Hay tres razones.
- Joe Biden ha estado ayudando a Israel con lentitud, lo que ha provocado la muerte de soldados israelíes. El alto el fuego está diseñado para permitir que Biden se vaya y que la administración entrante de Trump vuelva a armar a Israel.
- Joe Biden ha estado amenazando a Israel con abstenerse en la ONU antes de salir si Israel no pone fin a sus acciones en el Líbano; además, Israel está intentando negociar un acuerdo con Francia para poner fin al apoyo de Francia a los ataques antisemitas de la CPI contra el primer ministro Netanyahu y el ex ministro de Defensa Yoav Gallant.
- Incluso en estas condiciones, Israel tiene interés en sacar a Hezbolá del tablero como pieza de ajedrez en relación con Hamás. Hamás ha intentado durante toda la guerra del 7 de octubre convencer a otras potencias para que lo salven.
Hezbolá prometió abiertamente que no detendría su guerra hasta que Hamas fuera preservada. Hezbolá fracasó. Su liderazgo está muerto, sus depósitos de armas destruidos en gran parte, todo a un costo militar increíblemente bajo para Israel. Ahora Hezbolá ya no está allí para dividir la atención de Israel y prolongar la resistencia de Hamas.
¿Qué significa esto? Significa que Israel considera este alto el fuego como eso: un alto el fuego hasta que Joe Biden se vaya.
Es un alto el fuego de 60 días.
Joe Biden dejará el cargo en 54 días.
Esto no es una coincidencia.
Si Hezbolá cumple con los términos, mucho mejor: los israelíes pueden regresar a sus hogares y vivir seguros en el norte. Pero Israel está trabajando bajo la suposición probablemente correcta de que Hezbolá no cumplirá con los términos y que el acuerdo, tal como lo interpreta la administración Trump, en realidad le permitirá a Israel libertad de acción (una libertad de acción negada por Biden con su interpretación espuria y fea del mismo acuerdo).
¿Cómo puede saberse que todo esto es cierto? Netanyahu, en su declaración, dijo abiertamente que si se viola el acuerdo, los palestinos volverán a sus hogares y que el objetivo en el norte es el retorno de los residentes, pero no les pidió que se fueran a sus hogares todavía. La durabilidad del alto el fuego depende completamente de que Hezbolá y el Líbano lo respeten. Si no lo hacen y llega el 20 de enero, Israel hará lo que tenga que hacer.
¿Y qué pasa con Gaza? Israel renovará sus esfuerzos en Gaza para liberar a los rehenes. Esperan que la ausencia de Hezbolá en la guerra cree una nueva influencia contra Hamás. Tal vez sea cierto. Pero es de suponer que la administración Biden ahora intentará presionar a Israel para que firme algún tipo de acuerdo prematuro y poco saludable en Gaza que deje a Hamás en el poder, como en el Líbano. Israel simplemente no lo hará y no puede hacerlo. En cambio, Israel se apegará a sus objetivos en Gaza y consolidará y renovará sus fuerzas en previsión de la siguiente ronda de combates, cuando haya un presidente que no sea un cobarde patético en relación con Irán y sus representantes.
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