Cualquiera que leyere estas líneas podrá estar de acuerdo conmigo (o no), con respecto a que de todos los odios hacia grupos o minorías (negros, minorías sexuales, extranjeros, etc.), no hay como aquel que tiene por objeto a los judíos. Y ahora tomo la parte por el todo al decir «los judíos», como si se tratara de una masa homogénea —error lógico intolerable si se quiere ser serio— para referirme a dicho grupo. Lo hago así porque, habitualmente, de esa ...