Visto desde fuera, Israel es quizás el país más sorprendente del mundo. Nunca he estado allí, pero casi todo lo que leo sobre su historia, sus instituciones y su gente me asombra. Nada tiene sentido. Es maravillosamente ilógico. Y, para un economista, apasionante. Mucha gente recuerda a menudo que Israel es la única democracia de Oriente Medio. Y es cierto. Pero a mí siempre me ha admirado más que también sea el único país próspero de la zona. Es que no hay cómo explicarlo: ...