Cuando se entra en un nuevo año (da igual si es según el calendario gregoriano, el hebreo, el musulmán o al cumplirse el aniversario de nuestro nacimiento), parece que se inicia un nuevo ciclo, una página en blanco sobre nuestro destino. Pero, si hay algo inescrutable (más que los caminos divinos o mágicos) es el futuro. No es por asustar, pero a cualquiera puede darle un ictus fatal antes de terminar de leer esta columna, mientras que alguien diagnosticado con ...