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| viernes noviembre 22, 2024

Los genocidios y la deshumanización del individuo


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Para poder comenzar con el tema de los genocidios y la denigración de los individuos, se debe tener claro qué parámetros dictamina la Comunidad Internacional:

“…En la Convención de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (artículo II) se define el genocidio como cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

– Matanza de miembros del grupo;

– Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

– Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;

– Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;

– Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo…”

Seguidamente, se pueden enumerar algunos aspectos básicos de lo que se llama la deshumanización del individuo cuando se trata de genocidios. Son elementos en los que cada uno puede ampliarse, comprendiendo que no todos los perpetradores de los genocidios actúan de forma sádica; hay excepciones de perpetradores que lo hacen siguiendo órdenes y otros no reflejan ningún tipo de sadismo, aunque sin embargo las órdenes que envían tienen un nivel de maldad tan profundo como la práctica misma.

 

 

  1. La necesidad de la crueldad:

De entrada, cuando un individuo ha sido sometido a un punto en el que está acorralado y no tiene posibilidades de salir de su situación, se puede pensar que matarlo debiera ser, en cierto modo, sencillo y rápido; sin embargo, cuando el proceso de deshumanización está de por medio o se quiere humillar antes de acabar con la vida de un individuo o grupos de personas, denigrarlos al punto de anularlos, es solamente parte del placer que para algunos resulta al estar cometiendo actos contra los grupos perjudicados.

En los genocidios estudiados hasta la fecha, quienes han realizado la acción de los asesinatos llegan al punto de sentir placer y satisfacción en el dolor de su víctima, un sadismo casi patológico y orgásmico, se ve un patrón similar, violaciones, asesinatos de familiares frente a otros; especialmente de poblaciones vulnerables (niños, ancianos, discapacitados), las técnicas lentas de asesinato aseguran además que haya posibilidades de escuchar los gritos de las víctimas, que pueda haber presente “público”, que se deleite con la acción, y, ni qué decir del doble placer que genera en el agresor el sufrimiento de la víctima inmediata, como el que se genera en la víctima eventual que no estaría lejos de los lugares de asesinato de sus iguales. Como lo dijo en su momento el filósofo Friedrich Nietzsche “…La crueldad es uno de los placeres más antiguos de la humanidad…”

  1. El uso del lenguaje

La utilización del lenguaje en los genocidios muchas veces tiene como fin último quitarles la categoría de humanos a las víctimas, por ejemplo los Nazis llamaban a los judíos con el término häftingle (medio hombre), transmutar a las víctimas con animales que representan elementos inmundos o sucios, los Hutus por ejemplo no solamente mataban, también desarrollaban la guerra psicológica con mensajes en radio como el siguiente: “…Todos los tutsis perecerán, los vamos a matar a todos como ratas[1]…”

El lenguaje del genocidio se utiliza hasta en el arte, esto destruye el mito moderno que en sociedades educadas las posibilidades de una masacre son inferiores, en la propia Alemania Nazi se desarrolló el arte que exaltaba la figura de los arios viriles y fuertes, a diferencia de la cultura judeocristiana afeminada que debilitó a los europeos: “…En resumen la felicidad es hebrea, y afeminada; la alegría es aria y viril[2]…”

De esta manera al menos en el Reich se utilizó el paradigma del judío cobarde, usurero, apuñalando por la espalda y contrario a ser leal a Alemania, por cuanto vive solamente para su colectivo y pensando en retornar a Palestina y de ninguna manera podría luchar de igual a igual por una tierra con la que no siente arraigo.

En el cine de la época nazi se vio reflejada la propaganda hacia este estereotipo con películas como el “Judío Süss[3]”, “El judío eterno[4]”, como perfectas técnicas de propaganda y justificación con el lenguaje, de la deshumanización de los judíos.

En el área de la poesía también existieron referencias a la superioridad alemana y a la necesidad de acabar con los judíos o mínimo de echarlos de Alemania, en uno de los poemas encontrados de la época del Reich, se podría destacar como ejemplo una del escritor Dietrich Eckard:

Alemania despierta[5] (Traducción libre)

“Tormenta, tormenta, tormenta! Toquen las campanas de torre en torre! Toquen hasta que las chispas vuelen, Judas apareció para secuestrar al Reich, Toque hasta que las cuerdas se tornen rojas, Todo alrededor es asesinato, tortura y fuego. Evoquen una tormenta, por lo que la tierra se estremecerá bajo el estruendo de la venganza el rescate. ¡Ay de la nación que sigue soñando, Alemania, despierta!

