Los hechos y datos que refutan las falsas acusaciones de ‘genocidio’ contra Israel

Hamás ha defendido abiertamente un genocidio contra los judíos

El bulo consiste en acusar al único Estado judío de cometer un «genocidio» en Gaza, una acusación que se basa en las cifras falsas de muertos difundidas por la organización terrorista Hamás, el grupo islamista y antisemita que inició esta guerra el 7 de octubre de 2023 con la mayor masacre sufrida por el pueblo judío desde el Holocausto, una masacre en la que civiles desarmados -niños y bebés incluidos- fueron torturados, violados y asesinados, algunos de ellos quemados vivos en sus propias casas. Además, Hamás secuestro a cientos de personas, algunas de las cuales siguen retenidas por los terroristas.

En primer lugar, es sorprendente ver que los mismos que acusan a Israel de «genocidio» nunca dirigen esa acusación contra Hamás, cuya carta fundacional llama a matar a todos los judíos, lo cual es un propósito claramente genocida conforme a lo establecido en el Artículo 6 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Recordemos que ya en octubre de 2023, poco después de esa masacre perpetrada por la organización islamista y antisemita, cientos de juristas de 22 naciones acusaron a Hamás de crímenes de genocidio.

El Estatuto de Roma y las características que tiene un genocidio

Hay que recordar que conforme al citado Artículo 6 del Estatuto de Roma, para calificar un crimen como genocidio tiene que darse  «la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal«. Esta intención puede darse con independencia del número de víctimas. Por ejemplo, en la Masacre de Srebrenica, el Ejército de la República Srpska asesinó a 8.372 personas y el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia calificó esos hechos como «genocidio», alegando lo siguiente:

La gravedad del genocidio se refleja en los estrictos requisitos que deben cumplirse antes de dictar sentencia. Estos requisitos —la exigente prueba de la intención específica y la demostración de que el grupo era el objetivo de su destrucción total o parcial— previenen el peligro de que las condenas por este delito se impongan a la ligera. Sin embargo, cuando se cumplen estos requisitos, la ley no debe rehuir referirse al delito cometido por su nombre. Al intentar eliminar a una parte de los musulmanes bosnios, las fuerzas serbobosnias cometieron genocidio. Su objetivo era la extinción de los cuarenta mil musulmanes bosnios que vivían en Srebrenica, un grupo emblemático de los musulmanes bosnios en general.

¿Acusarán también de ‘genocidio’ a los Aliados de la Segunda Guerra Mundial?

Ha habido guerras con muchas más bajas que la Masacre de Srebrenica. Por ejemplo, según W. van Mourik (Bilanz des Krieges, Ed. Lekturama, Rotterdam, 1978), Alemania sufrió 3,64 millones de bajas civiles en la Segunda Guerra Mundial, muchas de ellas a causa de los bombardeos y fuego de artillería aliados contra la población civil. A su vez, según la misma fuente, el Reino Unido sufrió 60.000, Francia 98.000 y Bélgica 50.000, muchos de ellos a causa de los bombardeos alemanes. Sin embargo, a nadie mínimamente serio se le ocurre acusar a los Aliados de «genocidio», un crimen por el que en esa guerra sólo fueron condenados altos cargos de la dictadura de Hitler.

Los datos que indican que Israel no quiere exterminar a la población de Gaza

Sin embargo, basándose exclusivamente en las falsas cifras de muertos difundidas por Hamás, algunos hacen esa falsa acusación contra Israel ignorando los elementos claves del crimen de genocidio, empezando por su intencionalidad. Si algo se puede decir del Estado judío es que el Ejército de Israel está actuando con más cuidado que los Aliados en la Segunda Guerra Mundial:

• Ofreciendo corredores humanitarios para evacuar a la población civil de Gaza (corredores que Hamás ha saboteado sistemáticamente).
• Avisando a los residentes de las zonas atacadas para que las evacúen antes de lanzar sus ataques, algo que no ha hecho ningún otro ejército en toda la historia de la Humanidad, pues pone en peligro a sus propios soldados al hacer esos avisos. Sólo en el primer año de esta guerra, las Fuerzas de Defensa de Israel hicieron 100.000 llamadas telefónicas de evacuación, lanzaron unos 9,3 millones de folletos de evacuación y enviaron 15,5 millones de mensajes de texto y 17 millones de grabaciones de voz pidiendo la evacuación.
• Facilitando la entrada y proporcionando ayuda humanitaria a Gaza, con 12.197 camiones con 257.530 toneladas de alimentos, 2.885 camiones con 41.470 toneladas de equipo de refugio con toneladas, 1.420 camiones con 28.320 toneladas de agua, 461 camiones cisterna con gas de cocina y 225 camiones cisterna con combustible ya sólo en el primer año de la guerra.
• Proporcionando asistencia médica a los civiles de Gaza, a los mismos civiles que hace dos años festejaban la masacre perpetrada por Hamás contra Israel: 6 hospitales de campaña activos y 1.717 camiones con 19.950 toneladas de equipo médico ya sólo en el primer año de la guerra.

Hay más árabes en Israel que judíos en todos los países islámicos juntos

Por si alguien aún insiste en sostener esa falsa acusación de genocidio contra Israel, hay que recordar que los palestinos de Gaza son árabes. De hecho, los árabes del antiguo Mandato Británico de Palestina no se llamaban a sí mismos «palestinos» (ése era el nombre que se daban los judíos que vivían en ese territorio), sino que se hacían llamar «árabes».

