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| viernes marzo 29, 2024

La nariz artificial que puede detectar el cáncer


Abigail Klein Leichman

ISRAEL21c

16 de mayo de 2011

HossamHaickEl ingeniero químico israelí, Hossam Haick, es el inventor de una «nano nariz artificial” que puede detectar el cáncer y enfermedades renales.

Hossam Haick ha desarrollado una nariz artificial que detecta los biomarcadores de enfermedades que pasan del torrente sanguíneo a los pulmones y salen por medio de la respiración.

Uno de los avances más apasionantes sobre herramientas de diagnóstico no invasivas, para el cáncer y enfermedades renales es la invención del ingeniero químico árabe-israelí Hossam Haick.

Profesor del Instituto de Nanotecnología Russell Berrie del Technion – Instituto de Tecnología de Israel, la excepcional especialidad que Haick está utilizando es el análisis del aliento para detectar enfermedades.

Nacido y criado en el enclave árabe cristiano de Nazaret, Haick no es el único no judío que graduó en la Universidad Ben Gurion del Negev (1998) y en el Technion de Haifa (2002). Sin embargo, pocas personas, de cualquier etnia, han logrado llegar al mismo nivel que este becario Fulbright de 35 años de edad

En 2007, Haick apareció en las listas Yedioth Aharonot de los 50 líderes israelíes destacados y cuatro científicos israelíes reconocidos y, en 2008, en la lista de la Reseña del Instituto de Tecnología de Massachusetts de 35 destacados científicos jóvenes. El año pasado, fue nombrado uno de los 10 Científicos Jóvenes Israelíes Más Prometedores por Calcalist y uno de los Jóvenes Israelíes del Año por Jerusalem Post.

«Durante toda mi carrera educativa, mucha buena gente me animó a continuar más allá de mis límites y capacidades personales», Haick le dice a ISRAEL21c, «y siempre me encontré con gente que me apoyó y a quienes tomé como modelo a seguir».

 

La producción de un súper científico

Su primer modelo a seguir fue su padre, un ingeniero mecánico y profesor en la Universidad ORT Braude en Carmiel. Hossam comenzó hojeando la biblioteca de su padre a una temprana edad, y para el octavo grado sabía que su futuro estaba en las ciencias. Su madre, que tiene un título universitario en historia, decidió ser madre de tiempo completo para Hossam y sus cuatro hermanos.

«Cuando era joven, mi familia era muy pobre, porque mi padre era todavía un estudiante en el Technion», recuerda Haick. «Sin embargo, la prioridad de nuestros padres fue invertir en educación, y ésta es una de las cosas principales que me motivó a lo largo de mi carrera».

Casi un cuarto de la población estudiantil del Technion es de etnia árabe, y aunque Haick es uno de sólo un puñado de profesores árabes, hace hincapié en que es un ambiente que apoya mucho.

«Las fronteras entre árabes y judíos no se perciben en el Technion», afirma. «La única condición es la excelencia en ciencia, y se encontrará lugar».

La nano nariz

Haick desarrolló «nano nariz artificial» de bajo costo (NA-NOSE) que detecta biomarcadores de enfermedades que pasan del torrente sanguíneo a los pulmones y salen por medio de la respiración. Es fundador y director científico de una empresa creada para comercializar el dispositivo a través del Instituto Alfred Mann del Technion.

Esta tecnología es tan prometedora que le hizo ganar a Haick el Premio a la Excelencia Marie Curie, de 1,73 millones de euros, en 2006 y un premio de 1,8 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación en 2010.

Una subvención adicional de 5,4 millones de euros es financiada por un consorcio europeo de ocho universidades y empresas, encabezada por Haick, para desarrollar nano sensores avanzados para la detección del cáncer de pulmón.

Haick trabaja en el proyecto «más que a tiempo completo», aunque podría tomar tres o cuatro años para que NA-NOSE llegue al gran mercado, cosa que se espera con impaciencia.

En los últimos dos años, el dispositivo ha demostrado ser eficaz en distinguir entre los cáncer de pulmón, próstata, mama y colorrectal, dice Haick, «y hemos demostrado la capacidad de distinguir entre  cánceres de cabeza y cuello y cánceres de pulmón», añade. Y todo esto sin análisis de sangre o biopsias.

Altamente condecorado científico

Haick hizo estudios de post-doctorado, desde 2002 hasta 2004, en el Instituto Científico Weizmann de Rehovot y, de 2004 a 2006, en el Instituto de Tecnología de California, donde se enteró por primera vez de las narices electrónicas. Regresó al Technion, del que obtuvo su doctorado, como profesor asistente, en 2006.

Haick vive en Haifa con su esposa, Rana, una ingeniera química y de alimentos en el Ministerio israelí de Salud, y su hijo de tres años de edad. Lee literatura en Inglés, hebreo y árabe, y camina entre seis hasta ocho kilómetros antes de comenzar su día en el laboratorio.

El número de premios que este científico ha recibido – más de 40 – podrían llenar varias vitrinas de trofeos. Entre ellos se encuentran el Horev Chair para Líderes en Ciencia y Tecnología, el Premio OXYGEN, el Premio Norman y Barbara Seiden, el Premio Israel-Francia para la Excelencia Académica, el Premio Herschel Rich a la Innovación, el Premio Minerva a la Investigación de Corto Plazo, el Premio Bergmann para Excelentes Científicos Jóvenes, el Premio CREATE, el Premio Al-Qendil y las Condecoraciones de Honor del YMCA y del Rotary.

Su honor más reciente es el de Caballero de la Orden de las Palmas Académicas, otorgado por el gobierno francés, una condecoración civil establecida en 1808 por Napoleón Bonaparte.

Haick es editor asociado de dos revistas profesionales; un alto miembro de asesoramiento científico en nueve empresas nacionales, internacionales e institutos, y un evaluador científico de la Comisión Europea.

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld 

Difusion: www.porisrael.org

 
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