Esta semana han sido muy notorios varios hechos públicos relacionados con la guerra entre Israel y Hamas, que han demostrado que la deshonestidad intelectual de conocidos medios de difusión de alcance mundial, así como de gobiernos y dirigentes políticos, fue, es y será siendo intensa y permanente y que no aceptan prueba alguna de sus difamaciones, tergiversaciones y agresiones.
Una investigación del diario alemán Bild publicó evidencias sobre el uso propagandístico de imágenes en Gaza. El fotógrafo Anas Zayed Fteiha ha escenificado fotografías del hambre, seleccionando qué tomas mostrar —especialmente mujeres y niños— y sin fotografiar las veces por día que los palestinos reciben alimentos. Fteiha trabaja para la agencia de noticias turca Anadolu, y sus fotos son distribuidas por agencias internacionales. Una de sus imágenes más recientes en la que se ve a un grupo de personas desesperadas frente a un punto de distribución de comida en Gaza, levantó sospechas porque otras fotografías tomadas en el mismo lugar y momento por otros fotógrafos muestran hombres adultos recibiendo alimentos con normalidad. La foto de Fteiha en Instagram lo muestra con uniforme de combate y un cartel grande con el escrito “Palestina libre”. En la Franja de Gaza, prácticamente todos los fotógrafos son palestinos y, según expertos citados por Bild, la mayoría están vinculados con Hamás. El historiador Gerhard Paul afirmó en Süddeutsche Zeitung que en el sur de Gaza «Hamás controla el 100% de la producción de imágenes», con el objetivo de generar simpatía en Occidente y avivar la hostilidad contra Israel.
Desde octubre del 2023, la imagen se ha convertido en arma política. Muy poco después del ataque de Hamas a Israel, los grandes medios de Estados Unidos y Europa se olvidaron de las familias judías quemadas vivas, de los civiles judíos descuartizados, de los bebés incinerados, y ni que hablar todo lo que han omitido y siguen omitiendo sobre las imágenes que les envía el propio Hamas mostrando con orgullo como tortura y destruye a secuestrados. Los dos actos delictivos más notorios de los últimos días, perpetrados entre otros por New York Times, fueron primero mostrar en la tapa, una foto terrible de un niño en condiciones físicas deplorables en Gaza diciendo que era víctima del hambre cuando en realidad es un niño que desde hace 7 años viene siendo tratado por médicos israelíes por malformaciones congénitas y enfermedades severas. New York Times se rectificó con tanta eficacia que casi ningún lector pudo encontrar lo que debió ser mucho más que una disculpa, una admisión de culpabilidad por violar todos los códigos periodísticos, que, a pesar del New York Times, todavía existen. No conforme con esto, después que el sábado pasado Hamas envió al mundo fotos del secuestrado israelí Evyatar David en estado esquelético idéntico a los que estaban vivos en abril de 1945 y además cavando su tumba dentro de un túnel, el diario norteamericano no se dio por enterado.
Hay quienes se preguntaron si estas actitudes del diario y de muchos medios más como CNN o BBC, se debe a un sesgo ideológico. Nos preguntamos cómo se llama a la ideología de quienes muestran noticias falsas para apoyar a un grupo terrorista. Quizás haya que inventar un nuevo vocablo para definir esta forma de irresponsabilidad profesional e incitación al odio a través de la mentira.
Las distintas agencias de Naciones Unidas no actúan diferente a los medios que hemos mencionado. No puede resolver ni un conflicto ni podrá hacerlo nunca bajo la estructura actual, pero muchos de sus jerarcas opinan y lo que logran es enardecer. Así le ha pasado a Ucrania desde que fue invadida por Rusia y viene sufriendo crímenes contra la humanidad por más de tres años, pero como Rusia es uno de los copropietarios de la organización con derecho a veto, la guerra terminará sin que nadie de la ONU haya hecho otra cosa que hablar.
