Cuando el Primer Ministro Netanyahu se dirija a la Asamblea General de la ONU*, sin duda dedicará parte de su discurso a la necesidad de combatir a las organizaciones terroristas. Lo que probablemente no dirá es que en Israel esa batalla se ve muchas veces obstaculizada por el activismo judicial desatado de la Corte Suprema, como evidenció la semana pasada la estupefaciente sentencia que niega al Gobierno el derecho de revocar el permiso de residencia en Israel a individuos que trabajen en el Legislativo o ...