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| viernes noviembre 22, 2024

Europa Press y la falta de contexto


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El 18 de marzo la agencia de noticias Europa Press publicada un artículo titulado: «El nuevo ministro de Vivienda de Israel promete una mayor expansión de los asentamientos».

Durante los primeros cuatro párrafos del texto, EP se esmera en señalar que los asentamientos continuarán «de acuerdo con lo que ha sido hasta ahora» e incide en que su construcción continuará al mismo ritmo, a pesar de que el ministro de Vivienda Uri Arial, ha señalado de forma explícita que la construcción de viviendas tendrá como prioridad dos áreas geográficas: el desierto del Neguev y la Galilea.

En línea con esa afirmación, hace días la prensa publicaba un artículo que señalaba los planes del Gobierno israelí por trasladar a 30 mil familias desde áreas aledañas a Tel Aviv hacia zonas cercanas a la ciudad de Beer Sheba, en el desierto del Neguev.

Posicionamiento ideológico de EP


A partir del quinto párrafo EP comienza su posicionamiento ideológico y refuerza la perspectiva de que los «asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este son ilegales en base al Derecho Internacional, a pesar de lo que el Ejecutivo israelí distingue entre las colonias que han recibido una autorización oficial y las que no. Asimismo, el traslado de población de un territorio ocupante a un territorio ocupado es considerado como un crimen de guerra por la Cuarta Convención de Ginebra».

Posteriormente, la agencia cita a un «equipo de investigadores del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas» encabezado por Christine Chanet, que advirtió que los asentamientos israelíes violan la Cuarta Convención de Ginebra y que al hacerlo la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional tiene validez.

A este respecto cabe señalar al menos tres amplios argumentos que demuestran que la afirmación de Europa Press es discutible, en relación a la Convención de Ginebra y a la supuesta ilegalidad de los asentamientos israelíes:

1-La manipulación de la Convención de Ginebra. En palabras de la analista de CAMERA Tamar Stendhal:

«Quienes sostienen que los asentamientos son legales, señalan que la Convención de Ginebra no se aplica a Cisjordania o Gaza, puesto que, en su artículo 2, la Convención se refiere sólo a ‘casos de… ocupación del territorio de una Alta Parte Contratante’ por tales terceras partes. Cisjordania y Gaza nunca fueron el territorio de una Alta Parte Contratante; la ocupación después de 1948 por parte de Jordania y Egipto fue ilegal y ninguno de estos países tuvo soberanía legal o reconocida.La última soberanía jurídica sobre los territorios fue ejercida por el Mandato de Palestina de Liga de las Naciones Unidas, que estipuló el derecho del pueblo judío a establecerse en todo el territorio del Mandato, un derecho conservado por el artículo 80 de la ONU«.

Sin embargo, otras posturas que denuncian la carencia de soberanía palestina sobre ese territorio, así como otras interpretaciones sobre la Cuarta Convención de Ginebra en específico, son analizadas de forma pormenorizada en el artículo de ReVista de Medio Oriente: «La legalidad internacional (siempre) señala a Israel»

2-La realidad histórica de documentos que establecen que esa área (Cisjordania), gobernada por Inglaterra tras el desmembramiento del Imperio Otomano se destinará al establecimiento de una patria judía tras un periodo de mandato británico:

· El Convenio de San Remo de 1920.

· La Convención Divisoria franco-británica de 1920.

· El artículo 6 del Mandato Británico sobre palestina de 1922.

· La Convención angloamericana de 1924.

· La Carta de la ONU de 1945 / Capítulo 12 / Artículo 80 conocido como el «Artículo Palestina» que otorga continuidad a los derechos judíos bajo el mandato británico.

· Además de las Resoluciones 242 y 338 que son la base de las negociaciones entre israelíes y palestinos.

Si se acepta la versión de la absoluta ilegalidad de todos los asentamientos judíos en Cisjordania, entonces habría que ignorar estos precedentes legislativos e históricos y socavar toda posibilidad de negociación con base en resoluciones como la 242, que establece la necesidad de garantizar la seguridad de las fronteras entre israelíes y palestinos.

Si Israel regresara a las líneas de armisticio de 1949 –que son llamadas Fronteras de 1967, a pesar de que nunca tuvieron un carácter permanente y que el propio armisticio establece que no deben ser consideradas fronteras-, su seguridad e incluso la continuidad geográfica del Estado judío estaría comprometida.

