La palabra fanático procede del latín fanum, templo, santuario, de donde el fanaticus era algo así como el guardián del templo, el fiel de su dios. Pero, y por esos azares del destino y las superposiciones lingüísticas, existe una palabra árabe de raíz semejante: fanaa, extinción, eliminación del ego y entrega total a Dios, vocablo que viene a sumarse al de raíz indoeuropea para que tengamos una idea aproximada de lo que es un fanático: alguien que, como un zombie, ...