Quien observase los desfiles militares de Hamás vería que en ellos los niños participan como pequeños soldados con falsos explosivos y ropa de fajina, una moda que al parecer ha cundido por estas tierras pues de igual modo, aunque sin uniforme, iban los terroristas de la célula de Ripoll, niños grandes de cerebro plano con aspecto deportivo, ni famélicos ni nerviosos. Una cámara de vigilancia registró sus ademanes y sonrisas horas antes del atropellamiento de Cambrils, su aspecto festivo y ...