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| jueves noviembre 21, 2024

Una gran historia de amor revolucionario, en hebreo

Nos la cuenta Guil Hovav, nieto de los protagonistas. Fotos: álbum familiar


Guil Hovav, autor del libro sobre el romance

Esta es una conversaciòn sobre lo que nuestro entrevistado llama «el primer romance en hebreo» en la tierra de Israel moderna, que plasmó en su libro más reciente, «Amar en hebreo».

Pero ante todo, cabe presentarlo a él.

Es muy difícil elegir una corta frase para presentar a Guil Hovav. Es experto en culinaria (él aclara que llamarle chef no sería exacto), comunicador, conferencista, escritor y gran amante del idioma hebreo. Esto último es especialmente comprensible, siendo el bisnieto de Eliezer Ben Yehuda, renovador del idioma hebreo en la era moderna. Pero esta entrevista está dedicada más que nada a lo vivido por el hijo de Eliezer Ben Yehuda, o sea el abuelo de Guil, Itamar Ben Avi, con su gran amor Lea Abushdid,  que se convirtió finalmente en su esposa y por ende fue la abuela de Hovav.

Itamar Ben Avi suena en hebreo a “Itamar hijo de mi padre”, pero la palabra “aví”, que en efecto significa en hebreo “mi padre”, aquí es la combinación de las iniciales en hebreo de Eliezer Ben Yehuda.

Guil publicó hace aproximadamente un año un nuevo libro dedicado a esa historia y nos resultó apasionante encontrarnos con él para conversar al respecto.

 

P:Guil,es siempre una alegría tener la oportunidad de conversar contigo porque sé de antemano que disfrutaré. Comencemos por el árbol genealógico, para quienes no conocen.

R: Eliezer Ben Yehuda se casó con Dvora Yonas- en realidad originalmente es Yunes, de Lituania- y tuvieron varios hijos. El mayor era Itamar Ben Avi, mi abuelo. La hija de Itamar Ben Avi era mi mamá.

P:Un famoso libro de la literatura israelí moderna, escrito por Dvora Omer, que hasta es parte del programa de estudios en las escuelas- o al menos era cuando mis hijos estaban en primaria- era “Habejór lebéit aví”, o sea “el primogénito de la casa de mi padre”. Y era justamente sobre tu abuelo, Itamar Ben Avi.

R: Así es. Un hermoso libro.

P: Lo tuve que  comprar en su momento para mi hijo, me puse a leerlo y no podía dejarlo. Guil, me pregunto cómo la singular historia de tu familia influyó en la formación de tu personalidad. ¿Dirías que dejó una impronta?

R:Ante todo, me dejó un enorme respeto al idioma hebreo ya que soy plenamente consciente de cuándo hubo que luchar por él. Debo reconocer que de niño, cuando fui creciendo, sentía que en mi casa había cierta sensación de aristocracia. A mí me parecía una tontería, pero el sentimiento existía sin duda ninguna.

P: Del lado materno de Ben Yehuda, por lo que significó tu bisabuelo en la lucha por el hebreo…

R: Por supuesto.Yo no estaba de acuerdo pero eso estaba ahí. A pesar de ello, para mi madre, Eliezer Ben Yehuda era su abuelo, no Eliezer Ben Yehuda. Sea como sea, al  ir creciendo y leer sobre él, empecé a admirarlo. Era gigante. A su hijo, mi abuelo, menos, aunque todas las mujeres estaban enamoradas de él y todos hablaban de él en superlativos. Y es justamente sobre la historia de amor de mi abuelo y mi abuela, que escribí mi nuevo libro. “Amar en hebreo. Las cartas de amor de Itamar Ben Avi y Lea Abushdid”. Fue el primer romance en hebreo en 2.000 años porque  Eliezer Ben Yehuda y su esposa sabían hebreo y luchaban por él, su idioma madre era ruso o idish.

Itamar Ben Avi y Lea Abushdid

 

Una fuerte historia de amor

P: Y para escribir el libro, leíste todas las cartas de amor de tu abuelo.

R: Así es. Y ahí sí me enamoré de su personalidad.

P: Tú me dijiste una vez que Eliezer Ben Yehuda no tenía gran sentido del humor, que los revolucionarios no tienen tiempo para ello. Pero en realidad, también su hijo, tu abuelo, Itamar Ben Avi, lo fue. La forma en que luchó por el amor de Lea Abushdid fue impresionante.

R: Es cierto. Era indudablemente muy testarudo. No tenía la persistencia y la metodología de su padre Eliezer Ben Yehuda, ya que empezó mil cosas y las dejó en el medio, pero tenía un gran encanto, mucho amor, gran talento, escribía maravillosamente…y sabía amar. Pero su padre era digno de admiración.

