En estos días, el relato estándar sobre Israel es el siguiente: el Gobierno actual es el más derechista que ha habido jamás, la población es cada vez más racista y antidemocrática y el primer ministro es o bien un fanático derechista, o bien un cobarde que teme enfrentarse a sus bases derechistas. Lo más llamativo de este relato es su persistencia, pese a todas las pruebas que lo refutan. La última la trae un reportaje del Jerusalem Post sobre la gran caída de la construcción en los asentamientos. ...