Ruben Kaplan
En un mensaje radial transmitido en Somalia, el Sheik Fuad Mohamed «Shongole» Qalaf, un ciudadano sueco de origen somalí, devenido tercero en el mando del grupo terrorista Al-Shabab, conminó al presidente norteamericano a que abrace el Islam antes que ellos vayan a su país o de lo contrario, EE.UU. será objeto de dolorosos ataques por parte de su organización.
En un mensaje radial transmitido el lunes 27 de diciembre en Afgoye, localidad cercana a Mogadiscio, capital de Somalia, que fue difundido por The Associates Press, el Sheik Fuad Mohamed «Shongole» Qalaf, un ciudadano sueco de origen somalí, devenido tercero en el mando del grupo terrorista Al-Shabab, conminó al presidente norteamericano Barak Hussein Obama a que abrace el Islam antes que ellos vayan a su país o de lo contrario, EE.UU. será objeto de dolorosos ataques por parte de su organización. «Tú, Obama, puedes salvar a EE.UU. de nuestros atentados». «Te debes convertir al Islam, pues de otro modo EE.UU. sufrirá dolorosos atentados», vociferó «Shongole».
Al- Shabab (que se traduce como «La juventud») es un grupo terrorista islámico, alineado con la campaña global de Al Qaeda contra Occidente, que salió a la palestra en marzo de 2010 cuando conminó a la PMA (Programa Mundial de Alimentos), la agencia especializada de alimentos de la ONU, a que abandonara Somalia, acusándola de distribuir alimentos caducados y de perjudicar a los granjeros somalíes al distribuir gratis estos productos y de mantener una agenda oculta para prestar apoyo a los intereses de Etiopía. A principios del año 2010, fuentes del Departamento de Estado de EE.UU. dijeron que habían tomado nota de una notable afluencia de «combatientes extranjeros» que llegan a Somalia para robustecer las filas de Al-Shabab.
La recomendación y amenaza radial a Obama se llevó a cabo durante una reunión que mantuvieron «Shongole» y el jeque Hassan Dahir Aweys, antiguo líder del grupo insurgente Hizbul Islam (Partido islámico) que se fusionó el 20 de diciembre de 2010 con Al-Shabaab. En esa ocasión, Aweys dijo que su facción enfrentada varias veces anteriormente a Al-Shabab, ahora va a luchar junta a ésta y se someterá a su mando.
El grupo armado procura derrocar al débil gobierno somalí, al cual sostienen unos 8.000 efectivos de paz de Uganda y Burundi, que desplegó la Unión Africana. Las autoridades somalíes tienen el apoyo de Naciones Unidas. En julio, atacantes suicidas del grupo armado causaron 76 muertos en atentados perpetrados en Uganda.
Al-Shabab ha anunciado su alianza con al-Qaeda y se cree que esconde a uno de los autores de los atentados de 1998 contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania que dejaron 224 muertos.
Shongole, jefe del departamento de Al Shabab para la difusión del Islam y los edictos religiosos, tras instar a Obama a hacerse musulmán, indicó a los demás dirigentes estadounidenses que hicieran lo mismo, para que «pueda acabar la guerra entre el Islam y EE.UU.»
Aunque Al Shabab ha realizado algunos atentados fuera de Somalia, nunca ha llegado a EE.UU. pese a que ha amenazado con llevar a cabo acciones terroristas en todo el mundo. Al-Shabab, que controla la mayor parte del sur y el centro de Somalia, tiene el apoyo de cientos de combatientes extranjeros, en su mayoría extremistas del este de África. El grupo armado procura derrocar al débil gobierno somalí, al cual sostienen unos 8.000 efectivos de paz de Uganda y Burundi que desplegó la Unión Africana. Las autoridades somalíes tienen el apoyo de Naciones Unidas.
Tomando debida nota de ello, Estados Unidos ha traído fuerzas especiales de EE.UU. a Yemen para trabajar con el ejército y tratar de contrarrestar la amenaza de Al Qaeda. Asimismo, ha gastado casi siete millones de dólares en Somalia para apoyar la capacitación de casi 2.000 soldados, aporte que es considerado como el mayor esfuerzo para la reconstrucción del ejército somalí en 20 años.
En mayo pasado, Shongole sobrevivió a un atentado en una mezquita donde murieron más de 40 personas, la mayoría milicianos recién reclutados por Al Shabab que esperaban su sermón.
Con el apoyo de varios cientos de combatientes extranjeros de Al Qaeda, Al Shabab lucha para derrocar al Gobierno transitorio de Somalia, avalado por la comunidad internacional, e implantar un régimen radical musulmán de corte wahabí en el Cuerno de África. Somalia, que vive una suerte de anarquía, no tiene un gobierno efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, y su territorio está controlado por terroristas islámicos, mercenarios de la guerra tribales y en algunos casos por bandas de forajidos.
El domingo 2 de mayo de 2010, la sección principal de «El Observador» del periódico guardian.co.uk publicó que un creciente número de ciudadanos británicos de origen somalí y pakistaní, respondiendo a la convocatoria de la Jihad en Somalia, están viajando a ese país para engrosar las filas de los militantes de Al Qaeda. Los grupos musulmanes con base en Gran Bretaña, ofrecen financiación y conocimientos a las personas que buscan viajar a Somalia para combatir junto a al-Shabab el grupo terrorista alineado con la campaña global de Al Qaeda contra Occidente. Jonathan Evans, director general del MI5, el servicio de inteligencia del Reino Unido que principalmente se dedica a la seguridad interna, había puesto de relieve en varias oportunidades la cuestión de Somalia. «No hay duda que hay actividad de formación y planificación de terroristas en el este de África – en particular en Somalia – que se centra en el Reino Unido». La cuestión de Somalia ha sido puesta de relieve en repetidas ocasiones por Jonathan Evans, director general del MI5, el servicio de inteligencia del Reino Unido que principalmente se dedica a la seguridad interna. «No hay duda que hay actividad de formación y planificación de terroristas en el este de África – en particular en Somalia – que se centra en el Reino Unido».
En un viaje que efectuó en 2006 Barak Hussein Osama a Kenia, el país natal de su padre, mientras era senador por Illinois, posó para las fotos, vestido a la usanza tradicional de Somalia, ataviado con un turbante y una túnica blancos.
Sarah Omar, la anciana abuela del presidente de EE.UU. ha afirmado, a su regreso de la última peregrinación a La Meca, en una entrevista publicada en el diario egipcio ‘Al Watan’ a fines de noviembre de 2010, que rogó a Dios para que su nieto se convierta al Islam.
También ahora Al-Wahab, el grupo terrorista de Somalia, se suma al pedido, pero con actitud hostil y amenazante.
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