En las últimas horas, al mundo (o, por lo menos a la prensa) le han barrido de las primeras planas todo aquello que no esté vinculado a la “sorpresa del siglo”: la elección de Donald Trump como presidente de los EE.UU. No hay Siria, ni refugiados, ni crisis económica, ni siquiera terrorismo. Algunos, indignados, se lanzan a las calles y proclaman: “no es mi presidente”, mientras no muy lejos de allí (y fuera del alcance de los titulares mediáticos) el ...