las circunstancias actuales, Israel se sentiría obligado de nuevo a mirar hacia el Este y no esperar a que las amenazas sean inminentes, sino anticiparse ante cualquier posibilidad.

Incluso, para Israel será importante fortalecer alianzas con países como la India debido a la ausente política estadounidense y aprovechar sus acuerdos a través de la denominada I2U2 (que complementan Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos) para generar un nuevo eje de respuesta en caso de que exista una amenaza debido a la falta de respuesta desde Washington.

En todo caso, con un gobierno chino más empapado de la realidad del lado del Mediterráneo Oriental, significaría que Beijing tendría enormes posibilidades de abrir un frente de influencia entre israelíes y palestinos que podría ser aprovechada por las propuestas de cooperación en infraestructura y de «paz económica» que presentan y lo que se ha logrado a través de los Acuerdos de Abraham entre israelíes y los países del Golfo más Jordania y Egipto con quienes ya hay procesos desde el siglo XX.

Dicho sea de paso, no habría necesidad para Beijing de acabar con los acuerdos previamente logrados entre países con el apoyo de los Estados Unidos, sino que, debido a lo pragmático de la política exterior china, podría eventualmente aprovechar los acercamientos para entrar y forjar la dinámica con su toque propio y hacer realidad el establecimiento de más canales comerciales conforme a sus propios intereses propuestos bajo la línea del ambicioso proyecto de la «Nueva Ruta de la Seda».

También, el gobierno chino ha mostrado que tiene interés de mayor participación en otras dinámicas de Oriente Medio, por ejemplo, la continua interacción con las regiones kurdas iraquíes, su incursión en tratar de reconstruir Siria después de doce años de violencia interminable o plantear esquemas de desarrollo con Líbano. Por lo tanto, como ya fue mencionado en el artículo anterior, hay una política de Beijing para adentrarse en este espacio del tablero global con intenciones claras sobre querer tener más voz y voto, siempre desde una dinámica diplomática, buscando abiertamente su propio beneficio, sin que esto necesariamente establezca de entrada un detrimento a la estructura política de los países, sino adaptarla para alcanzar sus logros con la menor agresividad mostrada, al menos de entrada.

Notas

Acuña, B. (2023). El enroque chino en Medio OrienteMeer.
Alam, K. (2023). Syria war: After Iran-Saudi deal, could China be the key to peace? Middle East Eye.
Aziz, S. y Shareef, M. (2022). Kurdistan in China: Are the Iraqi Kurds Interested in a Relationship? Washington Institute.
Frachon, A. (2023). After 40 years of uninterrupted violence, the Middle East is engaging in a frenzy of political conversationsLe Monde.
Gil, A. (2020). La geopolítica de China y su collar de perlasEl Orden Mundial.
Gökhan E. y Gökhan B. (2023). From Regional Isolation to Engagement: Exploring the Prospects of Saudi-Israel NormalizationOrtadoğu Araştırmaları Merkezi.
Lee, C. y Faridz, D. (2023). China Faces Uphill Battle Brokering Peace Between Israel and PalestiniansVOA News.
Leonard, M. (2023). The Post-American Middle EastEuropean Council on Foreign Relations.
Taneja, K. (2023). How India views China’s diplomacy in the Middle EastMEI Institute.

 
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