Quizás el momento más colorido e insólito de la saga AMIA tras el asesinato de Alberto Nisman fue el que tuvo lugar el pasado diciembre con ocasión del arresto de Yusuf Jalil, un musulmán argentino relacionado con el complot del memorando. Llevado esposado hacia un vehículo policial, el acusado elevó sus manos al cielo y gritó tres veces “Alahu Akbar!” (“¡Alá es Grande!”, en árabe), despertando la sorpresa de quienes lo rodeaban. ¿Por qué habría Jalil de proferir el grito de los yihadistas ...