En su más reciente conferencia de prensa acerca del destino de los kurdos en Siria, el presidente Donald Trump tuvo un desliz que será por siempre recordado con vergüenza en los anales de la política exterior estadounidense: “La invasión de Turquía en Siria no es nuestro problema”. Los líderes en Europa y sus expertos fueron rápidos en repudiar la declaración de Trump, y es una declaración que sin duda merece repudio, ¿pero de los europeos? Europa está a cientos de kilómetros de Siria, mientras que Estados Unidos está a miles. Durante la Guerra Civil Siria, el régimen de Assad masacró a medio millón de ciudadanos, y los gobiernos de Europa no levantaron un dedo para ayudarlos. El uso de armas químicas por Assad no fue castigado excepto por un par de ataques con misiles de crucero estadounidenses cuando Trump fue electo. Estados Unidos también envió a los rebeldes sirios un número considerable de soldados y consejeros, mientras que ningún soldado fue enviado por las fuerzas europeas. Ahora que el gobierno de Trump decidió remover las tropas estadounidenses de Siria, efectivamente dejando a los kurdos para que se valieran por sí solos contra un implacable ejército turco, Europa tiene la oportunidad de expresar su superioridad moral y directamente amenazar al régimen del presidente Erdogan con acciones militares. No hace falta decir que ningún país europeo tomó la iniciativa.
Trump en Estados Unidos hizo en público lo que Boris Johnson en Gran Bretaña, Emmanuel Macron en Francia, y Angela Merkel en Alemania también hacen en la práctica, lo cual es no hacer nada para ayudar a los kurdos sirios. Ni siquiera ha habido un tuit de una amenaza de expulsar a Turquía de la OTAN, y en lo que respecta a sanciones económicas, ni una chance. Alemania envía a Turquía exportaciones por U$S 23 mil millones cada año, Gran Bretaña por U$S 10 mil millones, y Francia un poco menos. Y eso sin mencionar las minorías turcas en esos países, que detestan con pasión a los kurdos.
Es muy triste ver entrevistas en la prensa británica repudiando a Trump pero sin hacer a sus jefes de Estado las preguntas realmente difíciles. Unas pocas decenas de soldados y asesores estadounidenses en el norte de Siria no habrían detenido la invasión turca. Una iniciativa conjunta de la OTAN dirigida por Europa tal vez sí. El escándalo expresado por los líderes en Europa por las palabras de Trump y sus acciones son insolentes, inmorales y descaradas. Cuando una guerra religiosa arrasó con Yugoslavia en los ‘90, en la cual hubo crímenes como asesinatos en masa, una Europa unida no estaba dispuesta a sacrificar ni a uno solo de sus soldados para detenerla. Todo se acabó cuando el gobierno de Bill Clinton envió a fuerzas especiales y bombarderos al área. ¿Pero qué hay de Israel? No seamos hipócritas, un sándwich de atún que intoxicó a un par de personas en Tel Aviv recibió mucha más cobertura mediática que las víctimas de la invasión turca en territorio kurdo.
Adaptado por Iñaki Landivar
Europa vive instalada en la ambiguedad y la tibieza respecto a cuestiones candentes que atañen su futuro, y que por ende la conciernen … su equidistancia timoráta a la hora de abordar determinados conflictos, es reveladora de una carencia de proyecto própio, y de un seguidismo hipócrita de politicas nefástas, que ponen en entredicho, los valores humanos y democráticos que dice defender y amparar …
Cuando la ciencia substituye a la conciencia, y el capital a los principios mas elementales, suelen pasar estas cosas …