En otras ocasiones se han mencionado en este espacio elementos relacionados con el odio antijudío y las acusaciones que sobre este colectivo pesan. He de destacar dos artículos previos que abordan la temática desde aristas específicas. El primero, «La sobredimensión del animal político judío» donde se menciona una serie de acontecimientos y de situaciones en las que se vincula a los judíos con intenciones malévolas de controlar las fuerzas políticas del mundo.
El segundo artículo, de una lista más grande, se refiere a «La ambigüedad del antisionismo» donde se señala la delgada línea que existe entre la crítica a Israel y los ataques a los judíos como colectivo. En este artículo se critica la hipocresía de utilizar el rechazo a las políticas de Israel para atacar a los judíos como un colectivo, incluyendo a los judíos que viven en otros países que no necesariamente son Israel o que no tienen más allá que un vínculo espiritual con el país y quizás posiciones políticas contrarias al gobierno de turno.
En ambos casos el eje central es similar, criticar el odio judío cubierto por una delgada capa de «crítica válida» y que, al levantarla, queda al descubierto que su objeto de critica directa es contra los judíos a quienes les niegan derechos que a nadie más les negarían porque sería «descabellado», por ejemplo, derecho a la autodeterminación, derecho a la legítima defensa, derecho a la autorrealización como pueblo y lo más importante, el derecho a la vida, justificando las persecuciones y ataques con diferentes excusas y propuestas.
De ese modo, en este artículo se presentan algunos ejemplos conspirativos que se han transformado en mantras de persecución contra los judíos en períodos de la historia muy específicos y que siguen utilizando estrategias de tipo antisemita para justificar teorías e ideas que si se le endosaran a cualquier otro colectivo se tacharían de locura, pero que al tener tan interiorizado el odio histórico sobre lo judío hace que se «normalice».
Libelos de sangre: conspiraciones religiosas
Algunos ejemplos sobre esta conspiración irían de la mano. En primer lugar, no podrían existir las conspiraciones antijudías sin uno de los mitos más polémicos sobre los cuales se asientan, la acusación contra los judíos de ser los asesinos de Jesús y por ende desde la perspectiva cristiana un «pueblo deicida». En los primeros siglos desde la aparición del cristianismo y su oficialidad, se desarrollaron pensamientos teológicos que acusaban a los judíos de ser un pueblo «maldito» por haber asesinado al «hijo de Dios». Edward Flannery (1985) en su libro Angustia de los Judíos cita a Justino Mártir en su texto «Diálogo con Trifón» donde señaló que los judíos habían sido castigados por Dios al haber asesinado al justo.
Debido a este castigo los judíos habrían sido rechazados por la divinidad y a pesar de esto no habrían mostrado arrepentimiento, sino que cada año rememoran el asesinato ritual del «Cristo» asesinando niños y utilizando su sangre para producir panes ázimos consumidos durante la fiesta de pascua. A esta acción se le denomina un «libelo de sangre» y a través del mito se ha logrado generar una serie de ataques contra los judíos acusándolos que efectivamente esto ha ocurrido así.
El profesor Raúl González (2013) en su artículo «Manos manchadas de sangre: los orígenes cristianos del mito antijudío del crimen ritual» mencionaría que:
Parece que el primer caso de homicidio ritual tuvo lugar en el año 1144 en Inglaterra. A tenor de la leyenda desarrollada posteriormente, la víspera del Viernes Santo se descubrió en un bosque cerca de Norwich el cuerpo de un joven aprendiz, cuyo asesinato fue atribuido, según todos los rumores difamantes, a los judíos, quienes habrían acabado con la vida del muchacho siguiendo una especie de ritual cuyo propósito no era otro que parodiar la Pasión del Señor (como apuntaban todos los supuestos indicios, el crimen habría sido premeditado e ideado en una conferencia de rabinos reunida en Narbona). A pesar de que las autoridades locales, que habían comprendido que tales acusaciones no tenían fundamento alguno, trataron de proteger a los judíos, se produjeron enfrentamientos y como resultado de uno de ellos, un judío notable del lugar fue asesinado por un caballero arruinado que resultó ser deudor suyo (p. 66).
De este modo, marca el pasado oscuro que vinculaba a los judíos con asesinatos rituales y que se no centraría únicamente en el caso inglés, existen otras historias similares que incluso hoy siguen siendo objeto de veneración y culto, tal es el caso del «Santo Niño de la Guardia» en Toledo (España), el cual es objeto de veneración cada 25 de septiembre en dicho pueblo. Un mito creado por los inquisidores de la época para tener excusas y procurar la expulsión de los judíos y de los «cristianos nuevos» (judíos conversos) de España, de acuerdo con el profesor de literatura medieval Carlos Sainz de la Maza (2021), así según el propio Sainz:
El dominico Tomás de Torquemada, inquisidor general y confesor regio, era el abanderado de tales doctrinas. Pero los judíos no quedaban dentro de la jurisdicción del Santo Oficio, y habían prestado buenos servicios a los reyes durante la Guerra de Granada. Para forzar su expulsión, se necesitaba un escándalo que demostrara la responsabilidad judía en el contagio de la lepra judaizante, pero apenas había pruebas de tales contactos criminales: los judíos rehuían asumir ningún riesgo. Torquemada, entonces, diseña el caso del Santo Niño con la idea de que provoque un brote de indignación popular que haga de catalizador de la voluntad de los reyes (párr. 6).
