Un gran comentario desde los Emiratos Árabes Unidos sobre la eliminación de Sinwar

Hace mucho tiempo que seguimos en la red social X  (ex Twitter) al comunicador emiratí Amjad Taha, entusiasta defensor del derecho de Israel a vivir en paz y seguridad, firme crítico del terrorismo y de la ceguera de muchos ante sus crímenes. Es experto en temas de Política Estratégica, analista de seguridad y un requerido comentarista y analista. Tiene siempre el ojo bien puesto en los aspectos de la noticia que hacen a la vida de los pueblos de Oriente Medio, entendiendo que los terroristas hacen la guerra para destruir a Israel y que cuando Israel responde con guerra es para preservar su seguridad.

Vale la pena leer cuidadosamente el post que publicó a raíz de la eliminación de Yehia Sinwar , que apoyó, y del traslado de su cuerpo a un lugar seguro.

Recomendamos leerlo. Aparte del contenido, es clave destacar que el autor es un árabe emiratí.

Reproducimos su post y pasamos a traducirlo

The Jews are a nation of great morals, a school of respect. Yahya Sinwar killed their children and raped their women, and on the day of his demise, they did not drag his body as some did with Gaddafi. They did not cut off his head as Hamas did with the Israelis. They did not stomp on his corpse with their feet as some Iraqis did with Saddam, nor did they spit on his body despite the utter vileness of this being. Instead, they placed the body in a black bag and transported it with full respect. This is the difference between barbarism and civilization, the difference between the children of darkness and the children of light. It is the difference between those who respect both the living and the dead, and those who respect neither. This is the distinction between the morals of the brave, victorious knight and the cowardly fugitive whose end came without a single companion, like a rotten, perished rat.

Los judíos son una nación de grandes valores morales, una escuela de respeto. Yahya Sinwar mató a sus hijos y violó a sus mujeres, y el día de su muerte no arrastraron su cuerpo como algunos hicieron con Gadafi. No le cortaron la cabeza como hizo Hamás con los israelíes. No pisotearon su cadáver con los pies como hicieron algunos iraquíes con Saddam, ni escupieron sobre su cuerpo a pesar de la absoluta vileza de este ser. En cambio, colocaron el cuerpo en una bolsa negra y lo transportaron con pleno respeto. Esta es la diferencia entre la barbarie y la civilización, la diferencia entre los hijos de la oscuridad y los hijos de la luz. Es la diferencia entre los que respetan tanto a los vivos como a los muertos, y los que no respetan a ninguno. Esta es la distinción entre la moral del valiente caballero victorioso y el fugitivo cobarde cuyo final llegó sin un solo compañero, como una rata podrida y muerta.