El 3 de abril último, un joven oriundo de Mali llamado Kobili Traoré regresó a su casa parisina tras haber pasado una tarde fumando marihuana con amigos. Estaba tan alterado que su madre lo echó puertas afuera en medio de la noche. Una familia vecina, también de Mali, lo acogió, pero al rato debió encerrarse en una habitación y llamar a la policía a la luz del comportamiento violento del invitado. En cuestión de minutos, tres policías arribaron al lugar, ...