Lo que los países occidentales no quieren (y no pueden) entender sobre la guerra en Gaza contra Hamas. Empezamos el reporte de hoy. La recomendación de siempre: no apto para los idiot@s islamistas o para los idealistas.
- Desde el comienzo de la guerra publiqué sobre la idea de que, al final, Jerusalem se iba a enfrentar a situaciones en las que encontraría un entendimiento mayor en países orientales que en sus históricos aliados, incluso Estados Unidos.
Un análisis general sobre el estatus que nació en Oriente Medio tras el 7 de octubre nos muestra, entre otras cosas, que la cercana y personal relación entre el propio Trump y las monarquías árabes del Golfo iba a incidir y, tarde o temprano, condicionar los intereses inmediatos de Israel. Sobre esto hay que saber que:
– Donald Trump es presidente de Estados Unidos y no de Israel. Los intereses de Washington se trazan sobre una agenda estratégica que puede, o no, coincidir con la de Jerusalem. Esto colisiona con un Israel que, como actor estratégico, genera su propia dinámica en la región.
– Existen amenazas existenciales para Israel que no son percibas así ni por Estados Unidos, Francia o Reino Unido.
– La relación con Rusia o India siempre fueron, a mi juicio, gravitates para Israel. Sugiero indagar sobre cómo Delhi barrió con los elementos yihadistas pakistaníes en la última Operación Sindoor.
Respecto a Moscú, los temas centrales siguen siendo el “dominio” sobre territorios muy problemáticos como Siria o la propia nuclearización de Irán que no es para Rusia un objetivo como tampoco lo es para China.
– El punto más importante en la relación de Israel pasa por garantizar el poder de veto en el Consejo de Seguridad. Nada importa ni condiciona a Israel el hecho de que un cúmulo de trastornados en Madrid, Paris o Londres salgan a la calle con banderas palestinas. Esto último es, a mi entender, una discusión distinta.
- Los occidentales no tienen herramientas para entender el accionar del grupo terrorista Hamas en Gaza. Y esto lo vemos muy claramente en:
– No entender que el poder de Hamas se construye en base a la degradación de los gazatíes.
– No entender que la sociedad de Gaza, al igual que Raqqa en Siria mientras gobernó el Estado Islámico, adhiere al martirio.
– No entender que hay una voluntad de miles y miles de gazatíes dispuestos a morir por “la causa” que está perfectamente especificada en la carta fundacional de Hamas de 1988 y se dirige a la destrucción del estado de Israel.
– No entender que todos estos puntos llevan, ineludiblemente, a que Hamas busque la mayor cantidad de niños, mujeres y ancianos muertos que son escudos de los mismos terroristas que violaron, asesinaron y secuestraron inocentes el 7/10/23. Esto es un patrón cada vez que Israel está decidido a “desguazar” lo que queda de los yihadistas en Gaza.
– No entender la dimensión y el alcance de lo que la integridad del estado significa para Israel no solo en términos territoriales.
– No entender que hoy el mundo árabe musulmán busca purgar sus países del islam político, algo que los ingenuos en Bruselas abrazan en nombre del idiota multiculturalismo.
– Ese multiculturalismo idiota es lo que llenó Europa de islamistas condicionando a los gobiernos que hoy son rehenes voluntarios.
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