– ¿Puede Israel llegar a un arreglo de paz con un pueblo dividido en dos partes que se odian mutuamente y de las cuales una de ellas tiene una conducta francamente irracional?-
Hace pocas semanas el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, visitó al Papa Francisco, quien le regaló una lapicera expresando el deseo de que con ella firme la paz con Israel.
Supongamos por un momento que estas esperanzas se materialicen, que se llegue a un acuerdo mediante concesiones importantes de ambas partes y que finalmente se celebre la paz. ¿Están preparados los palestinos para hacerse cargo de las responsabilidades que implica el manejo de un estado?
Una reciente auditoria de la Unión Europea puso en evidencia que la Autoridad Palestina robó, perdió o malversó la friolera de 2.7 billones de euros de dinero para el desarrollo. No es la primera vez que fondos donados por la comunidad internacional destinados a obras de interés colectivo de los palestinos desaparecen en bolsillos privados. Las arcas de la Autoridad Palestina son desde hace mucho un barril sin fondo. Ningún otro pueblo recibió una ayuda internacional de tan enormes dimensiones y durante tanto tiempo como los palestinos. Sin embargo, se las ingenian para vivir en una crisis financiera permanente que atribuyen a las limitaciones impuestas por los puestos de control israelíes. El propio pueblo palestino no cree esta excusa. Encuestas recientes revelan que un 78% de los palestinos cree que la Autoridad Palestina es corrupta y el 64% opina lo mismo de Hamas.
Pero supongamos que por milagro se solucionara el tema económico y que repentinamente todos los ladrones en posiciones de poder se arrepintieran y en un arranque de patriotismo, decidan dar prioridad al interés común y no a su bolsillo. ¿Qué va a hacer la Autoridad Palestina con Hamas? Ambos bandos siguen ferozmente enfrentados. ¿Qué efectividad puede tener una paz rechazada por una de las dos partes del pueblo palestino, que tienen su propia base territorial? ¿Habrá enfrentamientos armados entre ambas partes? ¿O habrá algún tipo de acuerdo o de tregua tácita? Por lo pronto, las preocupaciones de Hamas no tienen nada que ver con la construcción de un estado palestino, sino con un utópico califato musulmán mundial que va a imponer el dominio del Islam en el mundo. Y como primera fase de este sueño, está la destrucción del Estado de Israel, un objetivo que tiene bastante poco que ver con el bienestar de su pueblo.
Un reciente descubrimiento puso en evidencia hasta qué punto la guerra contra el país judío les resulta más importante que la prosperidad y el futuro de su propio pueblo. En tierras del kibutz Ein Hashloshá, fundado y habitado hasta hoy por judíos uruguayos, se descubrió un túnel cavado desde Gaza de 1.7 kilómetros que penetró 300 metros dentro del territorio israelí. Según lo dio a conocer un portavoz del ejército israelí el túnel fue excavado con una profundidad media de 18 metros y una profundidad máxima de 22 metros. En el interior, el túnel es suficientemente alto como para permitir que un hombre pueda caminar libremente. Asimismo se descubrieron cables de comunicación en las paredes del túnel y una amplia iluminación con lámparas halógenas de ahorro de energía. Indudablemente se trata de una obra de ingeniería importante cuya construcción debe haber llevado unos dos años de trabajo. El portavoz del ala militar de Hamas, las Brigadas Izz al Din al-Quassam, comentó en estos términos el descubrimiento del túnel: “El deseo arraigado en la mente y los corazones de los miembros de la resistencia es mucho más importante que los túneles que se excavan en el suelo. Ese deseo puede producir miles de túneles.” Esa declaración no puede ser interpretada sino como un reconocimiento tácito de la responsabilidad de Hamas tanto en su construcción como respecto a los fines de hostilidad hacia Israel a que estaba destinado.
Israel mantiene un embargo sobre una cantidad de mercaderías a Gaza debido a los lanzamientos de cohetes hacia Israel y al secuestro del soldado israelí Gilad Shalit (liberado a cambio de la libertad de terroristas palestinos convictos en Israel). Entre esas mercaderías figuran materiales de construcción a los que podría darse un uso militar. Hamas había remediado ese bloqueo (considerado legal bajo la ley internacional a juicio de la Comisión Palmer de las Naciones Unidas) mediante la construcción de túneles hacia Egipto. Los egipcios decidieron cerrar los túneles y detener el tráfico de mercaderías por esa vía. Israel resolvió hacer un gesto humanitario y permitió el ingreso de cemento y otros materiales de construcción. Ahora quedó en evidencia cuál es el uso preferencial que Hamas da a esta mercadería.
Para cualquier país normal esta conducta, teniendo en cuenta las diferencias de potencial económico, militar y organizativo entre Israel y Hamas, es totalmente irracional. Y la pregunta obvia es ¿Puede Israel llegar a un arreglo de paz con un pueblo dividido en dos partes que se odian mutuamente y de las cuales una de ellas tiene una conducta francamente irracional?
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