Si hay un defecto en el corazón de Israel, y los profetas así lo atestiguan, es el de ser poco complaciente y estar obsesionado por la verdad, propia y ajena. Y si hay un defecto en el mundo árabe, es el hábito de la mentira piadosa y el triunfalismo a ultranza. Vemos escenificadas esas dos tendencias o inclinaciones en lo que sostienen los respectivos diplomáticos de uno y otro país: Israel y los Emiratos Árabes. En cualquier caso ambos tienen ...