Cuando Turquía solicitó su plena incorporación a la Unión Europea, en 1987, el mundo era un lugar completamente diferente: incluso el club de los ricos tenía un nombre distinto: Comunidad Económica Europea. El presidente de EEUU, Ronald Reagan, se había sometido a una pequeña intervención quirúrgica; la primera ministra británica, Margaret Thatcher, había sido reelegida para un tercer mandato; Macao y Hong-Kong eran territorio portugués y británico, respectivamente; el Muro de Berlín seguía en pie y operativo; aún faltaban dos años para las ...