En estas semanas el mundo judío se encuentra en un período calificado de “estrecheces” (bein hametzarím, en hebreo), delimitado por dos ayunos en recuerdo de un cúmulo de desgracias históricas derivadas de la destrucción de los dos sucesivos Templos de Jerusalén. Hoy día el destino del pueblo de Israel dista de ser tan aciago como en aquellos días de desconcierto gracias a la concreción del ideal largamente larvado del retorno a Sión. Sin embargo, frente a los últimos restos de ...