Mucho se ha escrito sobre la terrible guerra en Siria, que en los últimos tres años ha sepultado tantas esperanzas y cobrado tantas vidas.
Pero desde hace unos días, para nosotros esta guerra tiene un rostro claro, personal, aunque no lo podamos mostrar aquí de frente sino, por razones de seguridad de la persona en cuestión, solamente de espaldas.
Recordamos cada segundo del encuentro con él, un civil sirio, llevando en sus brazos a su pequeña hijita, de tres años, con quien llegó hace pocos meses, ambos heridos, desde su ciudad, Dar´a, cruzando la frontera para salvarse, en Israel. Lo conocimos en el hospital de Naharía en el norte del país.
El estaba herido en la mano y ella, sufría serias lesiones en la cabeza, provocadas por varios proyectiles que aterrizaron en su casa, lanzados por el ejército sirio contra la población civil.
Pero ella, es sólo la mitad…de los mellizos que el hombre y su esposa habían logrado tener tras mucho esfuerzo…el otro, cuyo nombre tampoco reproducimos, murió en el ataque.
El padre trata de calmar a la pequeña que llora…y no sabemos nosotros cómo podríamos calmarlo a él..que habla con el rostro cubierto de lágrimas cuando recuerda lo sucedido aquel día terrible que cambió su vida para siempre…Menciona a su hijo y dice que ya no está…que la última vez que lo vio …no tenía rostro…el proyectil se lo había quitado….Y tenía sólo tres años…
El hombre, de aspecto suave y expresión agradecida para con los médicos israelíes que lo trataron, habla sin levantar la voz, pero su mensaje grita con cada lágrima que le corre por las mejillas.
Y en otro departamento del hospital, el Jefe del Departamento de Neuro Cirugía afirma que él y varios de sus colegas están seguros: francotiradores sirios disparan a los niños y jóvenes de modo que queden paralíticos…no es para matar, sino para arruinarles la vida. Analiza el tipo de lesiones, la bala precisa en puntos determinados, y sostiene que no hay otra explicación.
En una recorrida por diferentes partes del hospital, conversamos entre otros con el Director , Dr. Barhum, árabe cristiano ciudadano de Israel, que habla de la importancia de ayudar a los civiles y critica a la comunidad internacional por no hacer más . Y vemos por doquier pacientes árabes y judíos, todos ciudadanos israelíes..Atendidos por médicos y enfermeros árabes y judíos…Tras reunirnos con el padre sirio que hablaba sin dejar de llorar, bajando una escalera vemos a dos mujeres árabes de la localidad de Tamra..Una de ellas se percata de las cámaras y micrófonos y levanta en alto, orgullosa, a una bebé de solamente dos días, al parecer sobrina suya, llenita de cabello, que duerme plácidamente mientras su tía la muestra feliz, la única forma de festejar una nueva vida…
Y luego, del otro lado de la frontera, osan acusar a Israel de “desestabilizar” la seguridad en la zona…
Que las dictaduras mienten, no es nada nuevo. Que manipulan a la opinión pública, tampoco. Que lo que les importa es permanecer en el poder, y no servir a su pueblo, es bien sabido. Lo que de todos modos logra a veces sorprender, es el descaro que tienen a menudo…del que la dictadura de Bashar el-Assad en Siria da desde hace tiempo pruebas claras. Y lo peor, es que van siempre teñidas de sangre.
Siria y la organización libanesa pro-iraní Hizbalá –estrechas aliadas en la represión de la oposición siria, lo cual incluye por cierto asesinato de civiles inocentes, no sólo batallas contra los islamistas pro Al Qaeda-intentan en los últimos días cambiar las reglas del juego ante Israel. Si bien hace tiempo está claro que la situación interna en Siria hace imposible seguir viendo en la frontera entre Israel y Siria la más tranquila de las que rodean a Israel, ahora esto cobra un significado especialmente álgido. O sea, ya no se trata de que la inestabilidad interna en Siria, las luchas por el poder y las manos que cambian en tal o cual puesto fronterizo, sino de ataques explícitos desde territorio sirio hacia el lado israelí de la frontera.
Si bien en la situación actual, cuando algo sale de Siria son varios los autores potenciales, todo indica que fueron las manos de Hizbalá, con vista gorda o ayuda explícita de parte del ejército sirio, las que colocaron la carga explosiva que detonaron al paso de una patrulla israelí en los Altos del Golán, hiriendo a cuatro soldados, uno de ellos gravemente. Israel recurrió de inmediato a la ya declarada política de responder casi automáticamente, tratando de maniobrar entre la necesidad de dejar en claro que no tolerará agresiones a sus tropas o su población, y por otro lado el deseo de evitar una grave escalada.
En el transcurso de los tres últimos años, en numerosas oportunidades balas y morteros “perdidos”, hicieron blanco del lado israelí. Esta vez, no hay duda que es otra cosa: un ataque intencional, desde territorio sirio, hacia una patrulla israelí.
La respuesta de Israel fue directa y abiertamente hacia territorio sirio, de dónde provino el fuego. No sólo eso sino que no hubo intentos de disimular nada, sino reivindicación explícita y formal del ataque provocado por la carga explosiva.
Al confirmarse que en el ataque israelí contra cuatro posiciones del ejército sirio en el lado sirio de los Altos del Golán, murió un soldado sirio, el ejército de Assad publicó un comunicado advirtiendo a Israel que con ello está “poniendo en peligro la estabilidad y seguridad en la zona”.
Sinceramente, al leer el comunicado, no sabíamos si reir o llorar.
Reir no se puede, a pesar de lo original del descaro de Siria, porque demasiada gente está muriendo en esa guerra, que para Israel está a la vuelta de la esquina..y no sólo soldados de Assad ni tampoco solamente Guardias Revolucionarias de Irán, hombres de Hizbala o, del otro lado, rebeldes sunitas que son fundamentalistas yihadistas, tan crueles y asesinos como las tropas de Bashar…sino también civiles. Civiles inocentes, que son gran parte de los 146.000 muertos que lleva cobrados la guerra desde que estalló hace tres años.
Cruento descaro de Siria, decíamos aquí, porque leemos el comunicado del ejército en Damasco acusando a Israel de “poner en peligro la estabilidad y seguridad en la zona”, y no podemos dejar de pensar en el ciudadano sirio que lloraba con su hijita en brazos, pocos meses después de haber perdido a su hijo, desfigurado por un misil….
No logro entender la composición de los 2 bandos enfrentados en Siria.
Me parece ver que hay extremistas y criminales en las dos partes.
¿Será que el afán de matar se sobrepone a cualquier ideología?
Lo que me resulta claro es que Assad, al igual que su funesto padre, es un gran enemigo de Israel y por ello recibe apoyo de otros reputados anti-israelíes como el régimen de loa Ayatolas en Irán y los asesinos de Hizbalá infiltrados en El Líbano.
Las otras 2 preguntas que me surgen son:
1. ¿Qué será de los cristianos de Siria, donde siempre los hubo? ¿Estarán al medio, entre 2 fuegos?
2. ¿Qué podrá hacer la ONU o Europa para ayudar a El Líbano a proteger su país de las tropelías de Hisbalá?
Saludos muy cordiales, JEV