A los miembros de la American Studies Association (ASA) les preocupa hondamente la verdad histórica, por lo que protestaron enérgicamente cuando, en Navidad, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás denominó a Jesús “un mensajero palestino”. En realidad, no lo hicieron. ¿Por qué no? Puede que los 5.000 miembros de la ASA, una antigua, e incluso venerable organización académica, estén tan ocupados boicoteando las instituciones educativas israelíes que no tengan tiempo para protestar por las falsificaciones propagandísticas de la historia; en ...