 

P: Hoy en día es increíble, pero en aquellos tiempos, la gran lucha era porque su amada era sefaradí y él era ashkenazí. Y los sefaradíes , los que se llamaban “sámej tétim”, o sea por el hebreo, ·”sefaradim tehorim”, sefaradíes puros, no aceptaban que ella se case con él , ante todo por su origen .

R: Exacto. Sólo coordinar para verla era todo un operativo.  No le dejaban entrar a su casa, la mandaron a ella a otra ciudad, querían mandarla a otro país e inclusive después que finalmente se comprometieron, su madre siguió intentando que ella se comprometa con otros. Para la familia Abushdid, ese romance era una catástrofe.  También ellos creían que son aristocracia, eran una familia muy adinerada. Y él era un tiro al aire, no tenía dinero, ni alcurnia, era hijo de alguien a quien no entendían bien, con comportamientos modernos, algo muy distinto de lo que eran ellos, muy del “ishuv haiashán”, o sea de la población más antigua y conservadora de la tierra de Israel.  Y realmente hicieron todo para que ese amor no se concrete.  Sin duda los “samej tétim”, como dices, se consideraban de un nivel mucho más alto que los demás , en general tenían muy buena posición económica, habían nacido aquí, llevaban generaciones en la tierra de Israel , se consideraban “la sal de la tierra” mientras que los ashkenazíes en aquel tiempo eran vistos como refugiados pobres, inmigrantes.

Itamar Ben Avi, abuelo de Guil Hovav, hijo de Eliezer Ben Yehuda

 

P: Pero el tema no pasaba solamente por lo económico sino por una percepción de su intelectualidad ¿verdad?

R: Exacto. Era algo cultural.

 

Entre las cartas y la vida

P: ¿Qué aprendiste leyendo todas las cartas para escribir el libro?

R: Ante todo te diré que todo parecía grande, muy romántico, todos parecían más hermosos, más ricos, más enamorados y más pobres. Me refiero a que todo se presentaba con mucho drama. Pero a lo largo de los años se fueron agregando mitos, hechos inexactos que los Ben Yehuda mismos contaban, que en la práctica habían sido un tanto distintos. Lo seguro es que Itamar y Lea estaban sumamente enamorados, era un amor de locura. Pero les llevó años comprometerse y varios años más hasta que pudieron casarse. Hubo épocas en las que no estuvieron en contacto. De repente ella declaró que no lo ama, porque su familia la había presionado…y él todo el tiempo dice que ésta será su última carta, no escribiré más, cosas así, y al día siguiente escribía de nuevo. Amenazó con suicidarse pero no lo hizo…hay que leer las cartas con cuidado.

P: Tú no llegaste a conocerlo ¿verdad?

R: No. A mi abuela si, muy bien. Él falleció en 1943, joven, tenía menos de 60 años.

P:¿Cómo la recuerdas a ella?

R: Era impactante, una especie de diva en el pleno sentido de la palabra. La criaron como a una princesa. Y era hermosísima, sumamente inteligente, muy culta, hablaba seis idiomas: hebreo, árabe, marroquí, francés, inglés y español. Fue educada en las mejores escuelas y eso dio sus frutos. Era todo: era una actriz excelente, inteligente, cómica, sabía mucho, era sumamente curiosa. Y estaba perdidamente enamorada de él.

Lea Abushdid, el gran amor de Itamar, abuela de Guil Hovav

 

También tenía mucho sentido del humor. Era muy buena contando historias. Era toda una actriz para eso. Siendo yo niño, como ella ya era una mujer mayor, yo no veía su belleza pero todos hablaban de eso, de lo hermosa que había sido, algo nunca visto decían todos. ¿Era realmente la mujer más hermosa que se había visto en la tierra de Israel como tantos decían? No sé. Digamos que sí. Pero sin duda era maravillosa. Sin duda pertenecía a la vieja comunidad conservadora de la población hebrea. Criada en valores. Y claro que no podía concebir que se coma falafel en la calle. Decía que solamente los perros comen en la calle , que la gente tiene que comer sentada en su casa, no parada afuera.  La verdad es que tenía muchas leyes que de niño me gustaban. Me divertían.

 

P: ¿Y cómo se desarrolló el contacto entre las dos familias si los Abushdid fueron tan insistentes en el esfuerzo por separarlos? Al final se casaron y tuvieron hijos…

R: Creo que influyó mucho el hecho que su madre falleció poco después. Pero además, creo que con el tiempo entendieron que Eliezer Ben Yeuda, el padre de Itamar, era de los grandes del sionismo, que no era un loco empecinado con algo que no valía la pena. Y con el tiempo los Abushdid aprendieron a apreciarlo más y más.

P: ¿Y cómo lidiaron con el tema económico?

R: En comparación con la situación en la que ella creció, se puede decir que vivieron siempre en cierta pobreza, porque mi abuelo no lograba mantener la casa de otra forma.

