Yeshiva University de Nueva York Foto cortesia college
El rabino Ari Berman es el rector de la principal universidad judía de Estados Unidos, Yeshiva University (YU) de la ciudad de Nueva York, cuya tasa de inscripción ha llegado a un récord en tiempos recientes.
“Estamos viendo una oleada de estudiantes interesados en unirse a Yeshiva University. Estamos saturados, y tratando de ver la manera de aceptarlos a todos. Ya antes del 7 de octubre teníamos la lista de espera más grande hasta el momento, simplemente porque la gente quiere ser parte de una universidad judía que realmente nutra su identidad. Después del 7 de octubre esto ha crecido dramáticamente, y estamos teniendo estudiantes que se transfieren a YU desde las llamadas universidades de élite: Columbia, Penn, Cornell, Michigan, Brandeis, en realidad desde todos los ámbitos. La gente viene a nosotros buscando nuestra educación académica de primer nivel, pero además en un ambiente que es sionista y que realmente apoya quiénes son como personas”.
Berman piensa que los estudiantes se cambian a Yeshiva University “no porque tengan miedo de ser atacados físicamente, aunque algunas personas sí lo tienen. Pero ese no es el problema fundamental, porque pueden evitar pasar por los campamentos [propalestinos]. Se trata del hecho de que los profesores los silencian en el aula. Un estudiante vino a verme y me dijo que la tarea que les asignaron era explicar por qué Israel está cometiendo genocidio, lo que significa que lo asumen y que solo hay que ‘explicarlo’. Si uno destaca por sus valores y se enorgullece de ser sionista, sus compañeros y profesores lo ‘cancelarán’. Entonces, ese silenciamiento a los estudiantes durante sus años de formación les está dando el mensaje de que para tener éxito hay que ocultar quiénes son. Existe un peligro claro y presente para los judíos orgullosos a los que debemos educar como los líderes del mañana”.
“Los profesores los silencian en el aula. Un estudiante vino a verme y me dijo que la tarea que les asignaron era explicar por qué Israel está cometiendo genocidio, lo que significa que lo asumen y que solo hay que ‘explicarlo’. Si uno destaca por sus valores y se enorgullece de ser sionista, sus compañeros y profesores lo ‘cancelarán’”
Berman continúa explicando que “no se trata solo de los estudiantes; también es el profesorado. Tenemos una fila de docentes que se vendrían a la YU ahora mismo, abandonando su universidad de primer nivel para estar en nuestro ambiente. Estoy buscando trabajar con mis socios para que podamos permitirnos traerlos aquí, tanto para brindarles un lugar seguro donde trabajar como para continuar elevando el estatus de nuestra educación de clase mundial. Estamos viendo enormes oportunidades, y empresas como Bank of America, que han identificado a Yeshiva University como una de sus seis escuelas objetivo, porque quieren encontrar gente de calidad. Se están dando cuenta de que sus antiguos socios representan valores en los que no creen. La marca de esas universidades de élite realmente ha descendido, y lo que estamos viendo es un mayor interés en todos los ámbitos, incluso entre los donantes. La semana pasada, [el mecenas] Robert Kraft nos dio un millón de dólares para ayudarnos a financiar a los estudiantes trasferidos; cada estudiante universitario que aceptamos llega con una beca e infraestructura adecuada. Robert, quien es un hombre tan justo, quiere asegurarse de que los judíos se sientan seguros en sus campus. Muchos donantes se han alejado de otras universidades y ahora se muestran positivos y dicen: ‘Sé a qué me opongo, déjenme apoyar aquello con lo que sí estoy a favor’”.
Berman agrega: “Es muy importante que la YU no sea el único lugar seguro para los judíos. No podemos acomodarlos a todos. No es para todos los judíos de Estados Unidos, y no sería bueno para EEUU que todos los judíos estuvieran en un solo lugar. Este año dediqué mucho tiempo a ayudar a los demás estudiantes a identificar otros campus en los que los judíos puedan estar seguros. He dicho a rectores de todo el país que sus campus deben ser seguros para los judíos, no estar ‘libres de judíos’”.
Empresas como Bank of America han identificado a Yeshiva University como una de sus seis escuelas objetivo, porque quieren encontrar gente de calidad. Se están dando cuenta de que sus antiguos socios representan valores en los que no creen. La marca de esas universidades de élite realmente ha descendido
Durante el otoño pasado, el rabino Berman formó una coalición de más de 100 rectores universitarios que “firmaron una declaración para apoyar a Israel contra Hamás, para identificar a Hamás como una organización terrorista, lo que parecería muy claro desde el punto de vista moral; pero algunos rectores y ciertas instituciones tienen problemas incluso para hacer eso, por lo que a lo largo del año hemos llevado a cabo iniciativas para tratar de expresar el peligro del odio a los líderes de las universidades, y lo que sucede cuando el antisemitismo no se controla. Uno de esos esfuerzos fue llevar a un grupo de rectores universitarios a la Marcha por la Vida, a Auschwitz-Birkenau para que vieran el lugar donde tuvo lugar el mayor mal en la historia del mundo, para que todos pudieran entender las lecciones del Holocausto y reconocer que los judíos son los primeros, pero que otros son los siguientes. Necesitamos luchar contra el antisemitismo hoy, para proteger a todos en nuestra sociedad mañana”.
Berman habla de la visita a Polonia: “Se trató de conocer la rica historia de la Polonia judía, para que esos rectores, la mayoría de los cuales no son judíos, comprendan lo vibrante que era Varsovia, donde más del 30% de sus habitantes eran judíos. Visitar Varsovia e ir a lugares emblemáticos como Cracovia, el cementerio, la sinagoga Rama, y explicarles quiénes eran esas personas. Aquellos gigantes y su historia, lo entrelazados que estaban con Polonia, y uno no habría creído que en la década de 1930 sus vecinos podían volverse contra ellos. Eso es lo que podría pasar con el odio desatado. No decimos que Estados Unidos esté en la misma situación, pero existen suficientes advertencias, y no es necesario llegar a los vagones de ganado de la Shoá para que esto sea inaceptable. Las lecciones, las relaciones naturales entre garantizar que nuestra sociedad actual comprenda, denuncie y condene el terrorismo y el odio quedan realmente claras para todos”.
Uno de los esfuerzos fue llevar a un grupo de rectores universitarios a la Marcha por la Vida, a Auschwitz-Birkenau para que vieran el lugar donde tuvo lugar el mayor mal en la historia del mundo, para que todos pudieran entender las lecciones del Holocausto y reconocer que los judíos son los primeros, pero que otros son los siguientes
Berman cuenta que “el momento más emotivo fue ir a Birkenau. Uno no puede prepararse para la sensación de pura maldad que existe en ese lugar. Ver los crematorios, las cámaras de gas, las fábricas de la muerte. Es incomprensible que un ser humano, que un país, una nación pueda hacerle eso a alguien. Ese fue el momento más impactante para ellos, y cuando regresaron a sus universidades comenzaron a hablar un poco diferente y a comprender lo que hay que hacer. Tenemos que brindar a los líderes universitarios educación sobre el Holocausto; se trata de enseñar sobre el antisemitismo, sobre los valores judíos positivos y lo que los judíos representan, para que podamos luchar contra el flagelo del odio y el antisemitismo que están aumentando en los campus universitarios y en todo Estados Unidos”.
*Editor de Arutz Sheva
Fuente: Arutz Sheva (israelnationalnews.com).
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israe
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