Después de mucha postergación recientemente fui a ver la película de Alan Dershowitz «The Case for Israel». El renombrado abogado estadounidense abre el film declarado que él es tanto pro-Israel como pro-palestino, y que apoya la solución de dos Estados, pero…
Dershowitz no es ni filósofo ni cineasta. Ni siquiera es de «derecha». Nos hemos acostumbrado a que el punto de vista de Israel sólo lo expongan miembros del campo conservador, pero Dershowitz nos apoya precisamente porque es izquierdista y profesor de Derecho en la Universidad de Harvard que se ocupa de los derechos humanos.
¿Cómo se atreven a decir que Israel es un Estado de apartheid?, pregunta con genuino asombro. La sociedad árabe practica el apartheid contra las mujeres, apartheid contra los homosexuales y apartheid contra cristianos y judíos y contra la democracia. En Arabia Saudita se ahorca a los gays, en Sudán se está perpetrando un genocidio, y en todo el mundo árabe se asesina a mujeres por no llevar un hijab o por enamorarse del hombre equivocado.
Pero a pesar de todo eso ocho de las últimas ocho resoluciones de las Naciones Unidas relacionadas con los derechos humanos se referían a Israel, el único Estado de la región en el que las minorías tienen derecho a votar y un país en el que su Legislatura incluye árabes casi desde el primer día de su existencia.
¿Es que a la izquierda global –y a la izquierda israelí- realmente no le importa el horrible régimen Talibán, la terrible opresión de las mujeres en los Estados del Golfo y los festivales de ahorcamientos en masa en Irán? ¿Para ellos no es claro que todos los controles carreteros de la Margen Occidental, que indudablemente causan una continua tragedia humana, serían desmantelados en 24 horas si los palestinos fueran lo suficientemente amables como para dejar de matar judíos?
¿Y cómo es que siempre están hablando de los 700.000 refugiados palestinos y olvidan a los 800.000 judíos expulsados de los países árabes? ¿Por qué nadie recuerda que los palestinos ya tuvieron cuatro oportunidades reales de establecer su Estado pero cada ver prefirieron volver a la práctica del terrorismo?
¿Y quién se atreve a decir que la cerca de seguridad es una «cerca del apartheid» pasando por alto el hecho de que fue construida, en línea con el derecho internacional, sólo después de que más de 1.000 israelíes fueran asesinados en menos de tres años?
Estaba mirando la película de Dershowitz pero en lugar de sentirme feliz me sentí algo confundido. Al fin y al cabo, yo ya estaba familiarizado con esos hechos, al igual que lo está cualquier otro israelí, así que ¿cómo es que siempre estamos a la defensiva, siempre pidiendo disculpas y siempre perdiendo la batalla por la opinión pública
global?
Por supuesto, es verdad que se están usando millones de petrodólares en la propaganda anti-Israel (¡epa! Estoy cayendo en su juego. Eso no es propaganda anti-Israel sino, puro y simplemente, antisemitismo.) Pero ¿cómo fue que nos metimos en una situación en la que la verdad –la básica y simple verdad apoyada en los hechos- ha quedado fuera de moda?
Reenvia: www.porisrael.org
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