Amanecer en Israel este miércoles 31 de julio con la noticia de la eliminación del jefe de Hamas Ismail Haniyeh es ineludiblemente motivo de alegría. No porque alguien se haga ilusiones que con eso termine el terrorismo de Hamas, que se asusten e icen bandera blanca de rendición. En absoluto. Pero en la guerra contra el terrorismo también los golpes simbólicos tienen gran importancia. Y que sus máximos jefes tengan claro que están expuestos y que sientan necesidad de tomar precauciones por donde se mueven, es significativo. Y está claro: el mundo, sin Ismail Haniyeh, es mejor
Antes de analizar las posibles implicaciones concretas del operativo atribuido a Israel- que Israel no reivindicó oficialmente pero es bastante claro que fue obra suya- es ineludible recordar aquel video filmado en Catar el 7 de octubre, que circuló por el mundo. Ismail Haniyeh al frente de toda la comandancia de Hamas en el exterior, celebraba con una plegaria la masacre en el sur de Israel, mientras en la pantalla de televisión se ven imágenes transmitidas por Al Jazeera de la irrupción de terroristas armados a territorio israelí. Todos esos terroristas se postran para el rezo islámico, y ya sabían qué atrocidades habían cometido sus hombres en el sur de Israel.
Al confirmarse la muerte, en un ataque atribuido lógicamente a Israel, del jefe de la organización terrorista Hamas Ismail Haniyeh, no puedo dejar de recordar el infame video difundido el 7 de octubre desde Catar. Los cobardes líderes de Hamas allí reunidos, miraban por Al… pic.twitter.com/Y7DFzRKCcI
— Jana Beris (@JanaBeris1) 31 de julio de 2024
Ahora que rece en el infierno.
Hagamos un recuento desde el comienzo de la guerra desatada por la masacre del 7 de octubre: entre los cerca de 15.000 terroristas eliminados por Israel , estaban su número 2 Salah el-Aruri en Líbano, el subjefe del brazo armado Marwan Issa en Gaza hace ya unos meses, al parecer también el jefe del brazo armado Muhamad Deif- aunque Hamas lo ha negado- y ahora Ismail Haniyeh, nade menos que en Teherán, lo cual es también un mensaje a la cabeza de la serpiente, Irán.
Ismail Haniyeh era formalmente el jefe del Departamento Político de Hamas, un título que puede confundir. El que no haya sido quien estaba a cargo de la planificación militar diaria de las acciones de Hamas sino a los contactos internacionales, no lo convierte en un diplomático en el sentido legítimo del término. Era tan terrorista como Yehia Sinwar, aunque prefería el lujo de los hoteles en Catar en lugar de los túneles de Gaza. Su papel internacional para representar a Hamas ante los países del Eje del Mal encabezado por Irán y sus amigos y para recolectar fondos, era clave para el manejo de la organización aunque no indicara dónde ni cuándo lanzar cohetes hacia Israel. La división entre “políticos” y “militares” es artificial, aunque cada uno esté abocado a otra “especialidad”.
Cabe señalar que Israel no reivindicó el ataque, que Hamas e Irán le atribuyeron, pero lo más lógico es indudablemente dar como hecho que el autor fue Israel.
Lo que sí fue oficial y explícitamente reivindicado por Israel fue la eliminación en la Dahia, bastión de Hezbolá en Beirut, de Fuad Shukur, conocido también como Sid Hussein, considerado la mano derecha del jefe de la organización Hassan Nasrallah en la planificación de toda la actividad armada de Hezbola, o sea de todos los ataques a Israel. Esto incluye la matanza de los 12 niños drusos en Majdel Shams el sábado.
En este caso, la influencia directa del operativo puede ser mayor ya que él se dedicaba justamente a la política de los ataques armados contra Israel. Sin embargo, tampoco esto significa que Hezbolá quede neutralizado.Cabe recordar- tal cual aprendimos años atrás del experto en terrorismo Dr. Boaz Ganor , hoy presidente de la Universidad Reichmann- que cuando se lanza un operativo mortal contra blancos terroristas, esto les quita capacidades y poderes, sea en términos de comandantes o infraestructuras, pero por otro lado los incentiva y motiva a tratar de golpear y vengarse. Hamas y Hezbolá no son la excepción.
Hamas aún tiene capacidad de disparar también al centro de Israel, aunque más limitada que antes, e indudablemente también la tiene, a muy gran escala, Hezbolá. Y está clarísimo para Israel que la tratarán de usar.
Israel nunca pensó que si mata a jefes terroristas centrales, la paz está a la vuelta de la esquina. Pero lo seguro es que abstenerse de combatir al terrorismo es mucho más peligroso y mortal.
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