Amos Oz criticado por llamar neonazis a colonos extremistas

El escritor Amos Oz es duramente criticado por calificar de «neonazis hebreos» a los jóvenes colonos extremistas que en los últimos meses han realizado hechos de vandalismo contra propiedades árabes, iglesias de diferentes corrientes cristianas y contra el propio Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal).

«Es un desprecio contra el recuerdo del Holocausto», «ha cruzado todos los límites» o «no se puede comparar el pinchazo de neumáticos con el Holocausto», son algunas de las críticas vertidas contra el escritor.

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Reflexión:

Por  Martha Wolff
Porisrael.org

Esta es parte de las declaraciones de un lado y del otro sobre la situación actual de estos ataques de grupos radicales en Israel. Y de la misma manera que Amos Oz  expresa sus ideas, también en la obra de teatro que se está dando en Buenos Aires, escrita por Mario Diament, “Tierra del Fuego” el autor hace decir a un preso palestino luego de un atentado en Londres contra azafatas de El Al que los soldados judíos son nazis, me pregunto si en la gran cultura que ambos escritores tienen pueden o saben medir sus palabras.

Decir nazi es decir el máximo grado de obediencia debida por un lado para ejercer el odio y el máximo de ideología infiltradas en esos hombres. La crueldad nazi no tiene parangón y existen graduaciones de ataques que ejercieron y ejercen su violencia contra el enemigo ya sea político o religioso, pero nunca como el nazismo. La mayor parte de los que atacan están armados  y representan a países o a partidos o sectas y a los que se atacan son ciudadanos de países en los que por temor, por afinidad o por pactos de zonas liberadas los dejan actuar. Pero nada es comparable a lo que fue la maquinaria de muerte del Tercer Reich que tuvo una planificación previa, sistematizada, con el objetivo de borrar de la faz de la tierra a todo un pueblo, el pueblo judío.

Donde  quiera que estén los enemigos tienen derecho a defenderse, a protestar o a actuar, pero decir nazi de parte de uno de los grandes escritores israelíes a extremistas religiosos de su país y del mundo, aterra. Al igual que el del personaje de Diament, estos intelectuales de izquierda como se los nombra para defenderse de los de derecha, formadores de opinión, y parte de los consumistas de sus obras, deberían reflexionar sobre la responsabilidad que tienen sobre el público. Los que ignoran la verdad histórica por la memoria colectiva antisemita y antisionista repiten slogans que duelen y que pertenecen  a ideologías tan agresivas y discriminatorias como la de los nazis. La demostración del fracaso del comunismo y las dictaduras latinoamericanas en vigencia son para ellos más ejemplares que su propia identidad. Con los errores y aciertos de Israel es un país democrático que existe a pesar de ciertos agresores en su país,  y los nazis de ayer y de hoy, más allá de sus fronteras. La vulgaridad de la comparación con el nazismo produce escozor cuando se lo utiliza como comparación. Debemos borrar esa palabra para nombrarla pero no para estudiar y conocer el más grande crimen del Siglo