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| viernes noviembre 22, 2024

La falsa conexión entre terrorismo y pobreza

La corrección política impide que personas cultivadas como John Kerry vean la verdadera causa de la radicalización en el mundo musulmán.


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En vista de la confusión en el debate público sobre «quién tiene la culpa» por las fracasadas negociaciones con los palestinos, debemos prestar atención a otra declaración efectuada por John Kerry, que indica la problemática forma de pensar del secretario de estado estadounidense.

Kerry habló sobre el difundido terrorismo, sobre Boko Haram, la organización islamista que ha estado masacrando incesantemente a Nigeria y sobre las 276 niñas que secuestraron. ¿Por qué está ocurriendo eso? Es la pobreza, explicó Kerry. ¿Es así realmente? Tratemos de cotejar esta teoría con los hechos.

En primer lugar, ninguno de los perpetradores de los ataques terroristas en Estados Unidos provenía de un ambiente de pobreza. Por el contrario, todos ellos eran exitosos jóvenes, miembros del club de la élite del mundo musulmán. Osama bin Laden, el papa de terrorismo, provenía de una familia de millonarios. Los cientos de jóvenes que van de Europa a las organizaciones de la jihad en Siria no son miembros de la clase desfavorecida. Por lo general son académicos y estudiantes.

En segundo lugar, Kerry dijo que basó su teoría de la conexión entre pobreza y terrorismo en una serie de conversaciones con líderes africanos. Eso es interesante, porque África tiene millones de cristianos pobres junto a millones de musulmanes pobres. Según la teoría de Kerry, los primeros deberían haber producido una cantidad igual de terrorismo que los segundos.

Pero la realidad es ligeramente diferente. Y como escribió Abdul Rahman Al-Rashid, ex editor en jefe del diario en lengua árabe Al-Sharq al-Awsat con sede en Londres: «No todos los musulmanes son terroristas, pero casi todos los terroristas son musulmanes».

En tercer lugar, ocurrieron dos cosas en las últimas décadas. Según cifras del Banco Mundial, entre 1990 y 2013 la población pobre del mundo disminuyó en un 50% – un logro impresionante para la guerra contra la pobreza. Al mismo tiempo, las últimas décadas han visto altibajos en el nivel de terrorismo, pero no existe ninguna investigación seria que indique una conexión directa entre terrorismo y pobreza.

El problema es que Kerry tiene una fe profunda, característica de parte de la izquierda mundial y la academia occidental, según la cual si todas las personas deprimidas de la tierra son tratadas un poco más agradable y generosamente, ello conducirá a una regresión de la hostilidad – y los jóvenes, de ninguna manera, se sentirán atraídos por el terrorismo.

Me gustaría que fuera verdad. En lugar de unidades de comando para luchar contra el terrorismo, EE.UU. debería haber enviado regimientos de trabajadores sociales con los bolsillos llenos a todos los centros de pobreza del mundo. Habría costado miles de millones, pero mucho menos que la guerra contra el terrorismo.

¿Qué lleva a la gente al terrorismo? Los 250 millones de musulmanes en el África subsahariana acudieron a la escuela del moderado Islam sufita. El cambio se produjo con capital saudita, que fue utilizado para educación de acuerdo con la escuela wahabita. Afganistán fue alguna vez, en la década de 1960, un país en su sano juicio. Las mujeres caminaban por todas partes sin cubrirse la cabeza y nadie las acosaba por eso. En algún momento comenzó a fluirle capital saudita, que se utilizó para establecer una red de instituciones educativas que produjeron una nueva generación de jihadistas.

En la última década capital saudita ha estado fluyendo también en universidades de Gran Bretaña, para el establecimiento de «centros de estudio del Islam». El resultado fue similar: Radicalización. En otras palabras, el problema no es falta de capital, el problema es exceso de capital, el cual es utilizado para lavado de cerebros e incitación.

Para evitar cualquier duda, la mayoría de los musulmanes no son terroristas. Son las víctimas. Pero no hay necesidad de una mayoría. Es necesaria una minoría violenta que aterrorice.

La mayoría de los que escriben acerca de los procesos de radicalización influenciados por el capital saudita son musulmanes. Lo qué valientes musulmanes son capaces de ver, mucha gente ilustrada tiene dificultades para verlo. La corrección política altera su sentido común.

Lo más triste es que Kerry tiene un sinnúmero de investigadores y expertos, quienes deberían haberle presentado datos veraces. Hechos en lugar de ilusiones.

Existe una preocupación, sólo una preocupación, que esa misma corrección política también está distorsionando las fuentes de información de Kerry sobre el conflicto palestino-israelí. Esto es una mala noticia en cuanto a la actuación de la administración estadounidense, y una aún peor noticia para las posibilidades de paz.

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4520180,00.html

 
Comentarios

Muy buena nota!!!

Juan Borrero Gilabert

OLE…OLE… ARRIBA ISRAEL

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