P: ¿Y no se acostumbraba que los padres ayuden? En este caso, claro, los Abushdid.

R: Podían, pero Itamar y Lea no aceptaron, por orgullo. Mi abuela renunció a toda la dote y no heredó nada de su familia, no quiso nada porque no quería que digan que él se había casado con ella por su dinero, ya que realmente no había sido así. En toda esta historia había mucho orgullo. Eso era su orgullo sefaradí.

Los orígenes y el camino propio

P: ¿Cómo es ser el bisnieto de Eliezer Ben Yehuda, y el nieto de  su hijo Itamar Ben Avi y de Lea Abushdid… y el hijo de tu padre, el inolvidable locutor de Kol Israel Moshe Hovav? Recuerdo claramente el trueno de su voz en la radio, su perfecta dicción…

 

Moshe Hovav, en la radio israelì (Foto: Moshe Pridan, GPO, 1951)

 

R: Es hermoso. No diré que no abre puertas. Claro que sí, en muchas áreas. Cuando era alumno de escuela, siempre me trataban especialmente bien los maestros de Idioma hebreo..,

P: Claro,con todo lo que mamaste en casa en cuanto a cómo hablar bien, no se podía esperar otra cosa..

R: Sí, pero también en forma injustificada, porque mi apellido les daba miedo.Cuando crecí un poco y mi padre ya era sumamente famoso, era la voz del país a través de la radio, claro que al ir a periodismo era muy útil ser “el hijo de Moshe Hovav”. Y eso me llevaba también a conocer todas las calles con el nombre Ben Yehuda en el país.Tengo mis cuentas con ciudades de acuerdo al tamaño de la calle Ben Yehuda.Jerusalem está bien, Tel Aviv también, Haifa más o menos y Montevideo todavía tiene un camino que recorrer.

Hablando en serio, claro que la ascendencia familiar ayuda y es buena. Y la verdad es que aquellos de la familia a los que no conocí personalmente, los conozco leyendo sobre ellos , y disfruto de ver cómo eran. No siempre fáciles y no siempre normales, pero gente con valores que logró cosas en la vida. Si hay calles a nombre de mi bisabuelo, de mi abuelo, de mi padre, es porque hicieron algo.Hay que dejar una impronta en la vida.

P: Dices que no era gente fácil…y yo me imagino que un revolucionario que nada contra la corriente-como lo era sin duda tu bisabuelo  Eliezer Ben Yehuda que hizo renacer para el uso diario el idioma hebreo – no puede ser una persona con la que era muy fácil tratar ¿verdad?

R: Era una persona sumamente difícil. Como bien has recordado, siempre digo en mis conferencias que hay dos tipos de personas-revolucionarios y profetas (y él era ambas cosas)- cuya característica primordial era que no tienen sentido del humor. Estoy seguro que Che Guevara tampoco tenía sentido del humor. Es que uno está todo el tiempo  mirando hacia la meta y fijándose en lo que está mal y hay que corregir y por lo tanto no puede comprender que la realidad podría ser también totalmente diferente…

Eliezer ben Yehuda era un hombre sumamente  difícil y estoy seguro que no era ningún gran placer ser su hijo o su hija. Pero lo que sí puedo asegurar es que sus hijos lo admiraban. Cuando crecieron, todos lo admiraban.  Lo llamaban “Aví hagadól”, mi gran padre, algo así…Podían pues admirarlo, pero vivir a su lado-tal cual pueden contar sus dos mujeres –no era fácil.

Yo suelo decir que en este tema del renacimiento del idioma hebreo se suele recordar a los hombres, pero que en realidad las verdaderamente grandes eran las mujeres. Jemda Ben Yehuda, la segunda esposa de Eliezer Ben Yehuda, fue la que hizo todo. Gracias a ella se publicó el diccionario. Claro que él trajo su genialidad, pero si ella no hubiera conseguido el dinero , los vínculos, si no hubiera sido por su empecinamiento, el diccionario no sale.

P: Y también en tu casa, entre tus abuelos, tienes claro quién era el gran personaje.

R: Por supuesto. Si se compara a mi abuelo  Itamar Ben Avi al que el mundo recuerda y en cuya memoria fueron nombradas calles en diferentes partes, con su esposa, mi abuela,  Lea Abushdid, está claro que ella era más inteligente que él, más preparada que él, más capaz de traer ingresos a la casa. A él no lo conocí, estoy seguro que era un hombre fabuloso, pero ella era , como decimos en hebreo, más grande que la vida misma…

P: Así que también él tenía algo si ella lo amaba tanto.

R: ¡Claro! Eso está clarísimo..Ella dejó todo su mundo por él. Salió de su casa para irse con él. Salió de su casa sin nada, sólo con su ropa. Todo para estar con él.

P: Impresionante historia. Gracias mil Guil.

R: A ti.

 
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