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| martes abril 23, 2024

Un nuevo aniversario del triple secuestro y asesinato de los adolescentes israelíes

Con Bat Galim Shaer, entre el duelo por su hijo asesinado, y la decisión de seguir viviendo


Guilad Shaer tenía sólo 16 años al morir. Al igual que su amigo Naftali Fraenkel. Eyal Yifrah, el mayor del grupo, 19. Los tres murieron baleados por los terroristas de Hamas que los secuestraron aquel 12 de junio del 2014. Durante tres semanas se los buscó intensamente, sin saber que habían sido asesinados muy poco después de su desaparición.

Este domingo 7 de junio se conmemoraron 6 años del secuestro según el calendario hebreo. De cara a la fecha entrevistamos hace pocos días a Bat-Galim Shaer (48) , la mamá de Guilad, quien combina el recuerdo, el dolor, el duelo, con la apuesta por la vida  que continúa, la alegría de su familia que extraña sin olvidar pero que también sigue adelante. Las madres de los tres jovencitos decidieron trabajar en pro de la unidad del pueblo, una unidad que sintieron en carne propia cuando de todos los sectores de la ciudadanía israelí llegaron a ellas y sus familias en aquellas eternas tres semanas de búsqueda y esperanza, mensajes de aliento y solidaridad.

Bat-Galim es educadora y activista social, además de Directora General de la asociación “Sonshine” creada en memoria de su hijo. Su esposo Ofir (49) es abogado y contador.

Este es un resumen del diálogo mantenido con Bat-Galim.

Bat-Galim con su hijo Guilad

 

P: Bat-Galim, la verdad es que no sé por dónde empezar.Se me ocurre que por comentarle que debe ayudarle el hecho que usted es una persona creyente ¿verdad?

R: Sin duda eso ayuda mucho.

P: En uno de los mensajes que usted me mandó cuando estábamos combinando esta entrevista, al lado del nombre de Guilad me puso las iniciales de la expresión “HaShem inkóm damó”, o sea D´s vengará su sangre. Pero usted nunca buscó venganza.

R: Claro que no. Es una expresión que usamos cuando hay una muerte no natural, como una situación así en la que se arranca a un niño en medio de la vida, cuando hay un asesinato. Claro que nunca hablamos en términos de venganza. Evidentemente condenamos y educamos en lo positivo, a amar al ser humano. Esos son los valores en los que educamos a nuestros hijos. Pero lamentablemente, no todos son así.

P: ¿Cómo se vive después de perder un hijo de 16 años como ustedes perdieron a Guilad?

R: Nuestra vida es compleja. Mucho más que decir “sí” o “no”. Yo vivo constantemente con un dolor muy grande. Pero al mismo tiempo sé alegrarme, reírme y disfrutar de la vida. Podemos lidiar con todo a la vez. También nuestras 5 hijas las hermanas de Guilad. Desde pequeñas tuvieron que aprender que la vida es compleja.

P: ¿Y cómo se enseña a los hijos a cuidarse sin arriegarse a demonizar generalizando sobre otro pueblo, otro grupo humano?

R: Hablamos todo el tiempo en casa sobre la necesidad de estar alertas, pero sin extremismos. Vivimos en Talmon, hay diversas aldeas árabes en la zona y la coexistencia es buena. Todo el tiempo nos encontramos con árabes de los alrededores, buena gente, y también sabemos que hay otros que no lo son. Hay contactos directos. No perdemos en ningún momento la dimensión humana de la gente.

P: Y de fondo, siempre está el duelo por Guilad ¿verdad? Me pregunto si va cambiando.

R: El duelo, en efecto, siempre está. Y claro que tiene distintas etapas. No lo puedo analizar profesionalmente. Cambia en cada persona. Siento que a medida que pasa el tiempo me voy conociendo mejor a mí misma. Es un proceso. Yo siento que estoy siempre en movimiento, que trato de avanzar. Mucho gira en torno a la necesidad de lidiar con la pérdida de Guilad, que siempre está de fondo, pero estamos ocupados también en muchas cosas. Tenemos 5 hijas de 24, 19, 17, 14 y 10 años. Y de la mayor, una nietita de 2 años.

Bat-Galim y Ofir Shaer, decididos a seguir adelante

 

P: ¿Y Guilad sigue siendo parte natural de la vida familiar?

R: Si alguien dice algo que nos lo recuerda, o estamos en un lugar que asociamos con él, o comemos algo que a él le gustaba…por muchos lados salta siempre el recuerdo, su presencia. Muchas veces, sin palabras. Es un gesto, una mirada…Está siempre con nosotros.

P: Además era el único varón junto a 5 hermanas, por lo cual me imagino que había muchas cosas que eran sólo suyas, o mejor dicho vivencias familiares que eran sólo con él lo cual no debe facilitar la situación actual.

