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| jueves abril 25, 2024

Disipando el Mito que Israel Es el Mayor Beneficiario de la Ayuda Militar de EEUU


[Ejercicio de Estricto Desafío de EEUU-Israel, Blog de IDF, Flickr]

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Perspectivas del Centro BESA, Documento No. 410, 10 de febrero de 2017

RESUMEN EJECUTIVO: Muchos detractores estadounidenses de Israel comienzan diciendo que Israel recibe la parte del león de la ayuda militar de EEUU. La misma sugerencia evoca al demonio de un todo poderoso lobby de Israel que ha convertido al Congreso de EEUU en su peón. Pero estas cifras, si bien reflejan la ayuda oficial directa del ejército de EEUU, son casi insignificantes en comparación con los costos y beneficios reales de la ayuda militar de EEUU – sobre todo las botas estadounidenses sobre el terreno. En realidad, Israel recibe sólo una pequeña fracción de la ayuda militar estadounidense, y la mayor parte de la misma se gastó en EEUU en beneficio de la economía estadounidense. 

Innumerables artículos que desacreditan a Israel (así como muchos otros artículos mejor intencionados) preguntan cómo es que un país tan pequeño como Israel recibe la mayor parte de la ayuda militar de EEUU. Israel recibe 55%, o US$ 3.100 millones al año, seguido por Egipto, que recibe el 23%. Esta generosidad lo es a expensas, así se afirma, de otros aliados iguales o más importantes, como Alemania, Japón y Corea del Sur. La denuncia evoca el espectro de un todo poderoso lobby de Israel que ha convertido al Congreso de EEUU en su peón.

La respuesta a la acusación es simple: Israel ni siquiera es un gran beneficiario de la ayuda militar estadounidense. La cifra numérica refleja la ayuda militar oficial directa de EEUU, pero es casi insignificante en comparación con los costos y beneficios reales de la ayuda militar estadounidense – que incluyen, sobre todo, botas estadounidenses sobre el terreno en los estados anfitriones.

Hay 150.500 soldados estadounidenses estacionados en setenta países de todo el mundo. Esto le cuesta al contribuyente estadounidense unos US$85-100 millones anuales, según David Vine, profesor de la Universidad Americana y autor de un libro sobre el tema. En otras palabras, 800-1.000 soldados estadounidenses estacionados en el extranjero representan US$565-665 millones de ayuda al país en el que se encuentran.

Una vez que se calculan los costos reales, se revela que el mayor beneficiario de la ayuda es Japón, donde están estacionados 48.828 militares de EEUU. Esto se traduce en un paquete de ayuda militar de EEUU de más de US$27 mil millones (calculado según la estimación más baja de Vine). Alemania, con 37.704 soldados de EEUU en su territorio, recibe una ayuda equivalente a unos US$21.000 millones; Corea del Sur, con 27.553 soldados de EEUU, recibe más de US$15.000 millones; e Italia recibe por lo menos US$6 mil millones.

Si la estimación de Vine es correcta, el paquete de ayuda militar de EEUU a Japón es nueve veces mayor que la de Israel, la de Alemania es siete veces mayor y la de Italia es el doble. Los multiplicadores son aún mayores para Egipto. Incluso los liliputienses estados del Golfo, Kuwait y Bahrein, cuyas bases estadounidenses albergan a más de 5.000 militares estadounidenses cada uno, reciben ayuda militar casi igual a la que recibe Israel.

Sin embargo, incluso estas cifras subestiman groseramente los costos totales de la ayuda de EEUU  a sus aliados. El costo de mantener tropas en el extranjero no refleja el considerable gasto, profundamente sepultado en las cifras clasificadas de gastos militares estadounidenses, de numerosas patrullas aéreas y marítimas de EEUU. Tampoco reflejan el alto costo de los ejercicios conjuntos terrestres, aéreos y marítimos con los países anfitriones (acontecimientos que sólo se reconocen a regañadientes en el sitio oficial de la OTAN).

Las fuerzas aéreas y navales de EEUU patrullan constantemente los mares del norte, báltico y chino para proteger a los aliados estadounidenses en Europa y en el Pacífico – a costa de Estados Unidos. Destellos de la escala de estas operaciones se ven por incidentes como la sombra de un buque ruso en los países bálticos, las cercanías entre los buques de la Guardia Costera de China y los buques de la Armada de EEUU enviados para desafiar las demandas chinas en el Mar Meridional de China, y casi colisiones entre aviones de la Fuerza Aérea de EE.UU. y sus contrapartes chinas en la misma zona.

