Imagen Masha Gabriel
El buen antisemita moderno español (BAME) no odia a los judíos, sólo odia a Israel. De hecho, tiene amigos judíos y el Holocausto le parece muy mal.
El buen antisemita moderno español aprecia mucho a Zweig y a Walter Benjamin. Y es que el buen antisemita es muy sensible a la cultura europea del siglo XX, y aunque le cuesta pronunciar la palabra «ashkenazí» se ríe mucho con las neuras de Woody Allen, que le parece que define muy bien al judío newyorkino. Mejor que Seinfeld, que siempre tuvo algo que no… Y es que también Jerry Seinfeld ha tomado unas posturas políticas que al buen antisemita moderno no le parecen muy correctas.
Y Dios libre al buen antisemita moderno español de no permitir que otros hablen libremente, pero hay cosas que al BAME le resultan molestas. Porque, aunque al buen antisemita moderno español lo que hizo Hamás el 7 de octubre no le parece bien -y es que hay que reconocer que exageraron-, tampoco está de acuerdo con que se defienda de esa manera a Israel. Él sabe que criticar a Netanyahu no es ser antisemita. Es más, criticar a todos los gobiernos israelíes, no es ser antisemita. ¿Cómo podría serlo un lector de Zweig?
El buen antisemita moderno español critica a Israel lo hace no porque desprecie a los judíos sino porque le parece intolerable que los judíos no hayan aprendido de la historia.
Lo que pasa es que el buen antisemita moderno español es más listo que los que se han creído que Hamás atacó de ese modo a Israel. Atacar, atacó, pero nunca decapitó a 40 bebés. Y no es antisemita destacar eso porque lo hizo un artículo de opinión que leyó una vez en el Haaretz que es un diario israelí. De hecho, al buen antisemita moderno español Haartez le parece un diario de referencia. No es que lo lea todo, no lo entiende cien por cien, porque está en inglés y a veces en hebreo, sólo se fija en los artículos que destacan los periodistas españoles en sus redes, y que son bastantes críticos con Israel. Porque se puede criticar a Israel sin ser antisemita. Sobre todo si una vez leíste a Zweig.
Cuando el buen antisemita moderno español critica a Israel lo hace no porque desprecie a los judíos sino porque le parece intolerable que los judíos no hayan aprendido de la historia. Porque no es que los judíos hubieran invadido a los alemanes, o secuestrado a cientos, o torturado y violado y asesinado civiles, pero lo que hacen ahora es igualito, igualito a Auschwitz. Y si no es igualito, igual se le parece, porque hay muchos muertos. Y recuerden que como leyó a Zweig, el buen antisemita moderno sabe de qué habla.
Porque el BAME es un gran defensor de los derechos humanos. De todos. Bueno, excepto si el humano en cuestión votó al Likud. O si es reservista del Tzáhal. O si vive en Tel Aviv y no condenó con suficiente énfasis los asentamientos. O si…
Y lo que es fundamental de entender, el Buen Antisemita moderno español no es antisemita sino pedagogo moral. Él no odia al judío, está decepcionado por él. Lo observa como se observa a un hijo descarriado. Y por eso lo sermonea en artículos de opinión y en hilos de Twitter con más citas que sintaxis.
El BAME, por supuesto, condena los atentados. Faltaría más. Condena todos los atentados. Pero a veces entiende los contextos. Hamas, por ejemplo, le parece una reacción, no una acción. Y ni hablar de que, a pesar de que es la rama de un movimiento nacido en los años 20, tiene que ser un invento de Netanyahu. No está seguro de si violaron o no violaron, de si decapitaron o no decapitaron, pero sí está seguro de que la respuesta no está bien. No sabe cómo respondería, eso se lo deja a otros, pero desde luego que jamás respondería como responde Israel. Que una democracia occidental se defienda con bombas, eso no está ok. A menos que sean las otras democracias occidentales. Francia, Reino Unido, EEUU… O incluso Rusia. Pero no Israel.
El antisemita moderno español no quiere hablar mal de los oprimidos. Sólo de los que se defienden. Aunque los que se defienden sean los que siempre iniciaron todas las guerras y quieran exterminar al vecino judío.
No, el BAME no es antisemita. Es mejor que eso. Es consciente. Descolonizado. Interseccional. Informado. De hecho, se siente llamado a redimir a los judíos de su decadencia moral. Y por eso los compara con nazis. No por odio. Por didactismo. Para que aprendan. Porque si los judíos no aprenden de su historia, ¿quién lo hará?
Y es que el BAME no cree en las fronteras, salvo las que se le exigen a Israel. No cree en ejércitos, salvo si luchan contra Israel. No cree en nacionalismos, salvo el palestino, que es puro y eterno y no tiene fallas. Y si las tiene, no es cuestión de hablar de ellas. Porque el antisemita moderno español no quiere hablar mal de los oprimidos. Sólo de los que se defienden. Aunque los que se defienden sean los que siempre iniciaron todas las guerras y quieran exterminar al vecino judío.
Eso sí: el BAME se permite la crítica. Siempre. En Twitter, en las tertulias, en las reuniones de grupo de lectura. Critica a Israel con vehemencia, pero con ternura. Con ese tono que uno usa cuando alguien no está a la altura de su civilización. Porque él esperaba más de los judíos. Esperaba que fueran víctimas para siempre. Y le molesta que se hayan convertido en actores de la historia.
El único problema del buen antisemita moderno español es que existe el mal antisemita. Que es el que dice exactamente lo mismo, pero sin haber leído a Zweig ▪
Masha Gabriel es directora de la organización de seguimiento de medios «Camera Español», con sede en Boston.
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.