Tormenta, tormenta, tormenta! Toquen las campanas de torre en torre! Llamen a los hombres, a los renegados, a los muchachos, llamen a los durmientes de sus camas, llamen a las chicas a bajar las escaleras, llamen a las madres lejos de las cunas. El aire se espesa y retumba, furiosa, furiosa en el trueno de la venganza. Llamen a los muertos de las tumbas. Alemania, despierta!”

La música no se escapó de la influencia de justificación para el genocidio, en el ejemplo de este punto, que es la Alemania nazi, se pueden mencionar grandes compositores que tuvieron promoción durante la era del gobierno nazi alemán, especialmente música clásica que era promovida como baluarte de una nación educada, diferenciada de la plebe judía, pero también se utilizaba música para el plano de la población que motivaba a los ciudadanos a luchar con por el partido y contra el invasor judío.

De la música clásica, destacaban grandes músicos como Bach, Beethoven, Bruckner y Wagner, este último reconocido antisemita y cuya música “ambientaba” los campos de exterminio judíos. Entre la música del pueblo se pueden destacar marchas como Deutschland, Erwache[6] (Alemania despierta)resaltando el resurgir de una Nación Aria luchadora que debe expulsar a los judíos de sus territorios.

El arte no se escapa de su influencia en la motivación de los grupos para cometer genocidios, por el contrario, son elementos visuales y técnicos que fortalecen los paradigmas que se quieren inducir en las poblaciones, muchas veces con efectos hasta en los sujetos que se busca exterminar; por mencionar el caso, para los estudiosos del tema “Shoah” no es un secreto el denominado “auto odio judío[7]” que influenció a algunos y les llevó a escribir contra su propio pueblo, a atentar contra sus hermanos y hasta el suicidio.

Finalmente la deshumanización del individuo a través de todos estos elementos desarrollados a través del lenguaje en general, llega a justificar el paradigma de aquellos que son menos humanos o que no tienen alma por lo que se les puede destruir por representar una amenaza para los que sí son humanos y peor aún, que estos no humanos no se pueden continuar reproduciendo.

Ese último aspecto señalado es el que diferencia en cierto modo a lo vivido por los judíos durante la Inquisición donde tenían al menos la posibilidad de cambiar de religión para salvar la vida, en el caso de la Alemania Nazi, el judaísmo era un elemento irrenunciable, genético, por lo tanto la única forma de detenerlo era por medio del exterminio.

La interrupción demográfica sería uno de los elementos empleados en los genocidios en general, por lo que se optaría por asesinar a las mujeres y a los niños, las primeras por ser las capaces de engendrar vidas, y los segundos por ser las nuevas generaciones de aquellos que quieren destruir. Lo que nos lleva al siguiente punto de análisis.

  1. El genocidio desde el género

En los genocidios el tema de género es esencial, si bien las guerras son libradas en su mayoría por hombres, y ciertamente en nuestro esquema patriarcal son los hombres los que van a las guerras; las mujeres no se escapan de los objetivos principales de los genocidas. Como se comentó en el punto anterior, el punto clímax de los genocidios incluye la destrucción física de las mujeres, dentro de lo que destaca la violación, la esterilización forzada, los abortos forzados y obviamente el exterminio físico como punto máximo para detener el crecimiento demográfico de la población que se espera destruir.

El tema del género y los ataques contra las mujeres han sido declarados en algunos casos como crímenes de lesa humanidad, por ejemplo en el caso del genocidio en Ruanda, el Tribunal Penal Internacional en 1994 declaró que la violación está catalogada entre los crímenes contra la humanidad[8]. Durante la segunda guerra mundial, las mujeres gitanas por ejemplo (al igual que las judías) eran gaseadas casi de inmediato cuando llegaban a los campos de exterminio, si estaban embarazadas les obligaban a abortar o les infringían mucho dolor para evitarles que pudieran parir y que tanto la madre como el niño murieran en el proceso, o se realizaban experimentos con mujeres embarazadas dentro de los campos de concentración, como se testimonia realizaba el Doctor Nazi Josef Mengele[9].

También la denigración del género femenino, como pudimos ver en el apartado sobre crueldad; ha estado presente durante los genocidios. Por ejemplo, en las matanzas en Ruanda hubo cerca de 500 mil violaciones contra mujeres, cerca del 70% de las víctimas quedaron contaminadas con el virus del VIH, lo que en la actualidad obliga a dar tratamiento a miles de personas portadoras de dicho virus, que podría verse indirectamente como castigo directo de los crímenes ocurridos durante la limpieza étnica de hutus contra los tutsis.

Parte además del genocidio de género que incluye las violaciones, al menos en casos recientes la violación se comete para que la víctima quede embarazada y sea portadora de un nuevo ciudadano de la misma etnia del violador, es decir se toma a la mujer solamente como portadora de la vida y una vez que daba aluz por lo general sería asesinada. Ejemplo de lo anterior las matanzas perpetradas en el conflicto en Bosnia – Herzegovina a principios de los años 90[10].