Por eso, en los sucesivos planes de paz, asentamientos de la zona E1 están contemplados como parte del territorio de Israel en los acuerdos de Camp David impulsados por Bill Clinton y en los que Israel ofreció a los palestinos la práctica totalidad del área de Cisjordania que reclamaba su líder Yaser Arafat, así como porciones de terreno aledañas para compensar el equivalente al 100% del territorio reclamado. Aunque este acuerdo fue rechazado por los palestinos.

3-Territorios en disputa:


Más allá de los documentos históricos, en la actualidad existen posturas serias contrarias a la supuesta ilegalidad de los asentamientos. Jueces y ex jueces de órganos tan elevados como de la Corte Internacional de Justicia, así como diplomáticos y juristas expertos señalan que los «territorios ocupados» como son llamados por la prensa de referencia, en realidad son territorios en disputa.

«Cisjordania y Gaza son territorios en disputa, y no ocupados; y tanto israelíes como palestinos ejercen reclamos legítimos e históricos.Nunca existió una soberanía palestina ni en Cisjordania ni en Gaza antes de 1967… El territorio de Cisjordania y Gaza fue capturado por Israel en una guerra defensiva, que en este siglo fue un medio legal para la adquisición de territorio«, afirma Jeffrey Helmerich, teórico del Derecho en su artículo ‘Diplomatic and Legal Aspect of the Settlement Issue’, citado por Revista de Medio Oriente.

Cascada de ataques inválidos


«El Gobierno israelí se negó a colaborar con los expertos y se escudó en que el Consejo tiene un enfoque desequilibrado y en que su política de asentamientos en Cisjordania está justificada por la Biblia», aseguran los redactores de EP.

El sesgo de la primera parte de esta afirmación es evidente por 4 motivos.

1-Por un lado, el Consejo de DDHH de la ONU designó a Rickard Falk como el relator especial para Palestina. Falk es conocido por ser un amigo de Hamás y por defender posturas antisemitas en público. De hecho, Falk fue despedido de su rol en la ONG Human Rights Watch debido a su tendenciosidad sobre el conflicto en Oriente medio.

2-Aproximadamente la mitad de todas las resoluciones aprobadas por el Consejo de DDHH desde su creación en 2006 han sido contra Israel. Ningún otro país del mundo ni siquiera regímenes dictatoriales violadores de los Derechos Humanos como Corea del Norte han sido objeto de tantas resoluciones como Israel.

3-Israel es el único país del mundo que es discutido de forma permanente por el Consejo –Tema 7 de la agenda– y el enfoque de esa investigación son «las violaciones israelíes» de los DDHH, pero no las violaciones de la Autoridad Palestina, Al Fatah o Hamás al interior de Palestina o en relación a los israelíes, lo que pone en evidencia el sesgo anti-israelí de los procedimientos.

4-Entre los miembros del Consejo de Derechos Humanos se encuentra una mayoría de países contrarios a Israel, que incluyen regímenes que han sido dictatoriales o que incurren en violaciones flagrantes de los DDHH de sus propios pueblos y que son, otrora, los principales promotores de resoluciones contra Israel, entre ellos: Siria, Libia, Cuba, Venezuela y Sudán.

Por su parte, el sesgo de la segunda parte de la afirmación, vinculada a la justificación de la legalidad de los asentamientos no sólo es incompleta, sino tendenciosa. Además de haber señalado ya una miríada de documentos y posturas que demuestran lo contrario, podemos agregar 2 puntos a tener en cuenta:

1-Tras el armisticio de 1949, el Reino de Jordania controló toda la región de Cisjordania, incluida Jerusalén Este. En ese momento, Israel no reclamó para sí ni Jerusalén Este ni Cisjordania y no existían asentamientos judíos en la zona. Sin embargo, los palestinos jamás obtuvieron soberanía sobre esos territorios. Jordania no tenía ningún tipo de derecho sobre el área, según la Resolución 181 de la ONU que dio origen a la partición de Palestina. Pero eso no fue objeto de crítica por parte de los palestinos ni un motivo para denunciar a Jordania ante el Tribunal Penal Internacional de la La Haya ni para acusar al Rey Hussein de cometer «crímenes de guerra«.

2-La Guerra de 1967, iniciada por los ejércitos árabes contra Israel, incluidos los palestinos, desembocó en la conquista del territorio de Cisjordania y de Jerusalén por Israel, fue una guerra justificada, en el caso de Israel, según el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas que establece que la «legítima defensa» puede llevar a un Estado a recurrir a la fuerza armada para defenderse. Esta situación no es puesta en duda ni siquiera por los palestinos, que son conscientes de que ellos comenzaron la guerra.