De esa forma, se encontró la excusa perfecta para ejecutar el plan antijudío que llevaría, incluso, en 1492 la firma del edicto de expulsión de los judíos del reino y por consiguiente el exilio hacia diferentes regiones del mundo (lo cual da para otra serie de artículos). Tanto el caso de Norwich como el de Toledo anticiparon edictos de expulsión contra las personas judías, las cuales fueron parte de una serie de incidentes que incluyeron persecución, ataques, asesinatos y expulsión, sin embargo, este no sería el único tipo de acusación que pesaría sobre los judíos por cuanto la imagen de conspiradores les perseguía como una sombra.
En su texto, Claudio César Rizzuto (2018) titulado «Conversos, judíos y conspiración diabólica en la revuelta de las comunidades de Castilla, 1520-1521» señala que el pensamiento que se albergaba sobre los judíos y los conversos al cristianismo:
Se ha expuesto brevemente la idea del judío como figura amenazante para el colectivo cristiano. Nuevamente, en los sucesos toledanos de 1449 puede percibirse esta perspectiva, pero hacia los conversos. Como traspaso de algunos de los estereotipos negativos que sea asociaban a los judíos, se incluyeron las ideas de los conversos como grupo rebelde y conspirador contra la sociedad cristiana (p. 71).
Al mencionárseles como enemigos de los cristianos y ponerles al mismo nivel que a los judíos la intención era, evidentemente, erradicarlos del entorno al considerarlos enemigos del reino y de la religión, así como competidores políticos y de poder que podrían eventualmente generar inconvenientes. Aunque cabe resaltar que, en dicho período de la historia, los judíos no podían heredar tierras (una de las tantas razones por las que optaban por la conversión), ni tampoco podían optar por posiciones de honor dentro del clero o del reino al considerarlos «no puros», por lo que eran discriminados.
Conspiraciones modernas
Ahora bien, realizando un enorme salto en la historia aparecen otras conspiraciones en las cuales se ha acusado a los judíos de atentar contra las fuerzas políticas y el poder a nivel global. Una serie de señalamientos contra los judíos y contra figuras del pueblo judío a las que les endosan un papel de enemigo público o de tener intereses oscuros. En el caso de este artículo se hablará en general de «planes» o proyectos supuestamente utilizados para atentar contra el orden y para facilitar el dominio judío del poder de manera total.
Los protocolos de los Sabios de Sion
Estos fueron mencionados en otro artículo, aparecen en 1905, siendo el panfleto antisemita de Serguei Nilus, quien plagió el texto francés de Maurice Joly (1829-1878) «Diálogos del Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu», donde realiza una crítica abierta al gobierno de Napoleón III.
El documento propone una supuesta reunión entre un grupo «Los Sabios de Sion», donde planean los pasos a seguir para dominar el mundo no judío. De hecho, aparecen mencionados en el libro Lo grande en lo pequeño de Nilus en que mencionaba al final los protocolos como las actas de las pequeñas reuniones realizadas por los conspiradores judíos durante el Primer Congreso Judío de Basilea en 1897 (Giménez, 2021).
Al final, además de ser un plagio, el texto lo que impulsó fue el odio antijudío y el fantasma de planes malévolos de una supuesta «sociedad secreta» que actuaba conforme a designios oscuros con los cuales buscaban someter a los otros grupos principalmente por su naturaleza «no judía».
De igual manera, es interesante cómo este tipo de planteamientos han llevado a tergiversar textos judíos que también han venido a ser demonizados o tratados de forma despectiva, como los falsos textos atribuidos a citas del Talmud y documentos sacados de contexto para justificar el odio antijudío.
Plan Andinia y Sefardia
En los años 70 surgió en Argentina una teoría de conspiración que señalaba una supuesta reunión para instaurar un nuevo Estado judío en América del Sur. De acuerdo con lo que el investigador argentino, Ernesto Bohoslavsky (2008), mencionaba en un artículo acerca del proyecto:
El «Plan Andinia» habría sido expuesto en 1969 por un rabino de apellido Gordon a líderes de la comunidad judía en una sinagoga de Buenos Aires: consistía en un conjunto de órdenes maléficas que conducían hacia la decadencia moral y económica de Argentina, y finalmente, la secesión de las provincias patagónicas para crear allí otro Estado de Israel (pp. 223-224).