El genocidio dirigido al género en el caso específico de las mujeres, contiene ese matiz de poder y de sometimiento para fortalecer el exterminio de una población, ya sea por la violación y asesinato, por forzar con experimentos científicos la muerte de las mujeres embarazadas, la esterilización o simplemente violencia sexual para generar ciudadanos del pueblo opresor y acabar con los genes de los inferiores.

Al acabar con las mujeres; principalmente las que están en edades fértiles, así como fulminar o readaptar a las poblaciones de niños, son herramientas efectivas para que el genocidio sea efectivo. Es más, teniendo una mentalidad todavía más cruel, se puede llegar al genocidio sin necesidad de disparar una sola bala o de derramar una gota de sangre, con que se realice la esterilización de los miembros de una comunidad se puede asegurar su desaparición posterior por cuanto no habrá nuevas generaciones que aseguren su existencia.

  1. Las técnicas de la muerte.

Ya a través de los puntos anteriores se ha podido abarcar algunos conceptos de la práctica genocida, como se explicó en el apartado sobre crueldad, no hay necesidad de quien extermina a actuar con el nivel de sadismo que muchas veces ejecuta sus acciones, aunque muchas veces obedecen a políticas de Estado o simplemente a la efectividad de la muerte que desean infundir. Se podría narrar la forma en la que se ejecutaron algunos de los genocidios más conocidos del siglo pasado y determinar si algunas de las acciones obedecían solamente a acabar con una población o además infundir una especie de “castigo colectivo” que sirviera de ejemplo para futuras generaciones que quisieran oponerse al grupo ejecutor.

Genocidio herero: Catalogado como el primer genocidio del siglo XX, en este las técnicas de exterminio en mano de los alemanes fue la de someter a los prisioneros a campos de concentración, donde los obligaban a trabajar en condiciones extremas, hacinados, encerrados entre rejas y alimentados solo con arroz crudo, sal, agua, así como la carne de bueyes y caballos muertos. Los niños y las mujeres fueron expulsados al desierto para que murieran de sed y los pozos de agua de los alrededores fueron envenenados para cumplir con este objetivo.

Los armenios: Las técnicas de los Otomanos contra los armenios fueron seguidas de cerca por varios testigos, entre esos los propios alemanes que copiarían uno de los sistemas de exterminio utilizado por los turcos para emplearlo durante la segunda guerra mundial.

A los armenios los sacarían a la fuerza de sus casas y fueron expulsados en masa hacia el desierto (actualmente Siria), llevando a cabo “marchas de la muerte”, y en el trayecto morirían de hambre y de sed. También se hizo experimentación en hospitales infectando a los armenios con tifoidea, además que implementaron el uso de cámaras de vapor para el exterminio de los prisioneros (antesala de las cámaras de gas).

– La Shoah: La maquinaria homicida nazi que ocasionó más de 20 millones de personas de las cuales 6 millones eran judíos, 500 mil gitanos, y otros miles de eslavos y ciudadanos de otras latitudes. La maquinaria nazi utilizó desde las cámaras de gas (copiadas de las cámaras de vapor otomanas), hasta la esterilización de mujeres, experimentos científicos con niños para intentar hacerlos “arios”, hasta procesos de exterminio por inanición, marchas de la muerte, asesinatos masivos y exterminios de poblaciones indefensas (ancianos, niños, enfermos, discapacitados, etc.), además de torturas hasta la muerte, asesinato con trabajos forzados (tomado de su primera experiencia con los hereros) y entierros masivos de personas, vivos y muertos. El resultado es conocido, y los mecanismos utilizados siguen siendo materia de estudio, ya que es de los primeros casos donde el exterminio es institucionalizado, y declarado fin por sí mismo, como la “solución final”, ya que al menos la población judía representaba para los nazis un pueblo incorregible, cuyos genes corren en la sangre y no había forma de purificarlos.

Stalin y el “holodomor ucraniano”: Nuevamente se echa mano a la inanición para los asesinatos en masa, además del traslado de ciudadanos (especialmente niños) de un lugar a otro para que mueran, enviados a Siberia y contados por centenares de miles, luego los cadáveres eran echados en fosas comunes y enterrados de manera masiva, la política stalinista procuró castigar a quienes se vieran involucrados con el capitalismo.

Timor Oriental : Fueron bombardeados por el ejército indonesio quienes utilizaron Napalm contra la insurgencia timorense, causando la quema de aldeas completas y su vegetación, al menos 200 mil timorenses murieron en los primeros años de la invasión de Indonesia, muchos provocados por envenenamiento, inanición y uso de armas químicas.