Datos equivocados contra Israel


Europa Press cita el informe del Consejo de DDHH de la ONU, lo acepta, lo reproduce, no lo analiza y da por sentada su veracidad, e incluso la apoya: «Estos asentamientos impiden a los palestinos el acceso a los recursos hidráulicos y a las tierras para uso agrícola, prosigue el documento», publica EP.

Esta afirmación contrasta con una gran variedad de estadísticas que demuestran que el consumo de agua de los palestinos en Cisjordania ha aumentado en mayor proporción que el consumo de los propios israelíes. Por eso, el rigor periodístico de los reporteros de EP demuestra no sólo ser endeble y conformista, sino débil, pues se limitan a reproducir las conclusiones de un documento procedente de un organismo con una reputación cuestionada en el caso de su postura sobre Medio Oriente y además, lo hace sin contrastar los hechos sobre el terreno.

En una carta de ReVista de Medio Oriente publicada por el diario mexicano Milenio, el asunto del consumo de agua fue explicado con minuciosidad y haciendo referencia a varias fuentes bibliográficas especializadas:

«Cada año más de 40 millones de metros cúbicos (mm3) de agua de fuentes que se encuentran dentro de Israel se destinan a los palestinos en Cisjordania. Sólo Ramala, la ciudad más importante de Cisjordania, así como las comunidades palestinas adyacentes, reciben más de 10 mm3 de Israel cada año, según la Compañía de Agua de Jerusalén (JWU, por sus siglas en inglés), la empresa palestina de abastecimiento de agua. Esto representa cerca de 83 por ciento del total del agua que suministra dicha empresa», señala la carta de ReVista.

El analista de CAMERA Alex Safian, escribió al respecto: «Entre 1967 y 1995 «los palestinos de Cisjordania incrementaron el uso de agua para efectos domésticos en 640 por ciento, desde 5.4 mm3 hasta 40 mm3 («Judea y Samaria y el Distrito de Gaza: una encuesta de 16 años, 1967-1983», Ministerio de Defensa, Israel, 1983; Arnon Soffer, «El conflicto israelí palestino sobre los recursos de agua»,Palestine-Israel Journal, volumen 5, núm. 1, 1998). A modo de comparación, en el mismo periodo de 28 años el uso doméstico israelí aumentó en sólo 142 por ciento (Resumen estadístico de Israel1996, vol. 47)».

En este sentido, Safian señala que ese incremento del consumo de agua palestino sólo pudo ocurrir gracias a que Israel perforó o permitió la perforación de más de 50 pozos nuevos para uso de la población palestina, pero además gracias a los esfuerzos israelíes de construir «cientos de kilómetros de cañería principal» y de haber conectado a «miles de aldeas y ciudades palestinas al nuevo sistema de agua. Afirmación que realiza con base en el informe documentado:

Antecedentes históricos: Agua, Israel y el Medio Oriente, Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, 1991; Marcia Drezon-Tepler, «Las aguas en disputa y las perspectivas de paz árabe-israelí»,Estudios del Medio Oriente, vol. 30, núm. 2, abril 1994).

Así, queda de manifiesto la postura poco argumentada, falsa e ideológica de los redactores y editores de la agencia Europa Press en relación al tema del agua en Cisjordania.

Por último, los redactores de la agencia se hacen eco de una acusación por parte de los palestinos que señala: «Palestina acusó a Israel en una carta dirigida a Naciones Unidas de estar planificando nuevos «crímenes de guerra» mediante la expansión de los asentamientos».

Resulta llamativo que en la definición de «crímenes de guerra» que emplea Europa Press en el marco del conflicto en Medio Oriente no se mencionen los atentados terroristas contra civiles, los cohetes disparados desde Gaza contra escuelas y autobuses escolares israelíes o bien, las condiciones de los presos israelíes que han caído en manos de Hamás, que ha prohibido incluso la visita de la Cruz Roja a estos cautivos, algunos de los cuales, como Gilad Shalit, han pasado varios años totalmente incomunicados. Una situación que, por otro lado, contrasta con el trato que reciben los presos palestinos, la mitad de los cuales estudia programas escolares de preparatoria o universidad al interior de las cárceles israelíes.

*Difusión: www.PorIsrael.org / www.DiarioJudio.com

 
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