En notable contraste, ningún avión de EEUU ha volado nunca para proteger el espacio aéreo de Israel. Ningún barco de la Armada de EEUU patrulla para proteger la costa de Israel. Y lo que es más importante, ningún personal militar de EEUU corre riesgo para garantizar la seguridad de Israel.

En Japón, Corea del Sur, Alemania, Kuwait, Qatar, los países bálticos, Polonia y otras partes, tropas de EEUU son un disparador vulnerable. Se espera que su presencia disuadirá un ataque, pero nunca hay garantía de que no se produzca un ataque. Si ocurriera tal ataque, sin duda costaría vidas estadounidenses.

Esto no puede suceder en Israel, que defiende su propio territorio con sus propias tropas. No hay peligro de que, en Israel, EEUU se vea envuelto en guerras como las que libró en Irak y Afganistán a un costo de US$4 mil millones, según Linda J. Bilmes, profesora de política pública e investigadora de la Universidad de Harvard.

La presencia de Japón en lo alto de la lista de receptores de ayuda militar de EEUU es comprensible y discutible. Es comprensible porque Japón es crítico para la seguridad nacional de EE.UU. en términos de mantener la libertad de los mares y contener a una China en ascenso. Es discutible porque Japón es un país rico que debería pagar por las tropas de EEUU estacionadas dentro de su territorio – o en lugar de eso, fortalecer significativamente su propio ejército. En la actualidad, el ejército japonés tiene cerca de 250.000 soldados, pero enfrenta la creciente expansión militar de su principal adversario, China. Un caso similar es el de Alemania, tanto en términos de su riqueza como de su contribución para hacer frente a la amenaza rusa.

 

Lo que es incomprensible no es que Israel reciba tanta ayuda militar de EEUU, sino por qué Japón ha recibido nueve veces más ayuda que Israel. Esta es una curiosa proporción dado el poder relativo que Israel posee en Medio Oriente y su potencial para promover los intereses vitales de seguridad de EEUU en tiempos de crisis, en comparación con la fuerza mantenida por Japón en relación con China.

Desde la decisión del parlamento turco, en marzo de 2003, de no unirse a la coalición encabezada por EEUU y la negativa del gobierno turco a permitir el movimiento de tropas estadounidenses a través de sus fronteras, Israel ha sido el único aliado de Estados Unidos entre Chipre e India, con una fuerza aérea estratégica y capacidades (aunque pequeñas) de despliegue rápido de fuerzas para contrarrestar las principales amenazas a los intereses vitales de EEUU.

Se necesita poca imaginación para visualizar estas amenazas potenciales. Irán podría decidir ocupar Bahrein, que tiene una mayoría chiíta que está seriamente en desacuerdo con la monarquía gobernante sunita. Podría tomar el control de los Emiratos Árabes Unidos, que desempeñan un papel importante en la ofensiva aérea contra los Houthis, representantes de Irán en la guerra en Yemen. Podría haber una alianza de Siria e Irak para desestabilizar a la sunita Jordania, en el caso de que ambos estados sometan a sus rebeldes sunitas. Cualquiera de estos movimientos amenazaría el suministro de energía vital para EEUU y sus aliados. Sólo Israel  es completamente confiable para proporcionar bases y servicios para una respuesta de EEUU y para participar en el esfuerzo si es necesario.

Los políticos, especialistas y estudiosos del IR, que atacan a Israel y al lobby israelí por extraer la parte del león de la ayuda militar de EEUU de un Congreso crédulo, saben muy bien que esto no es cierto. Israel recibe una pequeña fracción de los desembolsos reales de ayuda militar que EEUU otorga indirectamente a sus aliados y a otros países. Estos especialistas saben también que el 74% de la ayuda militar a Israel se gastó en armas, equipo y servicios estadounidenses. En virtud del recientemente firmado Memorando de Entendimiento, esa cifra se cambiará al 100%. Los especialistas simplemente citan las cifras equivocadas.

EEUU está ahora liderado por un presidente que es un hombre de negocios que conoce sus dólares y centavos. Ha sido inflexible acerca de la necesidad de contener el garroneo por parte de los grandes receptores de la ayuda real de EEUU. Se espera que aprecie la ganga de seguridad que EEUU tiene con Israel – un país que no sólo comparte muchos valores comunes con EEUU, sino que puede hacer una contribución significativa a los intereses vitales de Estados Unidos sin ningún tipo de obstáculo.

 

*****El Prof. Hillel Frisch es profesor de estudios políticos y estudios de Medio Oriente en la Universidad Bar-Ilan y un investigador asociado senior en el Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat.

 

https://besacenter.org/perspectives-papers/dispelling-myth-israel-largest-beneficiary-us-military-aid/

 
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