Camboya: Un tercio de la población camboyana fue exterminada por parte del gobierno de Pol Pot, el líder maoísta. Hicieron una movilización de ciudadanos de las zonas urbanas y los enviaron a campos de trabajos forzados donde murieron producto del hambre, del cansancio y del exterminio directo de los Jemeres Rojos.

Ruanda: Armados con machetes las Interhamwe (milicias hutus) asesinaron a cerca de 800 mil tutsis y hutus moderados. El resultado fue la desaparición física de cerca del 75% de la población tutsi, y las mujeres sobrevivientes de dicha tribu fueron violadas por las hordas militares del general Juvenal Habyarimana.

Bosnia: Echaron mano de fusilamientos masivos, repoblación forzada de ciudades enteras, y confinamiento en campos de concentración para hombres y niños, también incurrieron en violaciones de mujeres y niñas, finalmente se realizaban asesinatos masivos y entierros en fosas comunes, así como la destrucción de sus bienes y traslados forzados a otras zonas donde las víctimas no querían estar.

Genocidio Kurdo : Perpetrado por el aparato estatal iraquí del presidente Sadam Hussein contra el pueblo kurdo de la ciudad de Halabja. Murieron en 1988 cerca de 5.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, en una combinación de gas mostaza, sarín, tabún y XV lanzada por los cazas iraquíes. Aunque no sería el primer ataque que sufrirían los kurdos por parte del régimen de Hussein, en 1974 fueron bombardeados con napalm.

CONCLUSIONES GENERALES

– A nivel general se podría concluir que se comienza por la deshumanización de los individuos, concientizando a los demás ciudadanos del aparato estatal opresor, que estos no son seres humanos, sino creaturas similares que no merecen un trato igualitario, sino confinarlos en lugares cerrados o exterminarlos totalmente.

– La crueldad es una práctica no obligatoria para doblegar la voluntad de un enemigo, pero su utilización tiene un componente de sometimiento superior que fortalece la idea que el opresor es quien tiene el poder encima de la víctima, la muerte rápida para un genocida no es opción, salvo cuando ya está aburrido o necesita cubrir las evidencias de la opinión pública.

– El uso del lenguaje en todos sus aspectos, colabora con el fortalecimiento de ideas que llevan al genocidio. Se ha visto que el mismo puede ser dirigido a las altas esferas del poder o al pueblo para incentivar y fortalecer una idea, ya sea de superioridad sobre la víctima o de temor acerca del enemigo. El arte, desde todas sus vertientes puede colaborar con esta formación de opinión del otro que declaro mi enemigo, desde la pintura, pasando por la poesía y la música, se puede generar una idea de la eventual víctima, convirtiéndola con el lenguaje en el culpable de su propia destrucción.

– Los genocidios en todos los casos mencionados necesitan de un aparato estatal que los respalde, o que los legitime, en todos los casos mencionados. Fueron los gobiernos y su burguesía los que se encargarían de generar los espacios para que se llevaran a cabo los genocidios contra minorías o agrupaciones políticas en estado de indefensión por parte del Estado.

– Hay un aspecto inquebrantable entre el genocidio y la desaparición de mujeres y niños de esa sociedad, cuando se opta por desaparecer a estas dos agrupaciones del mapa político, se puede estar seguro que están perpetrando un genocidio, por cuanto ambos representan la continuidad de la vida en un grupo de personas.

– Las técnicas de la muerte son similares en todas y de ahí que el aparato gubernamental sea importante, por cuanto además son los que cuentan con recursos y pueden pasar desapercibidos al crear toda la industria y espacios físicos para perpetrar los genocidios, ya que de una u otra forma es una especie de “negocio estatal”, por cuanto para ellos, esas poblaciones representan una amenaza en la continuidad de su Estado como ellos lo tienen concebido.

[1] https://mzablog.wordpress.com/tag/tutsis/

[2] http://www.stormfront.org/forum/t993309/

[3] https://www.youtube.com/watch?v=cAlUBw6N7QA

[4] https://www.youtube.com/watch?v=CIQp31Oyn70

[5] http://www.thephora.net/forum/archive/index.php/t-53486.html

[6] https://www.youtube.com/watch?v=uaUX1q5iJnM

[7] http://www.congresojudio.org.ar/coloquio_nota.php?id=36

[8] http://www.un.org/es/preventgenocide/rwanda/about/bgsexualviolence.shtml

[9] http://www.ecured.cu/index.php/Josef_Mengele

[10] http://www.equalitynow.org/es/take_action/bosnia_herzegovina_action31

 
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