Las mujeres se han hecho en los últimos años con las riendas de una buena parte de la banca nacional, un fenómeno que hoy se vio reforzado con el nombramiento de Karnit Flug como la primera presidenta del Banco de Israel.
La frutilla de esta nueva corriente la pusieron el primer ministro, Biniamín Netanyahu, y el titular de Finanzas, Yair Lapid, tan sólo unos días después de que el presidente Barack Obama anunciase el nombramiento sin precedentes de otra mujer, Janet Yellen, al frente de la Reserva Federal.
«Estamos convencidos de que Flug seguirá ayudándonos a conducir la economía hacia nuevos éxitos y frente a los trastornos de la economía mundial», dijo el primer ministro.
De 58 años, Flug era hasta ahora la vicepresidenta de la entidad emisora, y aunque el anterior titular, el renombrado Stanley Fischer, la había recomendado como su sustituta, los mandos políticos se mostraron reacios a aceptarla.
El argumento oficial esgrimido: «se requería un candidato de mayor trayectoria internacional».
Hoy, Netanyahu rectificó su juicio inicial y subrayó que estos meses en los que ha representado al país ante los foros internacionales «nos ha impresionado el funcionamiento de la doctora Flug al frente del Banco de Israel».
Será la primera vez que esta entidad tenga a una mujer como presidenta, un hecho que deja también atrás la larga saga de fiascos que rodeó su nombramiento desde que Fischer dimitió a finales de junio.
Netanyahu y Lapid designaron inicialmente como sustituto a un ex presidente de la entidad y miembro de la llamada «escuela de Chicago», Yaacov Frenkel, que tuvo que renunciar antes de entrar de nuevo en funciones por el escándalo alrededor del presunto hurto de la funda de un traje en el aeropuerto de Hong Kong.
A continuación eligieron al israelí de origen argentino Leo Leiderman (otro «Chicago Boy»), que hizo lo propio tras descubrir la prensa que se asesoraba con un astrólogo en cuestiones personales.
Desde entonces, se barajaban tres economistas masculinos, entre ellos el argentino Mario Blejer.
Con un fuerte apoyo dentro del directorio de la entidad, Flug se reunió con Netanyahu para ponerle al tanto de la última reunión anual del FMI, un encuentro en el que «su candidatura volvió a la lista y a lo grande», declaró al diario Maariv una fuente próxima al primer ministro.
Su nombramiento no sólo confirma un cambio generacional en la banca local -hasta hace unos años en manos de un exclusivo grupo de varones de avanzada edad-, sino que también reafirma el creciente predominio de la mujer en este sector.
El jueves, el Bank Discount, tercer banco más grande del país, designó a otra mujer, Lilach Asher-Topilsky, de sólo 43 años, como presidenta y gerente, sumándose así al Leumí -la segunda entidad por beneficios y la primera por activos- y al First International Bank (FIBI), la cuarta entidad.
«Las mujeres pueden hoy tener tanto éxito como los hombres. Su designación al frente de tres de los cinco bancos (privados) más grandes del país es merecida», consideró Liora Ofer, principal accionista del quinto banco del país, el Mizrahi-Tfajot.
La pionera de esta nueva corriente fue la economista Galia Maor, cuyo nombramiento al frente del Leumí en 1995 -en 2012 la sustituyó otra mujer- causó entonces un gran revuelo en el varonil círculo de banqueros.
La siguiente mujer -Smadar Barber-Tsadik en el FIBI- tendría que esperar hasta 2007, pero desde entonces son cada vez más las entidades que les confían a ellas sus finanzas.
«Es una tendencia que se está fortaleciendo (…) Hay muchas mujeres en puestos intermedios (en la banca) que se han planteado el objetivo de llegar hasta arriba y entre los que toman las decisiones vemos una cada vez mayor legitimidad para elegirlas a ellas», explicó Vered Ramón-Rivlin, editora del «Laddy Globes», un periódico económico para mujeres ejecutivas.
La periodista sostiene que el meteórico ascenso de la mujer en la banca de su país responde a que este entorno empresarial es más propicio que otros.
«Es más tolerante, los horarios de trabajo más cómodos y ofrece más posibilidades de ascenso», destacó al recordar también que el 60-70 % de los funcionarios de este sector empresarial son mujeres y que, por lo tanto, «el horizonte es mayor y llega hasta la cumbre».
En otros campos, incluido el gubernamental, el porcentaje de ejecutivas de alto nivel sigue siendo relativamente bajo, pero Ramón-Rivlin cree que se trata de una «cadena» y que uno tirará de otro, tal y como Galia Maor tiró hacia arriba de otras banqueras.EFE
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