R: Es muy cierto Era el único varón y se siente mucho su ausencia. El hogar es ahora solamente de mujeres, es muy difícil. Hay en una casa muchas cosas que están relacionadas solamente a los varones. Lo sentimos por ejemplo en los preparativos de las fiestas. Él ayudaba a mi esposo a construir la Sucá.Hay muchas cosas en  las que se precisa un hombre.

P: Me imagino que eso debe ser especialmente duro para su esposo.

R: Exacto. Él lo siente muchísimo en el Beit HaKneset, en la sinagoga, cuando reza…yo lo siento en la falta de mis largas conversaciones con él.Teníamos un vínculo muy especial, distinto del que tengo con las hijas. Cada uno es distinto. Guilad es muy capaz de prestar atención, era muy sensible, se interesaba todo el tiempo por todo. Yo hablaba mucho con él. A fondo. Me hace mucha falta.

La unidad, en su memoria

P: Usted destacó antes que también están ocupados en muchas cosas. Pero no sólo en el ámbito personal. Usted y las madres de los otros dos muchachos, se han abocado a promover proyectos de unión y unidad en Israel y el pueblo judío.

R: Así es. En la familia lo tomamos como algo clave para poder lidiar con el duelo. Uno de los proyectos centrales es de las tres familias juntas, el tema de la unidad . Y justamente ahora acaba de señalarse el “Día de la Unidad” en Beit HaNasí, la residencia oficial del Presidente de Israel. Cada año se elige una iniciativa que busca la unión y trabaja por ella, tanto en Israel como en comunidades judías del exterior. También las comunidades judías latinaomericanas pueden participar. Todo está explicado en nuestro sitio.

P: Entiendo que aparte, ustedes tienen su propio proyecto familiar.

R: Así es. Mi esposo Ofir y yo creamos una asociación sin fines de lucro llamada Sonshine …

P: Juego de palabras entre sunshine, el resplandor del sol, y son, que en inglés significa hijo…

R: Así es. Uno de los objetivos es fortalecer los vínculos entre Israel y el mundo judío en la diáspora. Durante los 18 días en los que se buscaba a los chicos, se entabló una conexión sumamente fuerte con diversas comunidades del mundo, también en Sudamérica. Fue un contacto maravilloso. Y ahora queremos que todos sean parte de esto. Por ejemplo tratamos de conectar judíos del mundo con israelíes que hayan nacido en su misma fecha, para ver en la fecha del cumpleaños una especie de llave que une y abre el corazón. Estamos promoviéndolo y esperamos que se concrete en  uno o dos meses. Es una forma de crear amistades entre el mundo judío y el Estado de Israel. Hay varias ideas. Pueden ver todo entrando al sitio: www.sonshine.org.il

P: Realmente, con las divisiones de los últimos tiempos en Israel, ese empuje vuestro por la unidad, y más aún sabiendo que salió el dolor, es muy importante.

R: Creo que sí. Pero nosotros no lo abordamos desde el lado político sino el social y educativo.Me es muy importante que el diálogo sea respetuoso, que cada uno pueda dar su opinión libremente. Y el origen fue en la época tan difícil del secuestro. Sentimos que el pueblo es capaz de vivir en unidad, junto con el pueblo judío en general, en momentos difíciles . En aquellos días, también gente que no suele ir a Judea y Samaria, vino a Talmon. Gente no religiosa, gente religiosas, todos, vinieron a decir que su corazón está con nosotros.

Lo vemos también ahora, con el Coronavirus . Nuestro pueblo sabe salir de sí mismo para ayudar a otros en forma voluntaria, para aportar, para voluntarizarse a equipos de rescate, para ayudar a ancianos, soldados ayudaron en Bnei Brak. El pueblo puede ser muy noble, es notorio.

 

La espera, el optimismo, la terrible caída

P: De Israel y diversas partes del mundo les llegaban mensajes de aliento en las casi tres semanas de búsquedas y espera. ¿Ayudaba ese acompañamiento?

R: Mucho. En aquel momento aún éramos optimistas. Daba mucha fuerza sentir que todos están juntos apoyándonos. La gente puede preguntarse que no cambia nada si va, llama o dice algo, pero no tiene idea de cuánto ayudaba. Es que no se puede vivir algo así solos. Cada carta, cada visita, cada compañía, nos resultaba significativa. Lo apreciamos muchísimo. No lo dimos como sobreentendido.

P: ¿Eso fue un mensaje, el hecho que el pueblo entero estaba conmovido?

