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| martes marzo 19, 2024

Israel.  Cuando Se Apodera El Resentimiento


 

Desde hace varios meses tienen  lugar reiteradas manifestaciones de protesta contra el actual gobierno, y más específicamente, contra su Primer Ministro, Benjamín Netanyahu. Diversas causas han sido atribuidas  por distintos medios periodísticos, tanto dentro como fuera de Israel.

Se protesta contra la impunidad de un primer ministro acusado de fraude y/o corrupción, solicitando su renuncia.

Se protesta contra la situación económica  ocasionada por la actual pandemia, que el actual gobierno no pudo morigerar a niveles tolerables, más allá de las medidas adoptadas para amortiguar sus consecuencias.

Se protesta contra la coerción ejercida por los partidos religiosos dentro de la coalición, que han presionado  al primer ministro para que no impida o cercene parcialmente las actuales y pasadas festividades,amén de las reuniones sociales.

Se protesta, también, pues cada vez más se huele en el ambiente un odio casi visceral sobre el primer ministro en dichas manifestaciones.

Sin embargo, dichas protestas omiten varios interrogantes y reflexiones.

  • El actual ministro, como toda persona, es estrictamente inocente, hasta que se pruebe judicialmente su culpabilidad. Y como lo indica su cargo, no está obligado a renunciar, más allá de las implicancias políticas que tuviera en las actuales circunstancias. Si la actual legislación sobre el particular no fuera del agrado de la dirigencia política o de la ciudadanía, están contemplados los mecanismos legales para aspirar a modificar las leyes preexistentes.
  • Es evidente que la pandemia está ejerciendo una muy elevada presión sobre el sistema sanitario en la actualidad. Posiblemente, se haya subestimado su virulencia, una vez que se creyó poder dominarla. Las predicciones, tanto a nivel sanitario (con las eventuales excepciones del caso), como a nivel gubernamental, chocaron con una realidad muy distinta. Y la actual la falta de liderazgo político, agregada a las desavenencias internas entre los miembros seculares y los religiosos, agregó leña al fuego.

Pues bien; ¿Qué es lo que se exige en dichas protestas?

  1. Si el primer ministro renunciara, ¿Realmente se cree que los efectos del Covid 19 desaparecerán por arte de magia, y que la gravedad de la emergencia económica se evaporará como el éter?
  2. Si la causa excluyente fuera la conducta social de los sectores ortodoxos y/o ultra ortodoxos, ¿Cómo podría mantener mayoría en el parlamento la actual coalición si prescindiera de los partidos religiosos?
  3. ¿Acaso hay constancia inequívoca de una genuina intención de acercamiento al actual gobierno de los partidos seculares más importantes a fin de establecer una nueva coalición, y prescindir de los partidos  religiosos?

De ser así, habría que convocar a nuevas elecciones, con lo traumático que ello resultaría en las actuales circunstancias, con la crónica inestabilidad política que está teniendo lugar aún hoy, con la pandemia de fondo.

  1. Independientemente de ello, existe una realidad no negociable en el parlamento israelí: se necesita un mínimo de 61 escaños para gobernar. ¿Qué alternativa viable (y no utópica) puede ofrecer la actual oposición para superar la actual crisis, considerando que una eventual alianza con los partidos árabes israelíes sería un virtual dislate que condicionaría gravemente al parlamento, dados los lamentables antecedentes de dichos partidos?

Ello no obsta para realizar algunas consideraciones sobre la actual coalición:

No ha habido suficiente crudeza semántica en las declaraciones a la ciudadanía con respecto a la actual pandemia:

Más allá de los errores cometidos respecto al “timing” en la prematura liberación de las actividades comerciales /industriales (errores que, dicho sea de paso, no están totalmente exentos de no reiterarse en el futuro, dado que, nos guste o no, gran parte de la población mundial está aprendiendo a convivir con el virus, tratando de no socavar el pilar económico sobre el que se asienta, hasta que se descubra una efectiva vacuna), la triste realidad que se está padeciendo es que:

No se ha hecho carne en un importante sector de la ciudadanía (ortodoxos, ultra ortodoxos y parte de los árabes israelíes, y aún algunos sectores seculares) que el país se encuentra en un virtual estado de emergencia, hecho no demasiado enfatizado por la coalición , ni tampoco asumido por la población en la elevada proporción que la actual situación demanda.

Que el sistema sanitario se encuentra actualmente sobrecargado, con bastante poco margen de acción. Y que el “tira y afloje” de la actividad laboral será una constante, sólo revertido por una conducta de la ciudadanía extremadamente disciplinada en los contactos personales, más allá de las mayores o menores carencias emocionales que tal actitud conlleve. Si el respeto a la propia vida y a la del  prójimo (pilar de la creencia judía) fuese un elemento estrictamente no negociable, Israel no se encontraría en la actual situación .La población de Israel no puede darse el lujo de omitir el hecho de que el país está en guerra. Tal vez una guerra atípica, contra un enemigo invisible que causa numerosos estragos visibles. Más que nunca, se debe tomar en cuenta que no habrá gobierno que pueda obviar una conducta ciudadana altamente responsable, para morigerar los efectos de esta pandemia. Y el actual gobierno debiera manifestarlo sin cortapisas

Ante los hechos descriptos, ¿Cuál es el sentido de las manifestaciones contra Benjamín Netanyahu?

¿Es que realmente se cree que su destitución será la varita mágica para solucionar de raíz los problemas acuciantes con los que hay que lidiar en el día a día?

¿Por qué los manifestantes, con su derecho a protestar, como en todo país democrático, no dan el ejemplo de conducta de resguardo personal que tanto hace falta en estos momentos?

Está tristemente demostrado que una mayor o menor liberalización de las actividades tendrá, inevitablemente, ganadores y perdedores. Sólo una conducta austera podrá aliviar este flagelo.

¿O es que se está buscando un chivo emisario, odio de por medio, para provocar una gran fisura en la sociedad?

El pueblo judío debería aprender, nunca más que hoy, de su propia historia. El resentimiento causa estragos. Esperemos que no sea demasiado tarde. Lo que se necesita, como en todos los órdenes de la vida, son soluciones excepcionales a problemas  excepcionales. Y la conducta  y el ejemplo individuales en modo alguno son un dato menor.

 

 
Comentarios

No es de preocuparse mayormente:1 El numero de los manifestantes…300 «burbujas» de 20 personas no son mas que 6000 personas. Un miembro del Parlamento necesita 35 mil votos. La oposicion con sus manifestaciones no logra convocar a mas de medio miembro del Parlamento…tambien si la Prensa ideologicamente la apoya.
2. Ahora comienzan las clases en las Universidades y pronto abriran las puertas del aeropuerto al exterior. Todos esos jovenes que se manifiestan hoy ‘enojados» ( y frustrados ) desapareceran…

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