Son muchas las organizaciones no gubernamentales (y los grupos que sí aspiran a serlo) que denuncian el uso de aviones y barcos no tripulados en acciones bélicas. Sin embargo, no dicen ni una sola palabra contra las personas utilizadas como bombas a control remoto. Su forma de actuar, que contradice no sólo toda ética sino también la propia naturaleza e instintos humanos, es producto de un lavado de cerebro, muchas veces indirectamente financiado por sus propias futuras víctimas (mejor dicho, ...