Alice Wairimu Nderitu.Foto captura de youtube
«¿Puede alguien íntegro sobrevivir en la ONU?», se preguntaba el editorial del Wall Street Journal de este martes, argumentando que la ONU se ha negado a renovar el contrato de la Asesora Especial para la Prevención del Genocidio, Alice Wairimu Nderitu, debido a su determinación de que las acciones de Israel en Gaza no pueden definirse como «genocidio».
La publicación citó su documento de 2022 sobre «cuándo referirse a una situación como ‘genocidio’», que destaca la importancia de que «los funcionarios de las Naciones Unidas se adhieran al uso correcto del término». Este documento afirmaba que ello es necesario debido al «frecuente mal uso del término para referirse a crímenes graves y a gran escala cometidos contra poblaciones particulares; la naturaleza emotiva del término, y la sensibilidad política que rodea su uso; y las posibles implicaciones legales asociadas con la determinación de genocidio”.
Según Nderitu, el término “genocidio” engloba el Holocausto, el genocidio perpetrado por los hutus contra los tutsis en Ruanda, los ataques serbios contra los musulmanes bosnios, y las matanzas que se llevan a cabo actualmente en Sudán.
Con respecto a Israel, el editorial del WSJ señala: “Como cuestión legal, establecer un patrón de violencia como genocidio requiere demostrar intención. La campaña de autodefensa de Israel no califica”.
La publicación agrega que el informe publicado el 14 de noviembre por el Comité Especial de la ONU para Investigar las Prácticas Israelíes afirmó lo contrario: que existe “la posibilidad de genocidio en Gaza y un sistema de apartheid en Cisjordania”.
Decisión política
Según el Wall Street Journal, el comité estuvo fuertemente influenciado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, quien, según la publicación, “se ha pasado todo este año atacando a Israel”.
Aunque la ONU ha dicho que el contrato de Nderitu estaba a punto de expirar, el WSJ señala que la organización a menudo opta por renovar dichos contratos. Por ello, el diario añade: “La destitución de Nderitu es una decisión política”, y tanto Türk como los grupos hostiles a Israel en la ONU desean verla fuera de su cargo.
“Más allá del destino de la señora Nderitu, también se le está haciendo un daño a la definición de genocidio. La palabra se ha convertido en un arma de propaganda política, que erosionará su autoridad moral cuando sea necesaria para describir horrores genuinos”, afirma la publicación.
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.
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