Con Israel es diferente y peor. Hace años que la ONU hace tiro al blanco contra Israel, vota resoluciones declarativas y no tiene nada que hacer en Medio Oriente, salvo daño. UNWRA lleno de terroristas de Hamas, o sea, asalariados de una agencia de la ONU asesinaron y secuestraron el 7/10/23 y la ONU todavía hoy no está dispuesta a reconocerlo. La infame Cruz Roja no fue apercibida por sus tropelías y abandono de sus obligaciones con los secuestrados judíos y sigue muy campante. Los funcionarios de la ONU han puesto todo tipo de dificultades para que la ayuda humanitaria entrara a Gaza, pero se han preocupado de culpar a otras agencias de ayuda, y por supuesto a Israel. Frente a tan desproporcionado uso de la indiferencia y la ineptitud, uno de los cientos de oficinas de la organización, Oficina de ONU de Servicios de Proyectos (UNOPS) publicó datos de la realidad que ni sus jefes, ni por supuesto los que apoyan a Hamas, admiten, a pesar de que sucede desde el primer minuto que comenzó la ayuda humanitaria a Gaza. De 2.604 camiones que pudieron entrar en Gaza entre el 19 de mayo y el 5 de agosto, 2.309 no llegaron a su destino, o sea, gratis y a la población. UNOPS escribe en su informe que eso sucedió porque “los camiones fueron interceptados a la fuerza por gente armada y los menos por gente que quería tomar los insumos sin esperar un minuto más”. 88% de los camiones no llegaron así a su destino. UNOPS sigue informando que esas cifras han aumentado. En junio, la ONU llevaba 1.155 camiones y 1.048, el 90.7% fueron desviados por Hamas. En julio, la cifra subió a 94%. Gaza vive esa tragedia. La ayuda que debe llegar a la población gratis se la quedan los miles de terroristas de Hamas y las casas de familias que han retenido y retienen bajo torturas a los secuestrados. Una parte de los insumos los venden en el mercado negro al precio que quieren y que los civiles de Gaza no pueden pagar. Pero incluso conociendo el informe de UNOPS y decenas de informes más, prensa, partidos políticos de izquierda y de derecha, gobiernos en todos los continentes han señalado como único culpable a Israel. La historia los ayudó a tomar esa decisión. La historia oscura y ruinosa de la Europa históricamente antisemita expandida universalmente a las ideologías que han hecho del odio antijudío un tema central de sus plataformas.
El lunes de esta semana, cuando el ministro de relaciones exteriores de Israel Gideon Sa’ar le dijo varias verdades al Consejo de Seguridad, ¿qué obtuvo? Unas pocas frases de escasos países reconociendo la barbarie de Hamas contra los secuestrados israelíes. Y largos desbordes retóricos que, entre otras cosas, ni siquiera mencionaron el informe de UNOPS, una oficina de la propia ONU, sobre la culpabilidad de Hamas robando casi toda la ayuda humanitaria, para así poder continuar con su retahíla contra Israel.
El ministro Sa’ar fue breve. E hizo lo que quizás debió hacer hace mucho tiempo. Conociendo la hipocresía que mayoritariamente lo estaba rodeando en el semi círculo del Consejo de Seguridad, les dijo la realidad para que todos tuvieran en claro cómo son las cosas en el terreno, les guste o no reconocerlo. “Hay países que en este mismo edificio han presionado a Israel en lugar de hacerlo con Hamas, y lo han hecho en momentos claves de las negociaciones, atacándonos, haciendo campaña contra nuestro país, haciendo anuncios. Lo que hicieron con ello, fue darle regalos gratis a Hamas, lo incentivaron a continuar la guerra, y asesinaron el acuerdo de alto al fuego y liberación de los secuestrados. El responsable de esta guerra es Hamas que la comenzó el 7/10 invadiendo Israel y cometiendo atrocidades.
Hamas es responsable de que esta guerra aún continúe rehusando liberar a los secuestrados y entregar sus armas. La presión internacional la deben hacer sobre Hamas. Cualquier otra acción que hagan, sólo prolonga la guerra”.
¿Qué respuestas recibió Israel después de la breve alocución del ministro Sa’ar en la ONU? En la sala, nada que no fuese agresión. Rusia como siempre dio un recital de solidaridad con Hamas mientras suma asesinatos en su guerra contra Ucrania. Y ayer, respondieron los dirigentes de Hamas, protegidos en Qatar e hicieron un vehemente llamado inmediato a todo el mundo islámico y a sus socios-cómplices para que ataquen las embajadas de Israel y Estados Unidos en todo el mundo.
Cuando la indiferencia de muchos, el silencio de otros tantos, pero la movilización digitada de varios, se haga eco del pedido de Hamas y se sigan sucediendo agresiones antisemitas brutales en Grecia, Francia, Inglaterra, Chipre, Bélgica, Noruega, etc., etc., aumentará la ola impune de antisemitismo y Hamas volverá a sentirse incentivado en su objetivo final de exterminio de Israel. Pero hay algo que dijo Sa’ar esta semana y otros líderes israelíes y que parece que no se ha querido entender. Ya se destrozó el lema nunca más. Hoy es nunca más ni ahora ni mañana. Quizás sería sano que de una buena vez lo entiendan.
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.