Hace once años, Henry Kissinger dijo célebremente: los dirigentes de Irán tendrán que decidir si representan “una causa o una nación”. En el segundo caso, los intereses iraníes y estadounidenses podrían serían “compatibles”; pero “si Teherán insiste en combinar la tradición imperialista persa con el fervor islámico contemporáneo”, añadió, “entonces el choque con Estados Unidos es inevitable”. Desde entonces, los dirigentes de Irán no han dejado lugar a dudas. Han estado esparciendo agresivamente su revolución islámica y construyendo lo que solamente se puede denominar como un nuevo Imperio Persa. Esto no ...