Es la nota que no hubiese querido escribir nunca. Aferrado a la ilusión, a la esperanza. Pensando que sigue siendo ese maldito terrorismo psicológico con el que esos asesinos juegan y disfrutan en la Franja de Gaza, ese semillero de asesinos. Desde que Francisco Tropepi nos dijo aquella noche de octubre, casi de madrugada, que el secuestrado más chico era argentino-israelí y que tan solo tenía 9 meses cuando se lo llevaron, no hay un día que no piense en él. Kfir estaba comenzando ...