El documento fue descrito por el profesor de economía de la Universidad de Buenos Aires, Walter Beveraggi Allende, quien era conocido por su afiliación antisemita y que retomó ideas de un documento previo publicado por familiares de Eichmann, quien fuera arrestado en este país sudamericano. La naturaleza de la teoría era cercana a los edictos de los Sabios de Sion, por cuanto los neonazis eran promotores del panfleto de Nilus; incluso, durante el período de 1919 y 1939 el partido nacionalsocialista alemán habría realizado al menos veintitrés ediciones del panfleto para distribuirlo y enseñarlo como parte de las estrategias contra la «judería mundial» (USHMM, s.f.).
En una línea similar pero adaptado es el denominado «Plan Sefardia», otro bulo antisemita que señala la posibilidad de crear un Estado judío en Costa Rica. Haciendo alusión como en los Protocolos y en Andinia una reunión secreta en la cual líderes de la comunidad judía se habrían reunido para plantear al país centroamericano como un destino para la creación de dicho proyecto.
Sefardia señala en una de sus manifestaciones que busca «…atentar contra la identidad de los criollos blancos católicos costarricenses y nuestro orgullo racial y nacional…» entre otras cosas que quedan así expuestas en la publicación de dicho bulo en la página filonazi Metapedia. Incluso menciona algunos nombres y apellidos de miembros de la comunidad judía como los grandes conspiradores, pero es una copia del supuesto proyecto en la Argentina o incluso lo mencionan como «complementario» a este.
Plan Kalergi
Por otro lado, el denominado Plan Coudenhove-Kalergi conocido más como Plan Kalergi es una teoría conspirativa que señala un proyecto judío para mezclar personas blancas con migrantes para así destruir su «esencia blanca y cristiana». Esta teoría aparece en la década de los 70 del siglo pasado y ha sido muy difundida por esferas neonazis y antisemitas como una forma de justificar su enfrentamiento contra la migración y llegada de poblaciones del Medio Oriente y de África (Attanasio, 2018).
Dicho plan propone un «genocidio de blancos» a través de la sustitución poblacional patrocinada por élites de enemigos como los judíos, entre estos se menciona en ocasiones a George Soros como uno de los promotores de las migraciones. Tanto en Europa proveniente de las regiones citadas anteriormente como de centroamericanos y caribeños hacia Estados Unidos como ocurre en la actualidad.
Los conspiradores israelíes
Al igual que como ocurre con el antisemitismo, las ideas conspirativas en la actualidad se endosan al Estado de Israel en algunos aspectos. Los libelos de sangre los endosan al conflicto palestino, los planes de expansión territorial lo asocian también al conflicto o les acusan de ser conspiradores con sus «gobiernos protectores», como ocurre en el caso de los Estados Unidos donde constantemente se acusa que los israelíes dominan toda la política de Washington, cuando en verdad la relación de varias décadas se concentra en los intereses de ambos dentro de la misma región.
Estas teorías conspirativas perpetúan el carácter de odio antijudío y hace a algunos medir con varas distintas las críticas contra Israel y los judíos asociándolos con actitudes criminales con intenciones oscuras y turbias cuyo fin último es el dominio de los poderes del mundo y someter a todos aquellos que no son como ellos.
No en vano también se han asociado las teorías conspirativas antijudías con otros grupos como los masones y algunas sectas apocalípticas que han aparecido a lo largo de los años como parte de estos planes malévolos y destructores de la sociedad. El problema de esto radica en que a falta de componentes científicos que respalden algunos cuestionamientos, se opta por la conspiración porque es más fácil de creer al ser narrativa y al parecer tiene mejor acogida entre el vox populi.
Notas
Attanasio, A. (2018). Qué es el «plan de Kalergi», la teoría conspirativa que usan los partidos de ultraderecha contra la Unión Europea. BBC.
Bohoslavsky, E. (2008). Contra la Patagonia Judía. La familia Eichmann y los nacionalistas argentinos y chilenos frente al plan Andina (de 1960 a nuestros días). Cuadernos Judaicos, (25), ág-223.
Flannery, E. H. (1985). The anguish of the Jews: Twenty-three centuries of antisemitism. Paulist Press.
Giménez, I. (2021). «Los protocolos de los sabios de Sion», la mentira que no muere. La Vanguardia.
Metapedia. (s.f.). Plan Sefardia.
Rizzuto, C. C. (2018). Conversos, judíos y conspiración diabólica en la revuelta de las Comunidades de Castilla, 1520-1521. Cuadernos de Historia Moderna, 43(1), 65.
Sainz, C. (2021). Un fraude trágico: el caso del Santo Niño de La Guardia. Muy Interesante.
Salinero, R. G. (2013). Manos manchadas de sangre: los orígenes cristianos del mito antijudío del crimen ritual. Collectanea Christiana Orientalia, 10, 65-82.
USHMM. (s.f.). Los protocolos de los sabios de Sion.
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