R: Da fuerza sentir que la muerte de Guilad tuvo un significado. Nadie quiere eso y renunciaría a todo para tenerlo con nosotros. Eso es obvio. Pero precisamente por lo que duele que no esté, trato de recordar siempre el significado del mensaje de unidad, de solidaridad, de interés de tanta gente por los chicos. Escribí un libro sobre todo aquello, que creo que da fuerzas. Se llama en hebreo “Ma ieléd iom” y en inglés “Expecting my child”.

P: Muy fuerte el nombre. Dicho sea de paso, sé que el libro se puede conseguir por Amazon.

R: Es cierto. Creo que el libro muestra el lado positivo de la capacidad de entrega, las fortalezas del pueblo de Israel. Describí lo vivido, como un diario, aunque después de terminada esa época. Fue lidiar con una situación imposible. La verdad, no sé hoy, mirando hacia atrás, cómo logramos pasar esos días. La preocupación era enorme, el temor que sentíamos , la incertidumbre. Pero al mismo tiempo éramos muy optimistas, sabíamos que el pueblo está con nosotros, que Tzahal hace todo para encontrarlos.  También en todo eso sentimos la complejidad de la vida,el dolor extremo que sentimos y por otro lado, el asombro admirado al recordar la plaza Rabin repleta de gente  pidiendo por su regreso. Fue todo muy extremo. Sentía que el corazón se nos desgarraba de tanto dolor y que se engrandecía por el amor y apoyo que recibimos.

P: ¿Cómo se explica el optimismo en aquella difícil situación?

R: Es difícil. Éramos optimistas, sí, pero también teníamos mucho temor pensando en qué les podrían hacer, cómo se portaban con ellos.  Creo que lo principal era que pensábamos que los mantendrían con vida, como carta de negociación. No pensé que todo terminaría así, con la muerte de los tres. Cuando entendimos que los encontraron muertos, la decepción fue enorme. Y al mismo tiempo pensamos que era bueno que al menos los encontraron, porque también podía pasar que no los hallaran. Con eso al menos se terminó la incertidumbre.

P: Ahí empezó otra dificultad, vivir con la certeza de  que Guilad ya no está.

R: Así es. La vida cambia totalmente, todo se da vuelta. Lleva mucho tiempo lidiar con la pérdida .Pero con el tiempo tuvimos que volver a la rutina, tanto Ofir mi esposo y yo como nuestras hijas. El proceso es muy largo.

P: Los mataron muy poco después del secuestro. ¿Consuela en algo saber que no llegaron de hecho a sufrir?

R: Es un mal consuelo, pero sí…es cierto.

P: Guilad tuvo una actitud valiente en aquel momento, en el coche de sus secuestradores. Logró llamar del celular a un número de emergencia y decir “nos secuestraron”. ¿Qué sintió al enterarse al respecto?

R: Yo estimo que no se arriesgó, que lo hizo cuando tenía claro que sus secuestradores no lo verían. Pero no me sorprendió. Era muy inteligente y sabía arreglarse en muchas situación. Estoy muy orgullosa de que lo haya hecho, por su valentía. Precisamente por lo que eso refleja, yo pensé que se salvaría. Sabía que él siempre se las sabe arreglar.

P: Esta tragedia ¿cambió su forma de ver la vida en la región, sus pensamientos sobre la vida de Israel entre la guerra y la paz?

R: No creo que haya cambiado nada. Todo va ahora de la mano de un profundo dolor, pero de fondo de mi convicción siempre estuvo mi fuerte vínculo con D´s, que intento sea profundo, en diálogo constante, con muchas plegarias.La realidad en la que vivimos es muy compleja. Alrededor nuestro hay muchos árabes y sabemos que se puede coexistir, pero es necesario que también del otro lado eduquen a sus hijos en esta dirección, y no todos lo hacen.

P: ¿Cree que llegará alguna vez la paz?

R: Si miramos la historia, Europa era un continente sumido en guerras y en determinado momento las cosas se calmaron y hoy no hay fronteras y se vive en paz. O sea que es posible. Yo soy optimista. Pero se precisa tiempo. No sé si alguien puede decir qué pasará, pero yo soy una persona de fe y espero que se llegue en algún momento a la paz.

P: Que así sea Bat-Galim. ¿Hay algo que quisiera agregar?

R:  Sí, algo referente a la situación que se vive en todo el mundo. Sé que la pandemia ha perjudicado a muchas comunidades judías del mundo y que también en algunos países de Latinoamérica no es sencilla la situación. Quisiera enviar a todos desde aquí un abrazo. Que sepan que los queremos y preocupamos por todos, que pensamos en ellos. Para mí, pensar en el pueblo de Israel, no es sólo en quienes viven en Israel sino también en la diáspora. Eso lo tengo muy pero muy claro.

P: Muchísimas gracias Bat-Galim

R: A ti por tu interés

 

Semanariohebreojai

 
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