Según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, Israel tiene 9.842.000 habitantes, de los cuales 2.080.000 son árabes (el 21,1%). Como ya indiqué aquí, dentro de los árabes israelíes, el 82,6% son musulmanes suníes, el 9% son drusos y el 9% son cristianos. Hay un dato que ya di hace un mes, y es que hay más musulmanes en Israel que judíos en todos los países de mayoría musulmana juntos, lo cual dice mucho sobre la tolerancia y la libertad religiosa que existe en el Estado de Israel. Hace 20 años que no hay judíos en Gaza. Fueron evacuados por el gobierno de Israel de forma unilateral.

En Israel los árabes tienen más libertades que en los países islámicos

Hay que recordar que los árabes de Israel tienen libertades y derechos que ni siquiera tienen en países islámicos, ya que Israel es una democracia (en la que los árabes tienen sus propios representantes en el Parlamento nacional), mientras que la mayoría de los países islámicos son regímenes autoritarios. En estas condiciones, acusar a Israel de «genocidio» no sólo es faltar a la verdad, sino que además exhibe una clara ignorancia o mala fe que se aprovecha del desconocimiento de muchas personas en Occidente sobre cómo es la vida en un país democrático como Israel.

Por supuesto, si Israel quisiese cometer un genocidio en Gaza, tiene una potencia militar enorme como para hacerlo, pero no lo ha hecho. Las propias cifras falsas de muertos publicadas por Hamás revelan la escala de la mentira: en 2021 Gaza tenía 645.576 habitantes. En un territorio con una muy alta densidad de población (14.346,13 habitantes por kilómetro cuadrado), si Israel quisiese cometer en genocidio ya habría muchos más muertos que los reportados por Hamás. Lo que el pueblo de Israel ha querido desde la fundación de su Estado es vivir en paz con sus vecinos, pero nada más declarar su independencia, sus vecinos árabes atacaron a Israel, y volvieron a atacar al Estado judío en posteriores ocasiones, perdiendo todas las guerras que iniciaron. Israel ni siquiera puede permitirse el lujo de perder una guerra, porque eso supondría su desaparición.

La masacre antisemita de Hamás sí mostró características genocidas

Así pues, nada indica que Israel esté cometiendo crímenes de genocidio. Por el contrario, la masacre del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamás sí mostró características genocidas, ya que fue perpetrada por una organización que se ha propuesto públicamente exterminar a los judíos (aunque carezca de los medios para llevar a cabo ese propósito, eso no impide calificar el hecho como crimen de genocidio), pues en esa masacre asesinó indiscriminadamente y a sangre fría a civiles indefensos, unas muertes que no pueden atribuirse a bajas colaterales en una guerra. De hecho, fue Hamás la que desencadenó esta guerra con esa brutal masacre, y ahora lo que busca Israel es algo legítimo para un país agredido: liberar a las personas secuestradas por Hamás, capturar a los autores de esos crímenes, acabar con Hamás e impedir que el terrorismo islamista pueda repetir una atrocidad como ésa.

La responsabilidad de Hamás sobre las bajas de civiles en Gaza

Los muertos y heridos de la guerra en Gaza (aunque fuesen 100 ya sería una cifra terrible) son la consecuencia de tener a una organización terrorista que usa a su población civil como escudos humanos, prohibiéndole evacuar las zonas atacadas, robándole la ayuda humanitaria que llega del exterior y disparando cohetes desde zonas residenciales, lo cual es un crimen de guerra, además de convertir esas zonas en objetivos militares legítimos según el Derecho Internacional Humanitario. A esto hay que añadir que los terroristas de Hamás usan indumentaria civil y cuentan a sus muertos como civiles, engordando así sus falsas estadísticas.

De hecho, hasta ahora esas falsas acusaciones de «genocidio» contra Israel han servido para favorecer a Hamás, pues a la organización terrorista no le importa el sufrimiento de los civiles de Gaza: por eso les prohíbe seguir las instrucciones de evacuación de las Fuerzas de Defensa de Israel. Hamás tiene sus túneles debajo de zonas residenciales de Gaza y esconde a las personas secuestradas en esas zonas, obligando al Ejército de Israel a ir casa por casa en su búsqueda, una forma de guerra urbana que siempre provoca muchas bajas entre los contendientes y entre la población civil. Hamás planifició esta guerra de tal modo que demuestra no tener ninguna preocupación por las vidas de los civiles de Gaza.

Unas falsas acusaciones movidas por el antisemitismo

Teniendo en cuenta todos los datos expuestos, es una grandísima indecencia que esta estrategia criminal de Hamás sea favorecida con falsas acusaciones contra un país democrático, país al que algunos exigen unos criterios muy estrictos a la hora de hacer la guerra, unos criterios que nunca se han pedido a ningún otro país que ha sufrido un ataque y que los Aliados no cumplieron en la Segunda Guerra Mundial, pues de haberlo hecho seguramente tendríamos la bandera con la esvástica todavía ondeando en varios países de Europa.

El ensañamiento de algunos con Israel y sus falsas acusaciones de «genocidio» sólo tienen una razón: es el único Estado judío. Por eso no escuchamos acusaciones parecidas contra Rusia por parte de esos mismos políticos, activistas y medios, a pesar de todas las atrocidades que Rusia está cometiendo en Ucrania. Tampoco han lanzado esas acusaciones contra Turquía por sus bombardeos contra los kurdos en Siria e Irak, ni contra los terroristas islamistas que provocan constantes masacres de cristianos en Nigeria, ni contra la dictadura comunista china por el genocido uigur. A estas alturas ya es difícil disimular el hecho de que esa distinta vara de medir que algunos imponen a Israel está movida por el antisemitismo, antaño promovido por los nazis y ahora fomentado por la izquierda y los islamistas.