Mañana será un día de duelo. El sol se apagará para no ver la tragedia perpetrada por los nazis de hoy. No alcanzarán las lágrimas para sofocar la sangre enardecida por el dolor. Mañana que cierren los lugares religiosos porque Di-s no está. El silencio por esas tres almas asesinadas será sordina de aullidos, de rabia. Las flores del mundo imaginarias caerán sobre sus ataúdes. Las piedras de recordación serán colocadas con las miradas ante el desfile fúnebre. Las madres que perdieron hijos saben de la orfandad ...