¿Listo para una oír algo desagradable?

Un 60% de los 6,8 millones de litros de aguas residuales que se generan en Brasil se devuelve a la naturaleza sin ser tratadas. Y eso se considera una mejoría de lo que era  hace cinco años.

El país se prepara para hacer frente al problema con un invento israelí que trasforma los deshechos humanos en fertilizantes inodoros y esterilizados para uso agrícola.

La compañía tras esta iniciativa es Lodologic, establecida en febrero por grupo de firmas brasileñas que se han asociado con la israelí Paulee CleanTec. (“Lodo”, en portugués, tiene el mismo significado que lodo en español).

“Paulee CleanTec ha desarrollado un proceso para oxidar los residuos orgánico que vamos a aplicar al lodo”, dijo el director ejecutivo de Lodologic, Gabriel Kainuma, a ISRAEL21c en una entrevista desde su oficina en Sao Paulo. “Mezclamos un reactivo químico con el lodo y batimos la mezcla en una cámara de alta velocidad que elimina todos los patógenos de los residuos, que los transforma en fertilizante seguro, asequible y eficaz”.

Tratamiento de aguas residuales en Brasil. Cortesía.

Agregó: “Esperamos estar operando en 2018 en al menos seis plantas en Brasil. Hay más de 400 plantas de tratamiento en el país, así que hay un enorme mercado por explorar”.

Los sedimentos fangosos (biosólidos) son un subproducto de las plantas de tratamiento de aguas, o sea los residuos que han sido eliminados de las aguas residuales. Aunque el agua tratada puede ser devuelta con toda seguridad a cursos de agua o vuelta a usar para otros fines, el lodo generado tiene que ser eliminado o tratado en la misma planta. Una opción es el compostaje, pero eso requiere mucho tiempo y espacio. Y huele mal.

“Hace decenios, cuando el tratamiento de aguas residuales estaba dando sus primeros pasos, el lodo se tiraba en aguas internacionales”, explicó el director ejecutivo de Paulee CleanTec, Ilan Levys.

En muchos países de Latinoamérica, agregó, arrojar el lodo al océano sigue siendo una práctica común. Pero a veces ocurre de forma no intencional en lugares como California, cuando fuertes lluvias provocan los desbordamientos de los sistemas de alcantarillado.

“Nadie sabe qué hacer con las cantidades de lodo que se generan cada día”, dijo Levy. “La solución más común es enviarlo a vertederos. Podemos cambiar eso al convertir este residuo en algo valioso”.

Una tecnología, tres usos

Paulee CleanTec, con sede en Tel Aviv, desarrolló el invento del profesor Oded Shoseyov, de la Universidad Hebrea de Jerusalén: convertir las deposiciones de los perros en fertilizante inodoro y estéril en el mismo lugar donde defecan usando un recogedor con una unidad de oxidación incorporada. El invento está ahora en fase de producción industrial, en colaboración con OurPets, una firma con sede en Ohio.

En 2014, Paulee CleanTec se asoció con CB Engineers, de San Francisco, Calif., para crear Epic CleanTec), que pronto instalará un sistema en un edificio de apartamentos de varios pisos, también en esa ciudad, para tratar las aguas residuales generadas y usar los fertilizantes resultantes en los jardines del edificio.

Lodologic, la segunda filial de Paulee, “representa una aplicación diferente, a un nivel municipal que usa una maquinaria totalmente distinta”, explicó Levy. “Los sistemas de tratamiento de aguas residuales están saturados y se necesitan nuevos métodos. Tenemos que aumentar la cantidad de gente a quienes benefician. Así que nos enfrentamos al problema desde diferentes ángulos”.

La maquinaria de Lodologic está diseñada para convertir todo los tipos de lodos procedentes de las plantas de tratamientos de aguas residuales, o de plantas de biogás, en fertilizante agrícola inodoro, orgánico y de bajo costo en cuestión de minutos.

La compañía, que tiene una plantilla de cuatro empleados y que por el momento se autofinancia, ofrecerá también a los clientes una estructura de distribución del fertilizante generado.

Equipo de Lodologic en Sao Paulo. Cortesía.

“Estamos desarrollando equipos para modernizar las instalaciones de tratamiento de aguas residuales existentes”, dijo Kainuma. “Normalmente, una cinta transportadora lleva el lodo hasta un camión para que se lo lleve. Lo que hacemos es colocar el equipo para recibir el lodo desde el transportador en el mismo lugar donde estaría el camión”.

Se espera que el equipo empiece a operar a finales de este año.

Otros países están observando, seguramente muy de cerca, el proyecto de Brasil, que produce 2,5 millones de toneladas de lodo al año. Sin embargo, las cantidades son mucho mayores en China (9 millones de toneladas al año), Estados Unidos (8 millones de toneladas) y la Unión Europea (unos 12 millones de toneladas).