Sólo como hipótesis, supongamos que los palestinos consiguen un día su objetivo de asegurarse una capital para un Estado palestino en Jerusalén. ¿Qué podría suponer eso para los residentes y visitantes de la ciudad? Lo ideal sería que los lugares sagrados gozasen de protección y que se pudiera acceder a ellos, que todo el mundo pudiera disfrutar de la libertad de culto, como bajo la administración israelí. Pero los antecedentes –y comportamientos más recientes– de los palestinos no son muy tranquilizadores. La parte de ...