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| jueves marzo 28, 2024

Carta del asesor de Netanyahu al New Yort Times:


Estimado Sasha, he recibido tu e-mail solicitando que el Primer Ministro Netanyahu envíe un artículo de opinión al New York Times. Lamentablemente, y con todo respeto, debemos declinar tu petición. Sobre asuntos relacionados con Israel, la página editorial de vuestro periódico, «paper of record», ha dejado de prestar atención a la advertencia del senador Moynihan de que toda persona tiene derecho a su propia opinión, pero que nadie tiene derecho a sus propios hechos. Un ejemplo de ello fue vuestra decisión de publicar en mayo pasado el siguiente párrafo de revisionismo histórico del presidente palestino Mahmoud Abbas:

Es importante hacer señalar que la última vez que la cuestión de la creación del Estado palestino tomó el centro del escenario en la Asamblea General, la cuestión planteada a la comunidad internacional fue si nuestra patria debía ser dividida en dos estados. En noviembre de 1947, la Asamblea General hizo su recomendación y respondió afirmativamente. Poco después, las fuerzas sionistas expulsaban a los árabes palestinos para asegurarse una mayoría judía decisiva en el futuro Estado de Israel, y los ejércitos árabes intervinieron. La guerra y las expulsiones prosiguieron.

Este párrafo efectivamente evita mirar de frente unos hechos aún vivos en la memoria, como que los palestinos rechazaron el plan de partición de la ONU aceptado por los judíos, y cómo posteriormente se unieron a cinco estados árabes en el lanzamiento de una guerra para aniquilar al embrionario Estado judío. No se debería haber llegado hasta ahí si hubiera existido la más elemental comprobación de los hechos.

Las opiniones de algunos de vuestros columnistas habituales con relación a Israel son bien conocidas. Ellos distorsionan sistemáticamente la posición de nuestro gobierno e ignoran las medidas que hemos adoptado para promover la paz. Caballerosamente difaman a nuestro país sugiriendo que un fenómeno marginal que es condenado por el Primer Ministro Netanyahu y por prácticamente todos los funcionarios israelíes, refleja de alguna manera la política del gobierno o a la sociedad israelí en su conjunto. Peor aún, un columnista ha llegado a afirmar que las fuertes expresiones de apoyo al primer ministro Netanyahu durante su discurso de este año en el Congreso, fueron «compradas y pagadas por el lobby de Israel», obviando que eran un reflejo del amplio apoyo a Israel entre el pueblo estadounidense.

Sin embargo, en lugar de tratar de equilibrar esos puntos de vista con opiniones diferentes, parece como si actualmente el camino más seguro para publicar un artículo de opinión en el New York Times, no importa cuán oscuro sea el autor o su punto de vista, es denigrar a Israel. Así, por ejemplo, el reciente artículo sobre el «Pinkwashing», en el cual Israel es vilipendiado por haber tenido la temeridad de defender su historial de defensa de los derechos de los homosexuales, estableciéndose así un nuevo estándar que les será difícil rebajar y limitar en el futuro.

Para no ser acusado de manipulación trate de verificar esa tendencia, descubriendo que durante los últimos tres meses (de septiembre a noviembre) habéis publicado 20 artículos de opinión sobre Israel en el New York Times y en el International Herald Tribune. Después de dividir los artículos de opinión en dos categorías, «positivos» y «negativos», con respecto a los «negativos», es decir, aquellos que contenían ataques contra el Estado de Israel o contra las políticas de su gobierno elegido democráticamente, me di cuenta que 19 de los 20 artículos que publicásteis entraban dentro de esa categoría. El único artículo «positivo» fue escrito por Richard Goldstone (el del infame Informe Goldstone), en donde defendía a Israel de las acusaciones calumniosas de apartheid. Sin embargo, vuestra decisión de publicar ese artículo de opinión se tomó unos meses más tarde de que vuestro diario rechazara una presentación previa de él por parte de Goldstone. En ese trabajo anterior, que fue finalmente publicado en el Washington Post, el hombre que fue citado en todo el mundo por alegar que Israel cometió crímenes de guerra en Gaza, cambiaba su posición. Según la página editorial del New York Times, al parecer [y en contraposición con el de Mahmoud Abbas) no era apto para su publicación.

Vuestra negativa a publicar artículos «positivos» de Israel, aparentemente no es el resultado de una escasez de suministro. Así llegó hasta nuestra atención el hecho de que los líderes de la Mayoría y de la Minoría en la Cámara de Representantes de EEUU os presentaron conjuntamente un artículo de opinión en septiembre pasado, en él oponían a la acción unilateral palestina en las Naciones Unidas y apoyaban el llamamiento de Israel y de la administración Obama para unas negociaciones directas sin condiciones previas. En una época de intenso partidismo, uno habría pensado que tan fuerte apoyo bipartidista a Israel en un asunto tan puntual quizás hubiera superado el «corte». Así que con todo el respeto debido a tu prestigioso periódico, perdonadnos por no atender vuestra oferta. Nosotros no queremos ser criticados en otra página editorial del New York Times por realizar «Bibiwashing».

Atentamente, Ron Dermer, principal asesor del primer ministro Netanyahu.

 
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