Por Israel


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| miércoles abril 17, 2024

Si, soy del Partido del Pueblo Judío (PPJ)


Intuía mi pertenencia al PPJ desde hacía tiempo pero recién ahora he logrado verbalizarla. El PPJ es una agrupación de afiliación no corpórea en donde sus individuos priorizan el bienestar del pueblo judío frente a otras identidades.

El acolito del PPJ no siempre coincide con los votantes el Partido del Universo (PU). En la mayoría de los casos, lo que es bueno para el pueblo judío también beneficia a la humanidad toda. Pero no siempre es así. Cuando los aliados abandonaron a los judíos sin atacar Auschwitz (ya que no se trataba de una prioridad estratégica para derrotar a Hitler) el universalista podría llegar a “comprender” más no así los votantes del PPJ. Los del PPJ sabemos que siempre hemos sido los judíos los que hemos pagado el precio de la maldad humana. Es hora que dicho pueblo reciba el apoyo que se merece o un apoyo más contundente y priorizado que en el pasado.

Todo ser humano defiende identidades múltiples. Algunos de nosotros, por ejemplo, poseemos más de una identidad nacional: Pertenecemos al pueblo judío y también al pueblo argentino, o somos judíos y españoles. Es posible pertenecer a más de un pueblo y así ocurre con griegos-argentinos o con libaneses-colombianos. El acolito del PPJ despreciara las iniciativas y posturas que perjudiquen al pueblo judío aunque crea que las mismas puedan llegar a beneficiar a su otra identidad. Por ejemplo, si el diplomático peruano aspira a ser nombrado Secretario General de la ONU honrando y prestigiando a su pueblo pero para tal menester requiere el voto de la alianza mayoritaria islamo-fascista totalitaria; pasando a ser socio de la constante demonización al estado cuna nacional del pueblo judío (Israel); entonces el follower peruano del PPJ renunciará al honor nacional ya que se promueve a costa de los judíos.

El votante del PPJ entiende que existe un centro judío en el Estado de Israel y comunidades judías en diversos países. Cuando una acción o declaración israelí perjudica de forma no proporcionada el posicionamiento de la comunidad judía local o fomenta la judeofobia, el servidor del PPJ optará por defender a las comunidades judías locales. Para ejemplificar, cuando el Primer Ministro de Israel Binyamín Netanyahu felicitó su Valla de Seguridad entre Israel y Egipto para regodearse junto a su aliado Donald Trump en torno a la posible construcción de un muro entre México y Estados Unidos (pagado por los primeros); un tema que ofende profundamente a los mexicanos; el activista del PPJ saldrá en defensa de los judíos locales. Las comunidades judías de la Diáspora son más débiles y están más expuestas que la sociedad israelí en su conjunto. Más aun, la aspiración de todo sionista es que muchos individuos judíos de México, Argentina o Colombia opten por regresar a la tierra de sus antepasados pasando a formar parte del centro espiritual, político y demográfico del pueblo judío. Fortalecer y proteger a las comunidades judías consolida al pueblo todo.

¿El incondicional del PPJ siempre prioriza a los judíos de la Diáspora? No. La seguridad física de cada israelí no se discute. En muchas ocasiones el hebreo hispanoamericano conoce poco del conflicto palestino-israelí y por ende se ve influido por los medios y redes sociales, juzgando de forma poco balanceada las medidas adoptadas por los distintos gobiernos de Israel. Otras veces es aún peor, como cuando un judío teatraliza su odio hacia Israel aspirando a ser aceptado entre sus pares como “el judío bueno que demoniza a los suyos”. Si una operación militar que recibe amplio consenso entre los israelíes coloca en una posición incómoda a individuos o autoridades judías de la Diáspora, la seguridad nacional israelí prevalece. Y si les cuesta defender o explicar las necesidades y obligaciones de un gobierno responsable entonces la autocrítica debe surgir desde el seno comunitario sin esperar que Israel sacrifique a sus ciudadanos para evitarles dolores de cabeza a los portavoces latinos. Así piensa un prosélito del PPJ.

Un discípulo del PPJ defiende a capa y espada el derecho de autodeterminación nacional de los judíos en Israel. Ofrece su sustento a todos los gobiernos democráticos elegidos por los ciudadanos de Israel, sin importar su tinte ideológico. El partidario del PPJ posee una opinión particular sobre lo que cree es beneficioso para Israel y sus ciudadanos y así lo expresará en redes sociales y en público. Sin embargo, huirá abruptamente a la hora de cometer esos vicios tan perjudiciales comunes entre algunos votantes el Partido del Universo (PU). Algunos fans del PU consideran que la mejor forma de beneficiar a Israel es incentivar a fuerzas internacionales (ya sean políticas o desde los medios de comunicación) para que “presionen” a Israel aspirando a que, de esta forma, el gobierno de Jerusalén adopte las medidas que ellos no logran imponer a través de las urnas.  Para lograr tal cosa no dudarán en producir materiales no balanceados que demonicen a Israel. Como los suele motivar una fe dogmática no escatimarán esfuerzos en mentir empíricamente para que la realidad que exponen se adapte a sus prejuicios.

El seguidor del PPJ entiende que al Estado de Israel no le sobran los amigos y aliados. El estado hebreo suele ser abandonado a su suerte por distintas democracias occidentales. Ni hablar de dictaduras o países en donde la extrema izquierda influye transformándose en paladines del antisionismo=antisemitismo. ¿Todos los aliados de Israel nos deben provocar orgullo? Hará bien el acólito al PPJ si divide a los socios de Israel en tres niveles. Ante todo, los representantes de estados democráticos cuyos gobiernos fueron escogidos por el pueblo. De aquellos estamos orgullosos incluso si se trata de un Presidente demonizado por los medios de comunicación como lo es Donald Trump. Sería de esperar que países y partidos políticos democráticos apoyasen a la única democracia en el Medio Oriente. Lamentablemente, muchas veces eso no ocurre. En un segundo nivel están las fuerzas políticas que hoy se declaran amantes de Israel pero que poseen un nefasto pasado judeofobo (por ejemplo, varios partidos de la extrema derecha europea). Un fan del PPJ se sentirá orgulloso de la amistad de estos si cumplen con tres condiciones: 1) Luchan contra el antisemitismo y depuran sus filas de judeofobos; 2) Condenan y asumen su propio pasado de odio al judío; 3) No promueven el odio gratuito xenofóbico o anti-musulmán. En el tercer nivel se encuentran las dictaduras (muchas de ellas de países musulmanas) que cooperan con Israel bajo un paraguas de “RealPolitik” (por ejemplo, dictaduras africanas o países como Arabia Saudita). Un leal al PPJ no se sentirá orgulloso de dichos “amiguetes” comprendiendo que muchas veces el estado judío no se puede dar el lujo de despreciar las pocas alianzas tácticas que logra construir.

Se puede ser de derechas o de izquierda, ser puede ser religioso o laico… puede usted ser judío o no judío. Para unirse y ser socio del Partido del Pueblo Judío (PPJ) usted simplemente debe aspirar a la vida eterna de este glorioso pueblo desde un profundo amor. Yo, hace tiempo he dado mi corazón al PPJ…

 
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