La bondad de origen cristiano de tantos occidentales y la ideología sensiblera de las nuevas izquierdas lloronas y besuconas, están logrando que millones de ciudadanos se sientan culpables del rechazo de las autoridades a las oleadas de inmigrantes que tratan de entrar en Europa, supuestamente al huir de las guerras del cercano oriente. Los creadores de ese sentimiento son la combinación de personas y oenegés que necesitan hacer el bien y los nuevos periodistas, casi todos de la izquierda plañidera, que ...